Arce participa de la Sesión de Honor de La Paz y evoca las ‘masacres’ de noviembre 2019
El Presidente afirmó que las “masacres” fueron “perpetradas por quienes no aman lo que somos, ni nuestras raíces”.
El presidente Luis Arce participó este miércoles de la Sesión del Honor de la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz en conmemoración de los 212 años de gesta libertadora paceña y durante su discurso recordó las “masacres” registradas en 2019.
“En estas fiestas julianas, no dudamos que el espíritu de nuestros guerrilleros de la independencia, de nuestros protomártires de la revolución del 16 de julio, de nuestros caídos en la guerra del gas, de nuestras hermanas de pollera que han sido humilladas en el gobierno de facto, de la muerte de muchos hermanos en Senkata y en otras masacres, como Huayllani o en el sur de nuestra ciudad (de La Paz)”, dijo la autoridad.
Agregó que esas “masacres”, registradas en el gobierno de Jeanine Añez en noviembre de 2019, fueron “perpetradas por quienes no aman lo que somos, ni nuestras raíces”.
Es así que renació “la conciencia, la organización y la movilización de nuestro pueblo boliviano que ahora está decidido a avanzar cada vez más hacia el horizonte del vivir bien”, señaló.
Las “masacres” ocurrieron después de que el gobierno de Áñez ordenó la intervención de la Policía y las Fuerzas Armadas para “restablecer el orden” antes las protestas por la renuncia de Evo Morales. Con ese fin emitió el Decreto Supremo 4078, el 14 de noviembre de 2019, que liberaba de sanciones penales a militares. Los hechos más sangrientos se registraron en Sacaba y Senkata.
Es así que el 15 de noviembre, una columna de manifestantes, entre cocaleros e interculturales, fue interceptada en el puente Huayllani (Sacaba, Cochabamba) por fuerzas combinadas. El operativo terminó con nueve fallecidos, y un décimo fue reportado semanas después, luego de heridas graves.
Cuatro días después, el 19 de noviembre, otra columna de manifestantes fue reprimida en Senkata, El Alto. Otra vez policías y militares actuaron contra la movilización que bloqueaba la salida de combustibles de la planta de Senkata. Hubo otra decena de fallecidos.
Según informe de la Defensoría del Pueblo, que citó reportes del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), las muertes en ambos hechos fueron a causa de impactos de balas. Entonces, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, deslindó responsabilidades de las fuerzas conjuntas y dijo que los movilizados se mataron entre sí, mientras su colega de Defensa, Luis Fernando López, dijo que en el caso de Senkata el Ejército “no disparó ni un solo cartucho”.
Sobre ambos hechos luctuosos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo independiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), estableció que fueron “masacres”.
Pero ahora “no nos queda duda alguna de que la tea del inmortal Pedro Domingo Murillo no se apagará jamás mientras existan mujeres y hombres patriotas en nuestro suelo”, puntualizó el Jefe del Estado.