Casi 33 millones de votantes eligen al presidente de Colombia
En mayo la abstención bordeó el 60%; Santos y Zuluaga buscan a estos electores
Son 32.975.158 votantes quienes elegirán en los comicios al hombre que guiará los destinos de Colombia durante los siguientes cuatro años. Dos candidatos llegaron a esta segunda vuelta: el presidente Juan Manuel Santos y el opositor Óscar Iván Zuluaga.
La cadena Univisión definió estas elecciones como las más reñidas en la historia reciente de Colombia y las encuestas son un parámetro de esta disputa. Se llevaron a cabo recientemente cinco sondeos y en tres el ganador fue el actual Mandatario; pero en dos tuvo la mayoría Zuluaga.
Se debe recordar que ambos postulantes llegan a esta instancia después de los comicios del 25 de mayo. Entonces se presentaron cinco candidatos y Zuluaga, del uribista Centro Democrático, obtuvo el 29,26% de los votos, mientras que el presidente-candidato Santos consiguió el 25,68%.
Sin embargo, el 60% de los colombianos se abstuvo de votary ésta fue la cifra más alta de los últimos 20 años en ese país.
Escenario. La revista colombiana Semana indica que desde 1985 solo dos gobernantes latinoamericanos perdieron en las urnas su reelección inmediata: el nicaragüense Daniel Ortega en 1990 e Hipólito Mejía en República Dominicana, en 2004.
Para esta segunda vuelta, ambos contendientes electorales afilaron sus armas y sellaron alianzas. Zuluaga recibió el apoyo del Partido Conservador (que es la tercera fuerza política más votada del país) y Santos (que es catalogado como un político de centroderecha) se respaldó en trabajadores y sectores comprometidos con la izquierda colombiana.
Las negociaciones con las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) pueden definir la votación. Santos promueve el diálogo con ambos grupos; Zuluaga apuesta por el enfrentamiento con los que denomina “terroristas”.
En el último tiempo, el opositor anunció que estaría dispuesto a negociar con los insurgentes. Inmediatamente Santos calificó esta propuesta como “electoralista”.
El desafío de ambos se encuentra en conquistar a la gran mayoría que se abstuvo de votar en la primera vuelta presidencial.
Hubo un debate candente entre ambos, donde sacaron a luz sus diferencias (ver siguiente página) y fue parte de este intento por ganar los votos de los indecisos.
El internacionalista Gerardo Arellano dijo al portal noticias24.com: “Creo que va a haber una participación mucho mayor, se está haciendo un trabajo muy intenso para captar indecisos e indiferentes, por lo cual será una votación más masiva en esta segunda vuelta”.
La mesa está servida. El Órgano Electoral colombiano asegura que no existe riesgo de fraude. Los observadores internacionales están en Colombia y garantizarán el transcurrir normal de la jornada. Incluso las FARC decidieron un alto el fuego para que la gente vaya a votar. Lo único que resta es que los colombianos acudan a las urnas a elegir a su presidente.
Las FARC no toman partido por candidatos
Buscan que la paz no pase por la ‘rendición de la insurgencia’
EFE – Bogotá
Cuando la campaña electoral llegó a su fin, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tienen cuidado de no tomar partido y advierten, como hizo su jefe máximo, Rodrigo Londoño Echeverri o Timochenko, de que Juan Manual Santos y Óscar Zuluaga son dos caras de la misma moneda que exigen la movilización de la ciudadanía en torno a una alternativa política. “Que a Óscar Iván Zuluaga le importe un pito aparecer como el abanderado de la guerra, no hace de Juan Manuel Santos un hombre de paz”, objetó Timochenko, empeñado en que la paz no pase por la “rendición de la insurgencia”.
El último golpe de efecto con vistas a las elecciones fue un decálogo que regirá la discusión sobre las víctimas en La Habana (Cuba), una hoja de ruta que implica el reconocimiento de responsabilidad en el conflicto del Estado y la guerrilla y su disposición a repararlas. Por primera vez un grupo de víctimas acudirá a La Habana para aportar sus propuestas para la construcción de paz y reconciliación en Colombia, un reclamo de los cerca de seis millones de afectados.