La candidatura del Movimiento Al Socialismo (MAS), que busca la reelección del presidente Evo Morales, se impuso —con 55% en promedio— al resto de las candidaturas, según siete mediciones de intención de voto realizadas en los últimos 90 días.  

El indicador corresponde a los resultados entregados por Ipsos y Mori, las dos compañías encuestadoras que lograron estudios de alcance nacional, en poblaciones urbanas y rurales.

Una primera observación establece la certeza de que Evo Morales es el candidato preferido para ganar los comicios del 12 de octubre. Los indicadores en el caso de los tres estudios de Ipsos se mantuvieron estables en el 59%, en tanto que para Mori la preferencia del aspirante oficialista fluctuó, sin mucho sobresalto, en cuatro observaciones: 52% (julio), 56% (agosto), 54% (septiembre) y 59% (octubre), la misma puntuación porcentual que logra Ipsos en tres sondeos.

Vaivenes. Los sondeos son también concluyentes acerca de las razones de este desempeño: un contexto social de optimismo sin fisuras en el último semestre (70-72% de entrevistados que dicen que el país está “progresando”) con su correlato de alta aprobación al Presidente en ejercicio (73-75%), muy sólidos apoyos en segmentos mayoritarios del electorado, en particular entre las clases populares urbanas y los ciudadanos rurales, donde su intención de voto vibra entre el 64 y 68%, y finalmente una alta valoración de su capacidad para resolver la pobreza, la falta de empleo y la desigualdad, y cuando esta evaluación es algo más crítica, como en el caso de la lucha contra el narcotráfico, la inseguridad o la corrupción, el sentimiento sería que no hay otra alternativa o proyecto mejor.

Los vaivenes vinieron por el lado de las oposiciones y estuvieron marcados por tres momentos: el surgimiento de un candidato de centroderecha que muy pocos se esperaban (el expresidente Jorge Quiroga, por el Partido Demócrata Cristiano, PDC) y los eventos imprevistos que afectaron la campaña del empresario industrial Samuel Doria Medina, el aspirante de la alianza de oposición de Unidad Demócrata (UD) que partió a la carrera electoral tras el impulso del pacto político que hizo con el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, y líder del Movimiento Demócrata Social (Demócratas).

A estos factores se suma la intensa competencia por el “voto útil” de las últimas semanas de septiembre que llevó a Quiroga a plantear un debate “cara a cara” para que el electorado decida por la segunda opción en competencia y la aparición del candidato a la vicepresidencia de la UD, Ernesto Suárez, que pidió al electorado descartar la opción del PDC.

Este conjunto de eventos generó un factor de incertidumbre en el llamado “voto duro” de las oposiciones (aquellos ciudadanos que declararon a los encuestadores que en ningún caso votarían por la reelección de Evo Morales), aunque en un escenario en el que la disputa se limitaba a un debilitado, pero inmóvil, rango del 25-27% de electores.

En estos tres meses, la indecisión de los votantes, siempre en función de los estudios de intención de voto, generó una expectativa del 20 al 25% de los potenciales votantes, buena parte de ellos con un perfil sociológico más bien opositor, o situado en las regiones del país en las que el  partido de Evo Morales no fue favorecido por los ciudadanos.

El indicador de indecisos se mantuvo congelado hasta que a fines de septiembre un contingente apreciable de indecisos empezó a optar, de acuerdo con el análisis que hizo Sociométrica para La Razón, sobre la base de la comparación de los resultados de las encuestas mencionadas.

Entre agosto y la primera quincena de septiembre se registraron los días más difíciles para el líder de Unidad Demócrata (UD); no solamente no convencía a los indecisos y, por tanto, se estancaba en un 17-18%, sino que empezó a ver como el ex presidente Quiroga entraba hábilmente en campaña obteniendo en un mes un piso de intenciones en un ascenso del 5 al 6%, lo cual se agravó aún más en el contexto de las polémicas sobre la propiedad de los hidrocarburos (50-50) y sobre todo con el “caso del excandidato Navarro”.

Proyecciones. En la tercera semana de septiembre, Samuel Doria Medina alcanzó su nivel más bajo (13-14%), de manera que un empate con el postulante del PDC no parecía tan improbable. Sin embargo, para el inicio de la campaña mediática, el 12 de septiembre, y la insistencia en el “voto útil” empezaron a dar resultados: La última encuesta de Mori que retrata las opiniones de los ciudadanos en la última semana de septiembre reveló una significativa dinámica en favor del empresario y líder político, que recupera buena parte de la intención de voto de los indecisos. ¿Seguirá esta tendencia hasta el 12 de octubre? Si la respuesta es “sí”, no habría que extrañarse que el empresario cementero se acerque o supere el 25%, y que Jorge Quiroga no solo se estabilice en 9%, sino que pierda electores con rapidez en los escasos seis días que restan para la celebración de la fiesta de las urnas.

Han sido tres meses no exentos de sorpresas pero también con muy marcadas certezas desde temprano. El análisis ilustra sobre los vaivenes de una campaña que no estuvo tan aburrida.