Una política exterior desde las mujeres
Un grupo de bolivianas y chilenas se propone avanzar en relaciones internacionales bajo nuevos paradigmas.
El punto sobre la i
¿Cómo se supera la fragmentación regional en Latinoamérica? ¿Cómo nuestra región encuentra la manera de superar la irrelevancia global? ¿Qué se hace frente a fenómenos que se desarrollan transnacionalmente, pero afectan a las sociedades localmente? ¿Cómo se le habla a una generación desinteresada y desconfiada sobre fortalecimiento de instituciones regionales? ¿Es aún útil y posible la incidencia en las realidades fronterizas desde la institucionalidad regional? ¿Se puede pensar la política exterior desde las sociedades y el feminismo?
Según las más recientes mediciones del Latinobarómetro, alrededor del 75% de las y los latinoamericanos están de acuerdo con más integración económica con otros países de la región y el 62% está a favor de la integración política. ¿No se reflejan entonces ahí algunas de las percepciones y de los anhelos que provienen desde la misma sociedad civil en Latinoamérica?
Es ante esas y varias otras interrogantes que nace el grupo de amistad de mujeres Bolivia-Chile. ¿Por qué un grupo de amistad Bolivia-Chile hoy?
Los supuestos son varios, entre ellos, los más relevantes apuntan a varios de los fallidos intentos de relacionamiento bilateral entre dos países vecinos. Otros apuntan a la inédita oportunidad de un diálogo entre países gobernados por una izquierda progresista. Finalmente, existen también supuestos que apuntan a que la urgente integración regional requiere más que nunca unidad para afrontar al resto de los bloques y proyectos políticos en el mundo. Pero sin duda alguna, mucho antes que los supuestos, están las necesidades múltiples y cotidianas de miles de bolivianas/os y chilenas/os que conviven bajo el paraguas de la integración “de facto” que se instituye diariamente en nuestras fronteras, por fuerza de la realidad misma.
Mujeres Construyendo Hermandad Vecinal desde un enfoque feminista, fue el nombre del segundo encuentro del Grupo de Mujeres Chile- Bolivia conformado el 2020 por bolivianas y chilenas que -pandemia de por medio- tomaron la decisión de explorar novedosas formas de tejer relaciones exteriores desde la sociedad civil y la academia, primero de manera virtual y luego presencial.
Este grupo nace de la mano de bolivianas y chilenas diversas que se encuentran a través de sus historias de vida y desempeño profesional, con experiencias y aprendizajes que compartir, con impacto en el campo político, con trayectoria en las luchas democráticas y, sobre todo, con ideales orientados a la reivindicación de los derechos humanos y de la justicia social. Se trata de latinoamericanas convencidas de la importancia de incorporar la voz de las mujeres en la política internacional, y dispuestas a cruzar fronteras para abrir senderos de buena vecindad. En suma, mujeres de países vecinos en continuo aprendizaje y comprensión de los procesos sociopolíticos en cada país.
Desde su nacimiento, el año 2021, se propusieron fomentar una cultura de paz y de colaboración vecinal; socializar historias y experiencias de mujeres en la esfera política, social, multilateral y diplomática; registrar y sistematizar buenas prácticas locales y comunitarias de incorporación de los derechos de las mujeres.
Un primer encuentro tuvo lugar el año pasado en el mes de noviembre en la ciudad de La Paz, donde el análisis y debate se centró en torno a cuatro ejes fundamentales. El primero de ellos, relacionado con las migraciones, donde se puso énfasis en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres migrantes y la importancia de que los Estados se hagan cargo de las múltiples violencias que ellas padecen al ingresar a sus territorios. El segundo, sobre los sistemas democráticos paritarios. Concluimos en la imperiosa necesidad de avanzar hacia democracias paritarias, inclusivas y participativas en nuestros países, porque sólo así se logrará una igualdad sustantiva entre todas y todos. Se sumó un tercero sobre los modelos alternativos de desarrollo sostenible y se concordó que es importante establecer una agenda que enfrente el modelo hegemónico de desarrollo extractivista que ha imperado en los últimos siglos, el cual genera efectos nocivos en los territorios y el medio ambiente, lo que en definitiva afecta en mayor medida a las mujeres y niñas. También coincidieron en la aspiración de buscar la generación de modelos alternativos de seguridad alimentaria y estimular la economía circular. El ultimo eje de trabajo fue la integración regional desde un enfoque feminista donde se propuso buscar ampliar las redes de mujeres como el Grupo Bolivia – Chile para constituirlas como nuevas actoras en las relaciones internacionales entre Estados que muchas veces se ven permeadas por un excesivo androcentrismo, la doble jornada y los cuidados que recaen en las mujeres.
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Con la experiencia a cuestas de un encuentro previo, este segundo momento que tuvo lugar en la ciudad de Santiago de Chile en el mes de mayo, se propuso promover el análisis y propuestas, desde la sociedad civil, para un nuevo enfoque de integración binacional, desde una perspectiva de complementariedad de ideas que contribuyan a profundizar las relaciones de las mujeres de ambos países. Asimismo, se buscó difundir la importancia de la voz y pensamiento de mujeres bolivianas y chilenas en y sobre la política exterior.
Como resultado de las dos jornadas de intercambio, bajo el cobijo del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile y con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert, se pudo establecer una ruta de acción que contribuya al debate de la construcción de una política exterior feminista y que incorpore problemáticas que involucran a las mujeres como son los procesos migratorios, la integración regional inclusiva y los derechos de las mujeres en las legislaciones y políticas públicas.
Esta agenda de trabajo fue construida de manera conjunta priorizando algunas tareas para seguir afianzando este tejido binacional que involucra múltiples voluntades. Así, los siguientes esfuerzos de este grupo esperan focalizarse en: a) documentos de investigación y políticas públicas, b) intercambio de experiencias, prácticas y saberes, c) desarrollo de propuestas concretas sobre las temáticas priorizadas, d) contribución al desarrollo normativo e implementación de derechos de las mujeres en políticas públicas y e) intercambio académico de mujeres sobre política exterior feminista.
Se trata de una agenda ambiciosa que, por supuesto, no es exhaustiva, ni exclusiva Pero que, sobre todo, se centra en una agenda que nace desde otra vertiente de las relaciones exteriores: las miradas desde las mujeres.
Al día de hoy, a nivel global, lo que se conoce como política exterior feminista afronta la posibilidad de constituirse en una herramienta académica y política para generar un diálogo de experiencias y saberes entre los países de América Latina, ¿por qué no creer entonces que una política exterior feminista nos puede abrigar como trinchera común para la articulación multilateral de las relaciones exteriores desde la gente y los pueblos?
(*)Elizabeth Salguero es coordinadora del grupo Bolivia Chile