Cisternas llevaron agua a los marchistas
Deshidratación, hipertensión y otros males afectan a indígenas
Las marchistas recibieron ayer cerca de 2.500 litros de agua, que fueron transportados desde la población de San Borja hasta San Miguel de Chaparena, ubicada a ocho kilómetros de Yucumo. La cantidad de agua fue insuficiente para atender la demanda.
«El agua es primordial para nosotros, tenemos instituciones de apoyo como Ebomade de San Borja y de la Iglesia, que sacan agua de su pozo y la traen hasta el lugar donde está la marcha. Así cubrimos nuestras necesidades», explicó Mariana Guasania, responsable de logística de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB).
Los marchistas soportaron ayer temperaturas que sobrepasaron los 35 grados. La doctora Mayra Palacios, quien acompaña a la marcha desde su inicio, en Trinidad, Beni, explicó que los más afectados por las altas temperaturas son los menores.
La falta de agua provocó ayer, a las 16.45, que mujeres de la marcha intenten romper la barrera policial instalada sobre la carretera San Borja-Yucumo, en San Miguel de Chaparena, para llegar hasta un pequeño arroyo.
«No hay agua ni para bañar a nuestros hijos, queremos agua», gritó Dora Luz Hito, madre de tres menores, frente al contingente de al menos 200 policías.
Ante el asedio, los policías explicaron a las madres que el agua del arroyo estaba contaminada. Hernán Cabrera, de la Defensoría del Pueblo de Santa Cruz, tuvo que intervenir y pedir a la Policía que acceda al pedido.
Tras unos cinco minutos de tensa charla, los uniformados decidieron dejar pasar a Cabrera y a una representante indígena para que comprueben la insalubridad de las aguas. La madre descendió unos 10 metros, junto a policías y Cabrera. En el lugar recogió agua y dijo que sólo será para bañar a sus bebés.
En la parte alta del riachuelo, las otras mamás aún discutían con los policías. Un uniformado dispuso que bajaran de a dos, decisión que no fue del agrado del grupo. Según Palacios, otro problema es el de los calambres debido a la intensa caminata. Al menos 20 casos por día son reportados a la posta sanitaria.
«También tenemos marchistas que tienen problemas de hipertensión o diabetes. Nos faltan insumos y medicamentos», expresó. En el campamento indígena también hace falta papel higiénico, pasta dental, leche para los bebés y pañales, según indicó la responsable de cuidar la salud de la columna de marchistas.
El 15 de agosto, desde Trinidad, partió la marcha con el objetivo de llegar a La Paz para defender el parque TIPNIS. Los indígenas se oponen a que uno de los tramos de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos pase por el corazón del parque.