Comienza COP15, la cumbre de la década para salvar la naturaleza
Delegados de más de 190 países se reunirán hasta el 19 de diciembre para adoptar una nueva hoja de ruta para la próxima década.
Diversas manifestaciones se producen en Montreal, contra la COP15. Foto: AFP
La conferencia de Naciones Unidas sobre biodiversidad COP15 comienza el miércoles en Montreal con el desafío de establecer en dos semanas un acuerdo histórico. La «última oportunidad» para salvar especies y ecosistemas de una destrucción irreversible.
Delegados de más de 190 países se reunirán hasta el 19 de diciembre para adoptar una nueva hoja de ruta para la próxima década. Esto, en busca de salvaguardar la naturaleza y sus recursos indispensables para la humanidad.
El tiempo apremia; un millón de especies están en peligro de extinción, un tercio de la tierra está gravemente degradado y los suelos fértiles desaparecen. Mientras, la contaminación y el cambio climático aceleran la devastación de los océanos.
«La humanidad se ha convertido en un arma de extinción masiva», denunció el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la inauguración de la cumbre. Y atribuyó esa consecuencia al «apetito sin fondo de un crecimiento económico desenfrenado y desigual» de la humanidad.
Se refirió a la COP15, una especie de hermana gemela de las COP climáticas, como la «oportunidad para detener esta orgía de destrucción». Sin embargo, las negociaciones se estancaron durante tres años.
Esta vez se trata de concretar un acuerdo de una veintena de objetivos, el principal de ellos apunta a proteger el 30% de las tierras y los mares. Otros prevén la restauración de los entornos naturales, la reducción de pesticidas o la lucha contra las especies invasoras. Además de las condiciones para una pesca y una agricultura sostenibles.
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«En la recta final»
Se estima que la degradación de los ecosistemas costará 3.000 millones de dólares anuales hasta 2030, recordó Guterres.
Antes de su discurso en la COP15, una docena de activistas indígenas se manifestó frente al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, denunciando la crisis ecológica en estas comunidades.
Sus territorios albergan el 80% de la biodiversidad restante en el mundo y el reconocimiento, incluso financiero, de su rol en el acuerdo final es uno de los temas espinosos por resolver.
En un intento por llegar a acuerdos, se cumplieron tres días de discusiones previas al COP15, del 3 al 5 de diciembre. Pero concluyeron sin avances significativos, pues solo se aprobaron cinco objetivos. Esto causó inquietud entre expertos y oenegés.
«Esta cumbre es una oportunidad que el mundo no debe perder, probablemente la última para que los gobiernos cambien el rumbo y salven nuestro precioso sistema de soporte vital», dijo el martes la funcionaria de defensa de WWF, Bernadette Fischler Hooper.
«Estamos en la recta final, y es hora de que todos demos un paso adelante, esto se está volviendo crucial», dijo el martes Inger Andersen. La jefa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estuvo visiblemente preocupada.
100.000 millones
La cumbre, que preside China y que se trasladó a Canadá por la política de cero covid de Pekín, se celebra sin la presencia de los líderes mundiales. Estos, en cambio, sí asistieron masivamente a la COP climática de Sharm-el-Sheikh en noviembre.
En su lugar, serán los ministros relacionados con el medioambiente quienes se encargarán, a partir del 15 de diciembre, de encauzar las negociaciones.
La mayor ambición del encuentro sigue siendo la de sellar un acuerdo histórico como el que surgió de la cumbre climática de París en 2015. Sin embargo, algunos temen que haya «estrategias posiblemente deliberadas para provocar un escenario similar al de Copenhague». Allí donde la COP climática resultó en un rotundo fracaso en 2009, advierte la ONG Avaaz.
Con el fin de evitar un tropiezo, los países deben acordar metas medibles y monitoreadas, para no repetir el fracaso del marco anterior que se adoptó en 2010 en Aichi, Japón.
Será un punto decisivo la financiación de los países ricos a los países en desarrollo. Una coalición de países del sur pidió como mínimo 100 mil millones de dólares anuales para destinar a la biodiversidad y temas climáticos, y 700 mil millones de dólares anuales hasta 2030.
Algunos países buscan crear un fondo para la biodiversidad, a lo que se oponen los países ricos, que prefieren mejorar los canales existentes, particularmente los bancos públicos de desarrollo.
Otro tema espinoso sobre el que no hay consenso es el de la biopiratería. Muchos países exigen que las naciones ricas que finalmente compartan las ganancias de los productos cosméticos y medicamentos derivados de recursos objeto de conservación en el hemisferio sur.