‘Alternancia’ versus ‘estabilidad’, los mensajes de campaña en pugna
Los mensajes por el Sí o por el No a la reforma constitucional sobre la elección consecutiva son básicamente ‘estabilidad’ para un caso y ‘alternancia’ para el otro. Las campañas electorales para la consulta han comenzado.
Las opciones por el Sí o por el No en el referéndum del 21 de febrero de 2016, sobre la reforma constitucional que permitirá tres elecciones consecutivas de Presidente y Vicepresidente dejan servidas múltiples posibilidades para hacer campaña para cada una de las dos alternativas.
Los políticos involucrados explican en qué mensaje se centrarán en sus campañas en defensa de la opción que promueven. Mientras el Movimiento Al Socialismo (MAS) apuesta a posicionar la fórmula continuidad igual a estabilidad igual cumplimiento de la Agenda 2025; las diferentes agrupaciones opositoras apuntan, con matices, a concientizar a los votantes sobre la noción de la “alternancia” como base para el desarrollo democrático.
Naturalmente, ambos mensajes pueden ser objeto de diferentes cuestionamientos, lo que se verá luego de presentar las propuestas de los mensajes centrales y subordinados de campaña que pronto comenzarán a circular o que ya circulan hace algún tiempo.
PDC y UN. El Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Unidad Nacional (UN) representan la crítica a la repostulación, desde lo que se puede llamar la centroderecha —considerando que el grupo de disidentes del MAS, junto a Soberanía y Libertad (Sol.bo) se adecuan más a una ubicación desde la centroizquierda. Tanto el PDC como UN han decidido no hacer campaña con sus colores políticos y centran sus mensajes en ideas cercanas.
El dirigente del PDC Luis Vásquez explica el núcleo del contenido a ser posicionado: “El mensaje central es que concebimos el voto por el No como uno [que está] por la preservación de la democracia”. Elizabeth Reyes, de UN, señala lo propio por su partido. El mensaje será: “La alternancia, la participación de todos. No abrir la Constitución para solo beneficiar a dos individuos (Evo Morales y Álvaro García)”.
Vásquez, sin embargo, complementa la idea central que su partido quiere posicionar: “El único contenido que entendemos de un proceso de sucesivas reelecciones es la transición lenta de un sistema democrático a uno autoritario, ése es el núcleo del mensaje.”
Entonces, sin detenerse en la potencial efectividad o no de los mensajes, tenemos el trazo de cómo se va construyendo la posición: reelección igual a autoritarismo; la salida para ello sería la alternancia.
Si bien esos son, de modo separado, los mensajes centrales del PDC y UN, ninguno se limita a la sola reflexión de la democracia. Así, el PDC señala que la campaña “no se restringe al concepto democrático, sino que va a plantear el porqué del No, que se vincula a un gobierno que no gobierna, que deja campear la inseguridad en las calles, un gobierno que en el mejor apogeo de la economía ha dilapidado y ha sido corrupto; un voto por el No es un voto contra la corrupción y la incertidumbre que significa el MAS para los bolivianos”.
Reyes también señala que se hablará del “por qué No” en tres puntos: “Abrir la Constitución para dos personas no es lo correcto; pensamos que el Gobierno iba a ser elegido para trabajar y para estar al lado del pueblo en las necesidades y no en campaña continua; y, tres, no compartimos el gasto de 21 millones de dólares (costo preliminar de la elección) en un país con problemas de salud, inseguridad y otros que no han sido resueltos”. En ambos casos (de UN y del PDC), entonces, se tendrá un mensaje que combina la concepción de la democracia con base en la alternancia, con críticas a la administración del MAS en estos 10 años.
MAS. El partido de Gobierno hará campaña por el Sí a la modificación de la Constitución primordialmente basado en la práctica necesidad histórica del binomio Evo Morales-Álvaro García. Como se dijo, se apelará a la fórmula que dice: solo con la continuidad de estas personas en la Presidencia y Vicepresidencia es posible la estabilidad económica, política y social de país que ha permitido, hasta el momento, poner en marcha un proyecto nacional de largo alcance.
“Nosotros tenemos un proyecto de país hasta 2025. Con Evo sí tenemos un futuro y un proyecto a concluir”, señala Amanda Dávila, miembro de la Casa Nacional del Bicentenario, nombre de la instancia central de campaña del MAS, que concuerda con el mensaje que quieren transmitir de que el Sí equivale al cumplimiento de la Agenda 2025, año del Bicentenario de Bolivia.
“Tenemos estabilidad económica y política, y crecimiento económico sostenido. Esta estabilidad es un patrimonio del pueblo boliviano que debe consolidarse más aún con un proyecto de país que tenemos, a diferencia de la oposición que no tiene propuesta”, dice Dávila.
“Por eso, el mensaje principal de nuestra campaña es ‘Con Evo, Sí tenemos futuro’. Evo tiene proyecto de país, quiere a Bolivia industrializada, moderna, sin pobreza ni racismo, una Bolivia con soberanía alimentaria, convertida en corazón energético regional y con un corredor bioceánico”, detalla. No se puede dejar de notar que varios de los puntos mencionados por la exministra responden a la Agenda 2025.
En cuanto a flancos débiles que pueden ser utilizados por la oposición está el de la corrupción, específicamente el Fondo Indígena. Con todo, se apunta a mostrar que las autoridades del MAS fueron las “primeras interesadas en que la investigación en torno al Fondo por parte del Ministerio Público tenga un resultado concreto. Porque el gobierno, y lo ha dicho nuestro Presidente, no va a permitir que ninguna instancia de gobierno proteja a nadie”.
SOL.BO Y DISIDENTES. Opositor al MAS, con una orientación ideológica inclinada hacia la izquierda, Sol.bo hará campaña por el No con una plataforma de personalidades como Amalia Pando y fundadores del MAS que hoy son disidentes. Se extraen sus razones con base en su documento “Manifiesto a la opinión pública”.
El enfoque que asume Sol.bo con su plataforma ciudadana varía del de UN y PDC en el hecho de pretender trascender el referéndum de 2016 presentándose como una futura alternativa política al MAS (y al resto de la oposición). Ante la pregunta, que puede parecer pesimista, de ¿si no es el Evo, entonces quién?, Sol.bo contesta que su agrupación quiere ser una alternativa para 2019.
“Amparados en nuestra Constitución (…) asumimos el deber de plantearle al pueblo boliviano una alternativa diferente a la permanencia indefinida en el poder y manifestamos nuestra decisión de movilizarnos por el No a la reforma de la Constitución y el No a la reelección.”
El manifiesto coincide con la idea del MAS de que: “los avances que ha vivido nuestro país en la década pasada son patrimonio de todo el pueblo boliviano, que con su sacrificio y esfuerzo en la ‘guerra del gas’ y otras movilizaciones populares (…) conquistó la reapropiación nacional de una parte importante de la renta hidrocarburífera”.
Sin embargo, la diferencia se hace palpable cuando contesta a las ideas del MAS acerca de que solo con su continuidad seguirá el crecimiento económico y el éxito de la demanda marítima. Sobre lo primero porque “es el propio gobierno del MAS el que, con su Anteproyecto de Ley de Estímulos a la producción de hidrocarburos, pretende entregar a las empresas transnacionales una parte importante del IDH”. Respecto a la demanda marítima, su continuidad estaría garantizada por ser “una política de Estado”.
Luego, el texto vira a un cuestionamiento de lo que llama “extravío ideológico” del MAS. Se da a entender que el Gobierno impulsa alianzas con el gran capital estadounidense, cosa que cuestiona Sol.bo y su plataforma. Es notoria la diferencia de enfoque entre en los mensajes por el No entre PDC y UN y Sol.bo.
Por su parte, Román Loayza, uno de los disidentes fundadores del MAS, más bien apela a que la apuesta por el No debe expresar la autonomía de los movimientos sociales, que las organizaciones, y “el pueblo” en general no terminen de servidores, “pongos”, de nuevas élites, hoy encarnadas, asegura, en Morales, García, Juan Ramón Quintana, entre otros.
CRÍTICA. El analista Róger Cortez cuestiona tanto el enfoque del MAS como el de PDC y UN. Sobre el mensaje del partido de gobierno, el profesor universitario en Opinión Pública lo sintetiza así: “Es un mensaje gestado desde 2009 y exhibe el discurso hacia una creciente consolidación de posiciones conservadoras al echarse atrás en los principales cambios propuestos en la nueva Constitución, principalmente en el despliegue de la pluralidad política, económica, democrática, cultural, etcétera”.
Lo cierto es, señala, que el mensaje central del MAS responde a la “más vieja fórmula de estabilidad y continuidad. En el fondo expresa nada más que la decisión turbulenta de una banda burocrática que quiere fructificar bajo la sombra del poder”. En el fondo, es “bastante pobre y desalentador”, muestra que un conjunto de cuadros políticos que hace unos años estaba “imbuido de espíritu de transformación” ha terminado “apoltronado”. “Detrás de las fórmulas como ‘vamos bien’, se esconde un temor al momento en que tengan que dar cuentas de sus actos”, afirma.
En cuanto a la apelación al mensaje de “alternancia” como base para la democracia enarbolada por la oposición, Cortez la ve como errónea. El mensaje debió haber sido “impugnar al caudillismo” y predicarlo con el ejemplo. El resultado de la “falta de digestión” de lo ocurrido en Bolivia el último siglo es “ponerse detrás de las sombras de la denominada sociedad civil para que ella impida la nueva reelección”, juzga.
Con esto la oposición no va al meollo del asunto, que es el caudillismo. “Tratan de soslayarlo porque a través de estudios de opinión saben que hay un recelo automático frente al deseo, de quien sea, de permanecer en el poder indefinidamente”. Entonces, en vez de centrarse en rechazar al caudillismo, el cual también está dentro de sus agrupaciones, “se cuelgan de los enormes problemas e incluso delitos que penden sobre la cabeza de esta administración (gubernamental)”.
Una posición congruente de los dirigentes opositores “debía llevarlos a plantear un mensaje que diga ‘ni ellos ni nosotros: alentaremos la renovación’”. Es decir que Róger Cortez les propone hacer frente a la modificación constitucional no con campaña, sino con el ejemplo y dar paso al recambio generacional en sus propias organizaciones.
El ciudadano será el actor principal: Elizabeth Reyes, dirigente de Unidad Nacional
La ciudadanía está hablando y nos dice que debemos acompañar la campaña ciudadana y que ésta va a ser liderada por los ciudadanos. Nosotros vamos a estar ahí para apoyar. Sobre todo, el momento del voto estaremos para garantizar que sea respetado. Como partido no vamos a hacer ningún tipo de campaña, porque el actor principal va a ser el ciudadano.
‘No seremos los pongos de Evo Morales’: Román Loayza, fundador del MAS, disidente
Queremos que gane el No, porque no podemos convertirnos en los pongos de Evo Morales ni de (Juan Ramón) Quintana, ni de (Álvaro García) Linera, sino que la sociedad tiene que ser servidora del pueblo y el pueblo tiene que ser respetado. En consenso hemos dicho federaciones regionales, exdirigentes; ellos van a organizar en sus lugares seminarios y talleres para difundir el No.
La estabilidad debe consolidarse: Amanda Dávila, exministra de Comunicación
Tenemos estabilidad económica y política, y crecimiento económico sostenido innegable pese a varias crisis internacionales que hemos vivido. Y esta estabilidad es un patrimonio del pueblo boliviano que debe consolidarse más aún con un proyecto de país que tenemos, a diferencia de la oposición que no tiene propuesta; la única propuesta que tiene es la crítica.
El No es preservar la democracia: Luis Vásquez, dirigente del PDC
Creemos que este tipo de proceso (la reelección) va a llevar a un deterioro constante y a la centralización de la economía y la política. Hay una amenaza para la economía y la convivencia pacífica. Estos contenidos deben ir al debate y desentrañar las causas del No, para que la gente sepa que votar No es preservar la democracia y el derecho a vivir con seguridad.