Tres decisivos giros en los casos contra Áñez y Murillo
Imagen: LA RAZÓN ARCHIVO
Amigos desde cuando eran parlamentarios, Jeanine Áñez y Arturo Murillo hoy están en el principal banquillo de los acusados.
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Puede que a Áñez la acusen por Sacaba y Senkata por la vía ordinaria; Murillo podría recibir su primera sentencia.
El punto sobre la i
En las dos últimas semanas hubo significativos ‘remezones’ en los procesos penales, ordinarios, contra altas autoridades del gobierno de Jeanine Áñez; destacan al menos tres: la prácticamente ratificación de la vía ordinaria para el caso contra la expresidenta transitoria por haber nombrado irregularmente a su prima gerente ejecutiva de la Empresa Boliviana de Alimentos (EBA); el advenimiento de la que sería la primera sentencia para el exministro de Gobierno Arturo Murillo por abuso de autoridad en 2019-2020; la seguidilla de declaraciones, como testigos, de varias personalidades de la crisis de 2019, hasta la reclamada convocatoria a comparecer ante los fiscales, como sindicados, de Luis Fernando Camacho y su padre, en el caso Golpe de Estado I.
ORDINARIO.
En el caso EBA, como informó La Razón en su oportunidad, se trata de la anulación por parte de la Sala Constitucional Segunda de La Paz de la decisión de la Sala Penal Cuarta, que había dispuesto que esta causa debía ser llevada adelante como juicio de responsabilidades.
“Lo que ha dicho ayer la Sala Constitucional es que la señora Áñez debe ser sometida a juicio ordinario en el caso EBA”, había dicho al día siguiente el ministro de Justicia, Iván Lima.
La defensa de Áñez alegó al respecto que, en rigor, la Sala Constitucional no había dispuesto que el juicio vaya por la vía ordinaria; lo que determinó fue que la Sala Penal emita una nueva resolución que responda al cuestionamiento de la Fiscalía. “Esta acción de amparo constitucional ha sido resuelta a favor del Ministerio Público, pero no resuelve que el proceso vaya a la vía ordinaria, lo que está resolviendo es que se emita una nueva resolución que en este caso pueda responder a la interrogante que tiene el Ministerio Público que refiere que existiría una falta de fundamentación”, dijo Luis Guillén, abogado de la exmandataria.
“La Sala Constitucional ha señalado que se ha anulado la decisión anterior que remitía a Áñez a juicio de responsabilidades y ha ordenado que se emita un nuevo auto de vista de acuerdo a los fundamentos de la sentencia constitucional emitida en primera instancia”, subrayó el objeto de la anulación por su parte el ministro Lima.
Cierto, ahora toca a la Sala Penal Cuarta emitir un nuevo auto de vista, en el cual se defina si el caso EBA sigue la vía ordinaria o se va a la de juicio de responsabilidades. Sin embargo, la Sala Constitucional en su fallo de anulación parece adelantar una condición: aún Presidenta, a los fines de la demanda, Áñez no es más que “una simple particular”.
“Se anula el auto de vista dictado por la Sala 4ta, teniendo que revisar la contextualización de todas las vulneraciones que hay, porque lo que ha hecho el Dr. Orlando Rojas (de la referida Cuarta Sala) son únicamente presunciones de hecho como ha señalado que Jeanine Áñez era Presidenta de hecho, cuando no existe documentación que acredite su condición; al contrario, EBA ha presentado requerimiento y documentación que avala que no ha sido una Presidenta Constitucional y tampoco era Presidenta del Senado Constitucional, por lo tanto es una simple particular”, señala el texto de la anulación al que accedió LA RAZÓN.
Si bien por rutina el fallo de la Sala Constitucional pasa, para su revisión, al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), “es de aplicación inmediata”, insiste Lima; pero he aquí el mayor efecto de la disposición: sienta jurisprudencia para los otros casos en que se tenga como acusada a la “presidenta” Áñez. De hecho, en la semana, el ministro Lima anunció que con base en la anulación en el caso EBA, se pedirá ampliar la acusación a Áñez en las causas ordinarias por las masacres de Sacaba y Senkata. “Nos han pedido las víctimas que se pueda presentar ampliaciones a ese proceso, contra la presidenta de facto Áñez y su gabinete ministerial, y esto se va a presentar en los próximos días”, dijo Lima.
La esperanza de la defensa de Áñez está, como dijo su abogado Guillén, en que la Sala Penal Cuarta no modifique su decisión de llevar el caso a juicio de responsabilidades, “porque la norma no diferencia si un presidente fue electo o no para acceder al enjuiciamiento de privilegio”.
MURILLO.
En el caso de la posible primera sentencia contra Arturo Murillo por los hechos de violencia en 2019 y 2020, se trata de la denuncia que el 4 de marzo de 2021 presentó Alpacino Mojica contra Arturo Murillo, Miguel Ángel Mercado y Tomás Monasterio por uso indebido de influencias, acusación y denuncia falsa. Durante el gobierno transitorio de Áñez, en diciembre de 2019, Mojica fue detenido junto con su hermano, acusados de homicidio en grado de complicidad, asociación delictuosa e instigación pública a delinquir en los hechos de Montero en octubre de 2019, donde murieron dos cívicos cruceños. Mientras su hermano pudo ser procesado en libertad, Alpacino fue recluido tres meses en la cárcel de Palmasola; allí sufrió torturas físicas y sicológicas, aseguró Mojica a los medios cruceños. No les pudieron probar nada, de modo que el 12 de octubre de 2020 él y su hermano fueron sobreseídos de los citados cargos. Mojica lidera el grupo del MAS en Santa Cruz “Azules del Oriente”.
Tras casi año y medio del proceso judicial contra Murillo y otros, para el próximo 17 de septiembre se prevé una de las audiencias finales del juicio. “Eso ya es para terminar el juicio, para declarar a Murillo en rebeldía y automáticamente salga la orden de aprehensión” contra el exministro, “no es más”, “hasta el 17 de septiembre tiene que terminar, hasta ese plazo está la citación correspondiente”, señaló Mojica a Animal Político.
A los dos meses de estar detenido en Palmasola, a consecuencia de la presión que había sobre su familia, murió la madre de Mojica; el juicio contra Murillo también tuvo como motivo dicho deceso.
“Hemos esperado bastante para que se pueda hacer un poco de justicia y que descanse en paz mi santa madre; yo sé que esto no la va a devolver aquí, pero nosotros por lo menos con tranquilidad vamos a poder decir que por la injusticia que sufrimos, por la persecución y sufrimiento que tuvo la familia, por lo menos algo vamos a poder descansar, estar un poco más tranquilos”, afirmó Mojica.
Luego, el 4 de junio de 2021, Mojica presentó otra denuncia penal contra al menos 10 exautoridades del gobierno interino de Áñez, entre las que están incluidas el mismo Murillo, Jeanine Áñez y el exdiputado Tomás Monasterio, acusados de los delitos de tortura, tentativa de homicidio, lesiones graves y leves y otros”.
“(La denuncia) es por el abuso de poder, tortura, persecución política, también por el abuso de autoridad que hubo en ese momento y los daños psicológicos, las lesiones leves, graves que hubo en la tortura que sufrí en Palmasola; además, por la muerte de mi madre”, señaló Mojica en ese entonces a los medios locales cruceños.
Candidato por una circunscripción cruceña en una anterior elección, hoy día Mojica es director del Servicio General de Identificación Personal (Segip) de Santa Cruz.
REACTIVACIÓN.
En las dos últimas semanas también ocurrió lo que se puede considerar la reactivación del caso Golpe de Estado I, la causa en la que están denunciados: Jeanine Áñez, Yuri Calderón, Williams Kaliman, Flavio Arce, Jorge Terceros, Palmiro Jarjuri, Pastor Mendieta, Sergio Orellana, Jorge Fernández, Álvaro Coímbra, Álvaro Guzmán, Luis Fernando Camacho Vaca y José Luis Camacho Parada.
De último, acudieron a la Fiscalía a declarar “en calidad de testigos” Ricardo Paz, Carlos Alarcón, Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga; también debe hacerlo Jerjes Justiniano; y también fueron convocados, “como sindicados”, José Luis Camacho y, su hijo, Luis Fernando Camacho, el gobernador del departamento de Santa Cruz.
Al mismo tiempo, la exdiputada Lidia Patty pidió la ampliación de la denuncia a Carlos Mesa, Jorge Quiroga, Waldo Albarracín, Israel Alanoca y Samuel Doria Medina.
Aquí es oportuno hacer notar que los declarantes claramente se dividieron en dos bandos: quienes expresaron su rotundo desconocimiento del proceso y que por eso se negaron a responder a los fiscales (Carlos Mesa, Paz, Alarcón, Doria Medina y José Luis Camacho); y, quienes sí declararon o declararán (Quiroga, Justiniano y Luis Fernando Camacho).
De los tres últimos, sin embargo, el único que dijo que declarará respondiendo a los fiscales fue el abogado cruceño Justiniano. Mientras Quiroga “declaró” presentando su documento “Ante la tramoya I: la verdad sobre la transición constitucional en Bolivia, facilitada por la Iglesia, UE, España y NNUU”, el gobernador Camacho promete aprovechar el espacio para dejar sentado que lo que en realidad pasó en 2019 no fue un “golpe”, sino un fraude electoral: “Quiero decirle a mi pueblo que ésta va ser una gran oportunidad para que podamos ir y sentar en un papel la verdadera lucha de nuestro pueblo; esto nos va servir para dejar sentado que hubo un fraude, un pisoteo a nuestro voto y la huida de un cobarde”.
En la semana que empieza pueden haber novedades en cuanto al avance de los procesos penales ordinarios, especialmente en los casos de Sacaba y Senkata, según adelantó el ministro Lima: “En los dos casos no es que no se ha hecho nada o que vamos a comenzar mañana, se ha comenzado inmediatamente el momento que asumió el presidente Luis Arce; (hay) más de 18 detenidos preventivamente en el caso de Senkata; tres ministros de Estado, López, Murillo y Zamora, están ya imputados, declarados rebeldes, hemos iniciado ya el proceso de extradición”. En lo de Sacaba, dijo que existen 12 detenidos preventivos, entre militares, policías, también ahí están imputados López y Murillo. “Esos procesos están a punto de pasar a la fase de juicio oral público y contradictorio. Ya se ha agotado la etapa preparatoria, ya se han acumulado las pruebas y vamos a ver pronto sentencias en relación a las masacres”, destacó Lima.
Juicios de privilegio, con un problema constitucional
Tal como están formulados hoy los juicios de responsabilidades o de privilegio en la Ley 044 (en la Constitución, en realidad), tienen un serio problema de constitucionalidad en relación al derecho interamericano, explicó a Animal Políticoel ministro de Justicia, Iván Lima.
“Hay un problema con el juicio de responsabilidades, lo que también está ante el Tribunal Constitucional”, reveló el ministro.
Este problema , señala, se ha formulado como una acción de inconstitucionalidad concreta por parte de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia en los casos de juicios de responsabilidades que actualmente se están tramitando ante esa instancia; los casos Petrocontratos, Banco Boliviano Americano y el de la Reforma Educativa. ,
“El Tribunal Supremo de Justicia le ha preguntado al Tribunal Constitucional, en esta acción de inconstitucionalidad concreta sobre la convencionalidad del juicio en única instancia que está previsto en nuestra Constitución”.
En efecto, en el artículo 184 de Atribuciones del Tribunal Supremo de Justicia, la Constitución señala que una de sus facultades es “juzgar, como tribunal colegiado en pleno y en única instancia, a la Presidenta o al Presidente del Estado, por delitos cometidos en el ejercicio de su mandato”.
La “única instancia” es que es el único juzgado, y que no hay el recurso de apelación ante otro tribunal. El problema, señala Lima, es que “el Pacto de San José de Costa Rica, artículo 8, garantiza a todos los ciudadanos de los países donde está vigente la Convención Interamericana de los Derechos Humanos, la doble instancia; en materia penal, cualquier decisión de la Justicia tiene que tener derecho de apelación. La Corte (Interamericana de Derechos Humanos) la tiene muy clara: no se puede llevar adelante un juicio en única instancia porque esto es contrario al Pacto de San José”.
Todo esto cuando a la fecha hay cuatro proposiciones acusatorias de juicios de responsabilidades contra Jeanine Áñez en la Asamblea Legislativa Plurinacional: por las masacres de Sacaba y Senkata, por el crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI), por la violación de la libertad de expresión durante la cuarentena debido al COVID- 19 y por la ampliación de la concesión del Registro de Comercio a favor de Fundempresa.
(*)Iván Bustillos es periodista de La Razón.