Ernesto Samper: ‘Falta el liderazgo de Chávez, podía juntar a muchas personas para la foto’
El expresidente de Colombia (1994-1998) vino a la ciudad de La Paz con un doble propósito. Primero, para presentar su nuevo libro Drogas, prohibición o legalización, que plantea la tesis de una política alternativa de descriminalización.
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“La represión como figura del manejo de lucha contra las drogas no da más”, afirma. Y segundo, la presentación de un instituto de educación en Derechos Humanos, un esfuerzo conjunto con la Organización de Estados Iberoamericanos.
— Desde cuando estuvo en la presidencia de Colombia, ¿cómo ha evolucionado la lucha contra las drogas? ¿Cuál es la propuesta que usted tiene?
— En esencia hemos seguido haciendo la misma tarea de control, interdicción y lucha contra las drogas, pero también hemos estado en una serie de foros y debates en los que se plantea la posibilidad de abrir nuevamente el tema; de encontrar unas salidas no represivas al tema de las drogas.
— ¿Significa reducir el costo de la pérdida de vidas humanas?
— Claro, algo más preventivo. Se trata de que no haya tantos policías y guardianes, sino que existan más maestros y médicos.
— ¿Tiene una evaluación sobre costos de la lucha antidrogas a merced de la represión?
— Es difícil saberlo, pero la época de Pablo Escobar (1988-1993), ahora que la gente está encantada con la serie El patrón del mal, pues Escobar era un terrorista y un asesino; mató a más de 300 periodistas, mil y pico soldados y policías. No, él era un tipo sanguinario.
— José Mujica despenalizó la marihuana en Uruguay. ¿Será este camino para otros estupefacientes? ¿Cuál es su postura frente a este debate?
— Creo que es una salida. Lo que sostiene mi libro es que no podemos salir del fundamentalismo de la prohibición para caer en el fundamentalismo de la legalización. Y para esto se propone un tercer camino que es la ruta de la descriminalización. O sea, la conducta sigue siendo reprochable, pero metemos a la cárcel a los consumidores; es como el caso del alcohol o del tabaco, si en este momento le diéramos el mismo tratamiento que se le está dando a la marihuana, por poner un ejemplo, pues simple y sencillamente nos tocaría meter a la cárcel a 40 millones de alcohólicos. Es mejor darles tratamiento preventivo y no punitivo, y que el Estado a través de las campañas cívicas le hable a la gente del peligro de utilizar la droga de manera absolutamente irresponsable.
— Entonces los consumidores no deben ser criminalizados…
— No podrían ser encarcelados; es un tratamiento punitivo distinto el que se está haciendo.
— ¿Cómo está la región tras la partida de Hugo Chávez?
— Hace falta el liderazgo de Chávez. Creo que Chávez tenía la posibilidad de poner juntas a muchas personas para la misma foto y nos está haciendo falta esa foto. Situaciones como la de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), que no se ha podido poner de acuerdo para nombrar un representante, demuestra que hace falta el liderazgo de Chávez.
— Pero hay otros liderazgos en América Latina, ¿cuáles destacaría? ¿cuál es su opinión sobre Evo Morales, por ejemplo?
— Evo es un luchador y es una persona que ha sabido conjugar la generosidad social con la responsabilidad económica. Creo que esos son los elementos de equilibrio que le han permitido mantenerse en el liderazgo de su país.
— ¿Otro liderazgo que destacaría en América Latina?
— Me llama la atención el caso de Rafael Correa (presidente de Ecuador), creo que él ha encontrado el equilibrio entre la modernidad y el progreso social. Señalo el caso del mandatario Juan Manuel Santos (Colombia), que está ejerciendo un liderazgo en un tema muy complicado, complejo y vital para los colombianos como es el tema de la paz.
— ¿Estamos más cerca de una integración efectiva en Sudamérica?
— Estamos más bien lejos. Aquí hemos descuidado los escenarios de integración en los que hemos trabajado y no hemos creado nuevos escenarios. Los escenarios que creamos como la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y Unasur los hemos estado abandonando, y eso es una pena.
— Falta un liderazgo político…
— Claro. Es que estos escenarios no son para hacer acuerdos de aranceles, esos escenarios son para hacer debates políticos, para hacer acuerdos sobre materias políticas, para hablar de la desigualdad, para hablar de la inseguridad, para los temas que nos aprietan el zapato. Nosotros no podemos caer en la trampa ideológica de estarnos descalificando porque cada uno tiene una manera de pensar distinta. Podemos sobrevivir con dos modelos y una sola región, eso es perfectamente posible.
— ¿Cuál es su opinión sobre la Alianza del Pacífico? ¿Será posible que este bloque conviva con los otros proyectos de integración regional?
— Es una alianza ventajosa para los socios; es importante en términos económicos, porque reúne al 30% de la economía del área. Pero no hay que presentarla como una opción contra el resto de los países porque si algo está demostrado, especialmente, frente al decaimiento de las posibilidades de la compra de la China, de Europa y de Estados Unidos, que se han venido desacelerando sus economías, es que lo único que nos puede fortalecer es una ampliación del mercado interno, el mercado de la región. Es decir, las posibilidades de que no- sotros tengamos un modelo estable y sostenido es que seamos capaces de mantener un mercado interno y ampliarlo. La prioridad debería ser buscar mercados regionales en vez de salir con las maletas a buscar socios en otras partes.
- Perfil
Nombre: Ernesto Samper
Nació: 03-08-1950
Profesión: Abogado y economista
Cargo: Coordinador del Foro de Biarritz
Político y activista de la integración iberoamericana
Vinculado con el Partido Liberal; abogado con estudios en economía, fue presidente de Colombia entre 1994 y 1998. Enfrentó una fuerte arremetida del poder del narcotráfico en su gobierno y, de hecho, aún le queda fresca la figura del famoso narcotraficante de su país Pablo Escobar, abatido en 1993, y a quien no le tiene ninguna contemplación, pese al rango de celebridad que alcanzó actualmente en la televisión. Desde que dejó el poder, ha estado empujando proyectos de integración, especialmente vinculados con el diálogo iberoamericano. Publicó estudios sobre la globalización y gobernabilidad en América Latina como la recopilación Nosotros los del Sur y el libro El salto global. Actualmente es académico y coordinador del Foro de Biarritz, un escenario de estudio y encuentro entre Europa y América. Ejerce como presidente de la Corporación Escenarios y como profesor de las universidades de Alcalá y Salamanca en España. Llegó a Bolivia para presentar el libro Drogas, prohibición o legalización y un proyecto de Derechos Humanos.