La cumbre de Piñera fue una encerrona política. Alejandro Navarro
Senador chileno de corriente izquierdista. Ve viable la actualización del Tratado de 1904 y rechaza la posición que asumió la derecha de Chile respecto al reclamo boliviano.
Dice que no es el momento ideal para negociar soberanía marítima. Eso se lo puede hacer en un futuro, cuando las nuevas generaciones asimilen que las fronteras no serán un candado, dice. Por el momento, es partidario de dar a Bolivia un espacio marítimo. Es crítico con la política exterior que emplea el gobierno de Sebastián Piñera. Ve división en el oficialismo chileno, ya que unos hablan de unidad y diálogo con Bolivia y otros quieren cerrar constitucionalmente el tema.
Muero por volver a La Paz. Fue su primera frase. Contestó su teléfono móvil y al evidenciar que el entrevistador es boliviano, recordó su arribo a la ciudad del Illimani. “Fue hace años, no recuerdo cuántos”, dice. Alejandro Navarro, senador izquierdista chileno, participó de la reunión que convocó el presidente Sebastián Piñera al sistema político de Chile para analizar el anuncio de la demanda marítima boliviana. Esta cumbre fue una “encerrona política”, fue el primer comentario que lanzó el legislador sobre el encuentro, que se realizó ocho días después de que Evo Morales anunciara que Bolivia recurrirá a cortes internacionales para volver al mar con soberanía.
El exvicepresidente del Senado de Chile —abandonó el cargo hace cinco días— dice que el oficialismo en su país no tiene una propuesta clara frente al reclamo boliviano. Es partidario de dar un espacio marítimo a Bolivia, pero dice que debe ser sin soberanía. Contundente, tilda de “señores de la guerra” a los políticos que proponen incorporar en su Constitución un artículo que niegue la salida soberana al Pacífico para Bolivia.
— ¿Fue de provecho la reunión que convocó Sebastián Piñera al sistema político chileno para abordar la demanda boliviana?
— La reunión fue una encerrona (engaño) política entre los fuegos de la alianza de derecha y el gobierno de Sebastián Piñera. Lo que queda claro después de esta reunión es que el síndrome del pato cojo (pérdida de apoyo popular de un gobierno) ya está instalado en La Moneda. En el tema de Bolivia, no queda claro quién manda, porque mientras el Presidente dice una cosa, la Unión Democrática Independiente (UDI) —partido aliado de Piñera— fue a la reunión a levantar la tesis del candidato presidencial Laurence Golborne…
— ¿Qué tesis?
— Golborne propuso modificar la Constitución (de Chile) para cerrar el paso de una salida al mar para Bolivia. Golborne lo que hace es una virtual declaración de guerra, ya que su propuesta cierra una salida pacífica, es un portazo al diálogo, y por cierto solo deja abierta la misma opción mediante la cual Bolivia perdió su territorio, es decir la guerra. Tal parece que 130 años para algunos han pasado en vano. Éstos son los señores de la guerra, los que, cualquiera sea el resultado, siempre ganan, porque los que perecen en la guerra son siempre los hijos del pueblo.
— Golborne, aliado de Piñera…
— Claro, fue su ministro de Minería y ahora es candidato presidencial de la UDI, partido que forma parte de la alianza de derecha. Andrés Allamand, también ministro de Piñera, es el otro candidato de la derecha. Ambos se enfrentan en primarias.
— Golborne tiene un discurso radical, imaginemos que llega a la silla presidencial. ¿Qué le depara a la relación boliviano-chilena?
— Si hoy con Sebastián Piñera las relaciones con Bolivia están congeladas, con un eventual gobierno de Golborne sólo se garantizaría el enfrentamiento, eso es seguro.
— Volviendo a la reunión Piñera-dirigentes políticos, ¿salió algo positivo de ese encuentro?
— Sólo se evidenció que el oficialismo está dividido. Personalmente, leí en la reunión que la propuesta formulada por Golborne dejó en evidencia la contradicción oficialista, porque mientras Piñera pedía respaldo a su propuesta de unidad nacional, el candidato (Golborne) cerraba las puertas a una salida pacífica y negociada, dejando como única posibilidad el conflicto bélico. Lo concreto es que Golborne y la UDI pusieron dinamita a la reunión.
— Usted que vive en Chile, ¿ve viable modificar la Constitución de su país para cerrar el diálogo con Bolivia y su reclamo marítimo?
— No hay viabilidad, en consideración de que hoy no hay unanimidad nacional, no hay una mayoría parlamentaria que pueda aprobar una ley para este objetivo (modificar la Constitución), de que hay elecciones parlamentarias y presidenciales este año, y teniendo en cuenta que el discurso de proteger la soberanía es altamente rentable para la derecha.
Esta posición es sólo sustentada en sondeos de opinión, que carece de racionalidad y por la cual están deslealmente dispuestos a dejar al presidente Piñera en el limbo, porque mientras el Presidente pide apoyo para la posición oficial, el candidato de la UDI, que aspira a reemplazarlo, propone una salida radical, completamente distinta a la señalada por el Mandatario. Sin embargo, es una contradicción grave por un lado defender la soberanía y por el otro regalar todos los peces de nuestro mar a siete familias empresariales…
— ¿Este conflicto bilateral perjudica a las empresas chilenas?
— Chile tiene miles de kilómetros de mar, pero de la cuarta a la primera región tiene un nombre, Angelini (familia dueña de Corpesca, primera empresa chilena de exportación de harina y aceite de pescado), donde el 95% de los derechos de pesca es de esa empresa. Por tanto, hay que saber qué defendemos, yo creo que esta deuda histórica debe ser evaluada.
— ¿Sebastián Piñera tiene alianzas empresariales?
— Él es empresario y tiene todo el derecho de hacer alianzas con empresarios, es su decisión, pero acá lo crítico es que defendemos el nacionalismo cuando en realidad estamos defendiendo los intereses de una empresa privada de pesca.
— ¿Cree que el tema marítimo, en ambos países, se electoralizó?
— Es evidente la desesperación de la UDI y la derecha, porque trata de convertir la demanda marítima boliviana en tema de campaña, buscando emplazar a Michelle Bachelet, tal como lo está haciendo con temas internos. En todo caso, es claro que lo hace sólo basándose en encuestas y con fines puramente electorales. En Bolivia no sé cómo se maneja el tema, no quiero meterme en temas internos.
— En el tema marítimo hubo avances entre Evo Morales y Michelle Bachelet. ¿Cree que Piñera tiró a la basura todos estos avances?
— Este gobierno no tiene propuesta sobre las relaciones con Bolivia, sólo existe un discurso basado en un nacionalismo territorial, porque no hay amenaza real. Resulta llamativo que la UDI, tan crítica de la posición del Gobierno boliviano y del presidente Evo Morales, utilice para defender su posición la misma lógica que ustedes emplean, ya que en la Constitución suya (boliviana) hay un mandato expreso a quien ejerza el mando de la nación para levantar la demanda marítima, y que propongan una reforma a su añeja Constitución para evitar llegar a un acuerdo que permita una salida marítima al vecino país, es actuar bajo la misma lógica.
— ¿Usted está de acuerdo con una salida al mar para Bolivia?
— Respaldamos la vigencia del Tratado de 1904, aunque ciertamente compartimos e insistimos en que Chile debe dar una salida al mar para Bolivia, cuya soberanía quede al debate del futuro…
— ¿Por qué?
— Tengo la convicción de que en un futuro cercano, la crisis energética, el calentamiento global y el cambio climático harán que la integración este por sobre esta mal llamada soberanía, y que será la tarea para las generaciones chilenas y bolivianas más integradas cumplir con una salida al mar en paz y en total acuerdo.
— Entonces, ¿no es el momento ideal para negociar soberanía?
— Repito que soy absolutamente partidario de darle una salida al mar a Bolivia. Soberana, no; porque no existe hoy, ahora, una posibilidad con soberanía y para esto habría que tener coincidencia con el Perú y hacer un plebiscito interno en Chile. Pienso que dentro de unos 20 años, sí, pero ahora nos desgastamos con palabras de patriotismo absurdo diciendo que no podemos entregar el mar de los chilenos…
— ¿Patriotismo absurdo?
— Sí, ¿de qué chilenos me hablan? Si el mar, te lo repito, le pertenece solamente a un grupo de familias, partiendo por la del señor Angelini, que controlan toda la pesca.
— Bolivia plantea reformar el Tratado de 1904, ¿cree usted viable esta posición?
— En cuanto al Tratado de 1904, en su artículo 12 establece que cuando haya diferencia entre los países firmantes sobre el cumplimiento del mismo, habrá que dirimir con un árbitro, que es el Emperador de Alemania, Guillermo II. Esto demuestra que los tratados pueden actualizarse y las fronteras de guerra, si contribuyen a la paz, pueden revisarse. Reitero que no estoy por dar soberanía, porque no están las condiciones políticas en Chile.
Perfil
Nombre: Alejandro Navarro Brain
Nació: 20-11-1958
Profesión: Filósofo.
Cargo: Senador de la República de Chile
Carrera
En 1982 inició sus actividades políticas como dirigente estudiantil. Un año después ingresó al Partido Socialista de su país. Entre 1994 y 2006 fue diputado por la región del Bío Bío. Al terminar su gestión, se postuló a la senaturía, cargo que ocupa hasta hoy.
Amigo de Evo y Chávez; un ‘revolucionario’ transandino
Conoció a Evo Morales cuando el actual Mandatario boliviano visitó Santiago, el día que Michelle Bachelet asumió la presidencia de Chile, en 2006. Esa visita fue histórica, ya que en más de medio siglo un Presidente de Bolivia había pisado suelo chileno, esto por los constantes ataques referidos al diferendo marítimo.
Alejandro Navarro Brain, senador del Movimiento Amplio Social (MAS) de Chile, recuerda a Evo con una chamarra de cuero y motivos indígenas. “Él estaba con jeans, tranquilo y muy amable”, rememora el legislador chileno, quien menciona que la llegada de Morales fue un impacto social en Santiago. “Aparte de que por mucho tiempo no llegó un mandatario boliviano, la figura de Evo Morales, como lo es ahora, fue impresionante. Recuerdo que los medios lo seguían a todo lado”, dice.
Aprovechó un descanso de Morales en un hotel. Ahí, se acercó y le habló. Evo no mostró reparos y accedió a una fotografía con Navarro y uno de sus cuatro hijos. “Él llegó al poder gracias a la lucha sindical, llegó al poder gracias a los movimientos sociales, y eso es lo que intentamos replicar acá en Chile”, comenta.
Navarro se considera un revolucionario. Es hincha de Colo Colo (club de fútbol chileno). Dice que un par de veces fue al Congreso de Chile con la camiseta de su equipo. “Muchos se sorprendieron, es que amo el fútbol”, reconoce. También es un luchador social. Participó de varias protestas y marchas sindicales. “Igual que Evo”, se emociona.
Sobre su relación con Hugo Chávez, lamenta el fallecimiento del líder revolucionario. Se conocieron “hace años” en Caracas a través de Nicolás Maduro, actual presidente encargado de Venezuela. La admiración que el senador chileno confiesa hacia el proceso bolivariano hizo crecer una amistad con Chávez. Esta relación fue muy criticada en Chile, reconoce, pero Navarro siempre salió en defensa del líder fallecido.
Acompañó a Chávez en una de sus campañas presidenciales. Recorrió con él Barinas y Santa Inés (Venezuela) y en uno de los actos fue presentado ante los seguidores chavistas. “Nunca había firmado tantos autógrafos como en este último lugar, donde se recuerda y admira mucho al presidente Salvador Allende”. Fue al entierro de Chávez a Caracas. Por la cantidad de gente que llegó al funeral, a Navarro nadie le quita de la cabeza que el Presidente venezolano fue un “gran líder”.