Jose A. Quiroga: Nunca hubo un diálogo franco entre Samuel, Juan y Rubén
José Antonio Quiroga, quien fue parte del Frente Amplio, destaca que las elecciones primarias hubieran marcado época en el sistema democrático boliviano; pero no se pudo porque los partidos institucionalmente no maduraron.
El Frente Amplio en su nacimiento fue concebido como una “opción política de largo aliento”, una “institución para la democracia”; no para ser una mera “oposición al MAS”, insiste José Antonio Quiroga Trigo, miembro del Foro de la Ciudadanía Democrática y uno de los fundadores de dicho Frente. Fracasó, como se vio: la propia Unidad Nacional (UN), columna vertebral del Frente, tuvo que ‘dejarlo’ momentáneamente para aliarse con Demócratas de Rubén Costas. ¿Qué pasó? Quiroga Trigo, que junto a su agrupación también dejó el Frente, apunta hacia las tres grandes fuerzas: entre Unidad Nacional (Samuel Doria Medina), el Movimiento Demócrata Social (Rubén Costas) y el Movimiento Sin Miedo (Juan del Granado), en ningún momento hubo un diálogo transparente y franco, “no hubo una verdadera voluntad unitaria, sino cálculo de candidaturas e intereses partidarios, a la vieja usanza”, enfatiza. Será en otra, concluye.
— ¿Por qué el Frente Amplio fracasó en su pretensión de ser el referente de unidad de la oposición al MAS?
— El Frente Amplio nació en septiembre del año pasado, después de un largo proceso de gestación, atendiendo la demanda de unidad de la ciudadanía democrática. Seis organizaciones con distintas trayectorias decidieron unirse para ofrecer una opción política de largo aliento. En ningún momento se definió como “la oposición al MAS (Movimiento Al Socialismo)” sino como una institución para la democracia. Sabíamos que ese esfuerzo unitario era necesario pero no suficiente. Por ello, convocamos en distintas oportunidades al MDS (Movimiento Demócrata Social) y al MSM (Movimiento Sin Miedo) a definir de manera conjunta un programa y un candidato. Esos dos partidos rechazaron la idea de ir a unas elecciones primarias o definir vía encuesta al candidato de la unidad, como insistió varias veces Samuel Doria Medina. En lugar de ello, optaron por excluir al Frente Amplio y definir por su cuenta una alianza política y electoral, pero no pudieron ponerse de acuerdo en un candidato conjunto. Al fracasar esa opción, el MDS decidió hacer un acuerdo con Samuel, poniendo como condición que la alianza electoral sería solamente con UN y no con el Frente Amplio.
— En el intento de unidad entre el Frente, el MSM y el MDS, ustedes dicen que se impuso la lógica de la “unidad excluyente” (que cada quien quería imponer su candidato). ¿Por qué sería?
— Primero se excluyó al Frente Amplio de las conversaciones entre el MSM y el MDS. Luego UN y el MDS excluyeron al Frente Amplio de su acuerdo y formaron otra alianza electoral. En ningún momento hubo un diálogo transparente y franco entre las tres fuerzas. Ni Samuel Doria Medina ni Juan del Granado parecían dispuestos a declinar sus candidaturas. En marzo, Rubén Costas, que no estaba interesado en promover su propia candidatura, propuso que los tres declinen sus aspiraciones y designen a Luis Revilla como candidato de la unidad. La propuesta fue desechada por el propio MSM, del que Revilla es dirigente. Y UN insistió en elegir al candidato por encuestas. Por lo visto, no hubo una verdadera voluntad unitaria, sino cálculo de candidaturas e intereses partidarios, a la vieja usanza.
— El MSM y el MDS llegaron a un acuerdo programático de diez puntos, pero fracasaron en una candidatura común; el Frente, Unidad Nacional, fue por el camino inverso: primero las candidaturas y luego el programa. ¿No fue este otro factor para el fracaso del Frente Amplio?
— La definición de esos diez acuerdos muestra que las diferencias de fondo entre las distintas fuerzas son políticas y electorales, no programáticas. Podía haber un programa común pero no una candidatura conjunta. Sabiendo eso, UN antepuso una modalidad para elegir un candidato consultando a la población. Primero se habló de elecciones primarias, luego se cambió esa opción por las encuestas. Una y otra modalidad son muy distintas en su contenido democrático y en su fuerza movilizadora.
— ¿Que no se haya ido a estas elecciones primarias no fue otro de los factores del fracaso?
— Las elecciones primarias hubiesen sido una innovación muy importante para el sistema democrático en nuestro país. Para activar esa opción se requería un acuerdo previo de los contendientes y una mayor consistencia institucional de cada uno de ellos. Y lo que terminó imponiéndose fueron acuerdos meramente electorales, por cuotas de representación parlamentaria, y no una opción institucionalizada, programática y de más larga duración.
— ¿En qué medida dicha encuesta perjudicó o ayudó al Frente a ser ese espacio de unidad?
— El Foro de la Ciudadanía Democrática no participó en ese proceso destinado a darle un candidato propio al Frente Amplio. Considerábamos que no se habían agotado los esfuerzos por encontrar la unidad más amplia con las demás fuerzas democráticas. Y en esas circunstancias, añadir una candidatura más a las dos ya existentes no contribuía a acercar a los posibles aliados sino que más bien los alejaba. En lugar de presentar un candidato alternativo, publicamos una demanda de unidad de las fuerzas democráticas pidiendo la apertura de una mesa de concertación tripartita. Lamentablemente, nuestro llamado no tuvo la respuesta esperada. Por lo demás, el proceso de la encuesta fue realizado en condiciones muy poco convincentes y con un resultado absolutamente previsible.
— ¿Por qué no se sienten representados por Concertación? ¿Fue la derecha la que se impuso en el Frente? ¿En qué medida suscriben ustedes aquello de que con su separación se fue el “ala izquierda del Frente”?
— Como ya le dije, la Concertación Unidad Demócrata (CUD) no es la institución para la democracia que pretendió ser el Frente Amplio. Y para restablecer los equilibrios democráticos en el país es necesaria una opción no solo unitaria sino cualitativamente distinta, portadora de un liderazgo alternativo al del viejo sistema de partidos derrotado entre 2003 y 2005. No vemos esa opción renovada ni en los partidos ni en el binomio de la Concertación, que tienen una orientación más conservadora que la del partido de gobierno, lo cual ya es mucho decir. Hubiésemos preferido una opción más plural en términos ideológicos, que reúna a la izquierda y derecha democráticas para enfrentar a los sectores de izquierda y derecha autoritarios instalados en el gobierno. Más plural también en términos de género y de clase social.
— Ustedes le reconocen a la Concertación ser “la unidad más amplia que se ha podido forjar en este proceso electoral”, por tanto, lo más útil para enfrentar al oficialismo. ¿No es contradictorio esto con haber dejado el Frente?
— En efecto, a pesar de todas sus deficiencias, la Concertación Unidad Demócrata es la opción que reúne a la mayor cantidad de aliados electorales y la que, previsiblemente, tendrá mayor respaldo electoral. Las demás opciones han quedado muy rezagadas, a juzgar por los datos de las últimas encuestas. Sin embargo, para hacerle frente al poder autocrático del MAS se requiere otro tipo de liderazgo, de ideas, de base social y de proyecto político. Esa tarea queda como una asignatura pendiente de las fuerzas democráticas. Para nosotros, es indispensable que haya una clara correspondencia entre los medios y los fines: hay que practicar en casa la democracia que queremos para el resto de la sociedad. No nos satisface, por lo tanto, cualquier tipo de unidad. Y en términos programáticos, se requieren reformas profundas y no una mejor administración del Estado corporativo instaurado por el MAS.
— En su criterio, ¿qué es lo que finalmente unió a Samuel Doria Medina y Rubén Costas?
— El deseo de ser candidato de Samuel y la necesidad de una bancada para el MDS, mayor que la que podía conseguir por su cuenta o aliado con el MSM. Todo ello en nombre del bien mayor.
— ¿Qué decisión tomaron o tomarán las demás fuerzas del Frente ante el nacimiento de Concertación? ¿Cuál es el futuro de su tendencia?
— No sabemos si el Frente Amplio podrá continuar después de haber sido sustituido por la alianza UN-MDS. La posibilidad de que tenga personería jurídica propia, y con ello mayor consistencia institucional, ha sido descartada por ahora. Tres organizaciones se han retirado del acuerdo que tenían con UN. Y la situación de los otros aliados electorales, el MNR y Columna de Integración, también ha quedado en una circunstancia incierta. La alianza UN-MDS ha desordenado el tablero de las opciones electorales: el MSM quedó disminuido; se alentó la aparición de Tuto Quiroga para disputarle espacio a la Concertación; y el Frente Amplio quedó en algo parecido a un coma inducido. Esperemos que resucite y recupere su autonomía. Si logramos hacerlo, tendrá que organizarse en unos términos distintos a los de esta primera etapa. Por ahora, creo que conviene dar vuelta la página de esta historia y esperar que, pese al acoso gubernamental, las fuerzas democráticas puedan lograr una buena representación parlamentaria.
Datos
Nombre: José Antonio Quiroga Trigo
Profesión: Filósofo
Cargo: Director ejecutivo de Plural Editores.
Perfil
José Antonio Quiroga, sobrino de Marcelo Quiroga Santa Cruz, ingresó a la política en la década de los 70; tuvo que salir clandestinamente del país durante la dictadura de Hugo Banzer hacia México, donde estudió filosofía. En un acto proselitista del MAS en 2002 fue proclamado candidato a la vicepresidencia por ese partido, junto a Evo Morales, lo cual luego él descartó.