UNODC recolecta datos para informe sobre cultivos de hoja de coca en Bolivia
La oposición cuestiona la nueva ley al considerar que más cocales en Bolivia solo pueden significar un beneficio para el narcotráfico.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por su sigla en inglés) informó hoy sobre las actividades que realiza para recolectar datos para elaborar su reporte anual sobre los cultivos de hoja de coca en Bolivia.
Las actividades comenzaron a fines de noviembre de 2016 en la zona subtropical de Los Yungas, en La Paz, y el Chapare o trópico de Cochabamba (centro), según un comunicado difundido por la UNODC.
A fines de 2016 se efectuaron misiones de campo terrestres en ambas zonas y en enero pasado se llevaron a cabo sobrevuelos en el trópico de Cochabamba y tres municipios del departamento vecino de Santa Cruz (este), indicó el organismo.
En estas actividades participó también personal técnico de las unidades de desarrollo económico y social de Los Yungas y el Chapare dependientes del Viceministerio de Coca y Desarrollo Integral.
Durante el trabajo se emplearon técnicas de captura de información mediante fotografías y puntos georreferenciados, utilizando equipos GPS y cámaras fotográficas de alta resolución, detalló la UNODC.
«La información obtenida en campo constituye una parte fundamental de los insumos empleados durante el proceso de interpretación visual de parcelas de cultivos de coca sobre imágenes de satélite», resaltó el organismo.
Los resultados de la verificación de las plantaciones en Bolivia serán difundidos en julio próximo, cuando la UNODC presente su Informe de Monitoreo de Cultivos de Coca 2016.
El monitoreo de cultivos se desarrolla dentro de un programa para apoyar la puesta en marcha del Plan de Acción de la Estrategia de Lucha Contra el Narcotráfico y Reducción de Cultivos Excedentarios de Coca de Bolivia, financiado por la Unión Europea y Dinamarca.
El estudio presentado por el organismo en julio del año pasado certificó que Bolivia tenía unas 20.200 hectáreas de coca en 2015.
La hoja de coca tiene en Bolivia usos culturales, rituales y medicinales reconocidos en la Constitución, pero una parte de la producción es desviada al narcotráfico para fabricar cocaína.
El presidente Evo Morales, que aún es el máximo dirigente de los sindicatos de cocaleros del Chapare, promulgó la semana pasada una ley que sube de 12.000 a 22.000 hectáreas la superficie legal de cultivos de hoja de coca en el país.
Las autoridades bolivianas aseguran que se necesitan 18.000 hectáreas para cubrir la costumbre de la masticación de la coca o «acullicu» y que el resto de las plantaciones puede ser exportado, aunque la ONU mantiene vetada la comercialización de la planta.
La oposición cuestiona la nueva ley al considerar que más cocales en Bolivia solo pueden significar un beneficio para el narcotráfico.
La Unión Europea expresó preocupación por la norma y consideró que su ayuda a Bolivia debe ser «reenfocada», lo que, según las autoridades de La Paz, implicaría que el apoyo europeo se dirija solo a la represión al narcotráfico dejando de lado otras áreas de desarrollo. E