Desinformación y miedo, las cusas para el rechazo a la nueva Constitución en Chile
El 62% de los chilenos rechazó la propuesta del nuevo texto para la carta magna en el país trasandino.
Personas con banderas chilenas participan en una manifestación en apoyo a la reforma de la constitución establecida bajo el régimen militar del general Augusto Pinochet, antes del referéndum de este domingo.
Imagen: AFP
El pasado domingo, cerca de 15 millones de electores chilenos asistieron a las urnas y rechazaron ampliamente la nueva constitución progresista. El 85,81% de la población habilitada para votar participó en el plebiscito constituyente, en la cual el rechazo obtuvo el 61,86% y la aprobación se quedó con un 38,14%.
Los especialistas coinciden en indicar que la desinformación y el miedo fueron las causas centrales para la verificación de estos resultados. Israel Quino, analista constitucionalista, señala que el proyecto de Constitución no tuvo la difusión comunicacional que requería para que la población acepte esta propuesta.
“El elemento comunicacional siempre juega una partida muy fuerte porque es bajo; en cuanto a la dinámica y estrategia comunicacional hayan existido algunas debilidades (…), se necesita mucho tiempo para generar difusión”, afirmó Quino en contacto con La Razón.
El analista explicó que la población chilena resultó confundida con la propuesta de ser una nación de las naciones, la indigenización, el miedo a que supuestamente no se iba a reconocer la propiedad privada, el modelo del estado social y otros elementos, que fueron utilizados como parte de la campaña para generar rechazo.
“Los sectores conservadores en Chile han incidido para generar temor, generar dudas en la población, para evitar que se apruebe el texto de la nueva Constitución; para generar un desgaste al presidente de Chile, Gabriel Boric”, comentó en relación a las fuerzas que se movieron detrás del proceso constituyente.
El senador de Comunidad Ciudadana (CC), Rodrigo Paz Pereyra, señaló que desde esa tienda política aceptan la decisión de la población chilena y que no sería un fracaso, al contrario, es tomada en cuenta como una decisión democrática, transparente y que no afecta a Bolivia.
“No se lo puede tomar como un fracaso. El presidente (Luis Arce), los bolivianos, no tenemos por qué hacer una injerencia en esto”, dijo.
Desde el Movimiento al Socialismo (MAS), el diputado Sandro Ramírez, saludó esta decisión y destacó que el domingo se vivió una jornada democrática en Chile y que Bolivia no puede tener interferir. Todo lo contrario, cabe respetar la decisión de la ciudadanía del país vecino.
“Se ha respetado y se ha practicado la democracia y eso hay que respetarlo (…), al tener los resultados, por supuesto hay que saludar esta decisión. Tenemos que tomar en cuenta que después de muchos años se ha pretendido que se modifique la Constitución del Estado en Chile”, indicó.
El Gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, no quedó al margen y desde su cuenta de Facebook aseguró que desde el gobierno de Boric planteaba “imponer un texto constitucional que a la larga iba a generar división social”, y la decisión tomada por Chile es una muestra de la defensa a la democracia.
En 2020 se aprobó redactar una nueva Constitución y elegir a miembros de la Convención para escribirla en 2021.
Según las últimas encuestas publicadas hace varias semanas, durante el silencio electoral que regía en Chile daban adelantadamente como ganadora la opción de “rechazo”, y esta se concretó el pasado domingo.
“Este 4 de septiembre la democracia chilena sale más robusta, así lo ha visto y reconocido el mundo entero. Un país en el que en sus momentos más difíciles opta por el diálogo y los acuerdos para superar sus fracturas y dolores”, sentenció el mandatario chileno, Gabriel Boric.
La constitución actualmente vigente fue escrita bajo el gobierno de Augusto Pinochet, quien gobernó Chile de 1973 a 1990, mediante una dictadura militar.