Candidaturas 2021
Las elecciones departamentales, regionales y municipales constituyen un ámbito fundamental para la distribución territorial del poder.
A pocos días del vencimiento del plazo para la inscripción de candidaturas en las elecciones subnacionales 2021, hay intensas disputas internas en el gobernante MAS-IPSP, por un lado, y fragmentación en las oposiciones, por otro. Tal dinámica es propia de unos comicios con miles de candidaturas y pugnas de liderazgo. Con este proceso culmina el actual ciclo electoral en el país.
Las elecciones departamentales, regionales y municipales constituyen un ámbito fundamental para la distribución territorial del poder. Pese a la debilidad y lentitud del proceso autonómico, las gobernaciones departamentales y los gobiernos municipales constituyen un importante contrapeso al nivel central del Estado. Por ello la importancia de los comicios convocados por el TSE para el domingo 7 de marzo, en los que compiten no solo los partidos, sino también casi un centenar de agrupaciones ciudadanas.
¿Cómo van las cosas en la definición de candidaturas? En el campo opositor, la reiterada consigna de la unidad tropezó, como ocurre desde hace más de una década, con la realidad de la división y el predominio de intereses particulares. Así, se registraron muy pocas alianzas. No hubo ningún acuerdo de alcance nacional entre las principales fuerzas políticas, que optaron, como pudieron, por pactos más bien locales. La falta de acuerdos sobre candidaturas opositoras se expresa entonces como fragmentación.
En el campo del MAS-IPSP, en tanto, algunas candidaturas se decidieron de manera unitaria, en tanto que otras generaron enfrentamiento entre fracciones y hasta hechos de violencia (sillazos incluidos). Se comprueba así que la organización política con mayor presencia territorial en Bolivia, al igual que otras fuerzas menores, carece de mecanismos de democracia interna. Claro que, en general, las decisiones orgánicas importan y cuentan, pero no siempre son suficientes para generar consensos.
Nota especial merece el protagonismo del expresidente Morales, que desde su retorno al país ha asumido la conducción partidaria bajo el imperativo de la unidad, en especial con miras a los comicios 2021. Si bien su liderazgo es ampliamente reconocido en las diferentes organizaciones y sectores del MAS, algunas de sus decisiones generan controversia. Resulta curioso, en todo caso, el tránsito veloz de operadores de la oposición: ayer acusaban a Evo Morales de todopoderoso, hoy presagian (anhelan) un “liderazgo desportillado”.
Más allá de las previsibles disputas internas en torno a las candidaturas, que expresan diferentes correlaciones de fuerzas, queda como asignatura pendiente la necesidad de mecanismos democráticos para la toma de decisiones. Es evidente que las reglas establecidas en la Ley de Organizaciones Políticas, como el mecanismo de las primarias, resultan insuficientes o, en su caso, inviables. En los próximos días sabremos el desenlace de estas pugnas en el marco del actual proceso electoral.