Sociedad

Saturday 4 May 2024 | Actualizado a 00:18 AM

‘Trameaje’, déficit nocturno y caos siguen a 26 días del ajuste tarifario

Caos. Luis Revilla dice que hay 32 líneas observadas y que el lunes tomará medidas

/ 19 de marzo de 2016 / 07:09

A casi un mes de la aplicación de las nuevas tarifas del transporte público y a horas de que se cumpla el plazo otorgado por el alcalde Luis Revilla para que los choferes regularicen el servicio nocturno,  el caos, las filas, el “trameaje” persisten, constató La Razón.

Imagine tener que esperar de noche en la plaza Eguino por 50 minutos o más por un minibús para retornar a su casa en Villa Armonía, y que cuando al fin aparece uno de la línea 891 o un micro “Y”,  tiene que disputar con otras 40 personas por abordarlo.

“La gente se amontonó, nos empujaron y no pudimos subir al micro. Ya está lleno y debemos seguir esperando”, contó resignada Juana Herrera Vacaflor, la noche del jueves quien volvió a la fila y se dispuso a seguir aguardando.

El alcalde de La Paz, Luis Revilla, admitió ayer que “todavía hay deficiencias e informó que el transporte es escaso por la noche en 17 puntos de la ciudad.   “Se tienen identificadas a 32 líneas —de un total de 540 — que no cumplirían sus recorridos y (el lunes) se va a dar soluciones puntuales”, añadió.

Informe. Hoy la autoridad edil recibirá un informe detallado de la Secretaría Municipal de Movilidad, Transporte y Viabilidad y el lunes dará a conocer las soluciones. El lunes 14, Revilla dio una semana a los conductores para que normalicen el servicio, y en caso contrario, advirtió que iba a autorizar que nuevas líneas trabajen en las rutas desatendidas.

El 22 de febrero entraron en vigencia las nuevas tarifas de minibuses y carrys (Bs 2 y Bs 2,60, más un recargo nocturno de Bs 0,20), y de micros y buses  (Bs 1,50 y Bs 1,80)  con el compromiso de los choferes de acabar con el “trameaje” y la alteración de rutas.

Este reajuste agravó el déficit de vehículos públicos por las noches, aunque hoy obliga a decenas de personas a formar largas filas. Con el fin de resolver este problema, el 7 de marzo la Alcaldía dispuso que los vehículos con restricción vehicular operen desde las 18.00, entró en vigor la hoja de ruta nocturna —entre las 18.00 y 21.00— y se conformaron brigadas mixtas de control. Pero esta prestación no mejoró, ni siquiera con el ultimátum del alcalde Revilla.

La Plaza del Maestro, en Villa Fátima, aún sigue siendo uno de los 34 sitios en los que se practica el “trameaje”. En un recorrido La Razón vio cómo minibuses de las líneas 264 y 948, que en los papeles deberían ir hasta Villa El Carmen y Chuquiaguillo, daban la vuelta en esa rotonda y retornaban al centro, pese a los cinco municipales que repartían memorándums de infracción.  No cumplir la ruta o modificarla es una falta gravísima según la Ley 167 y la multa es Bs 100.

“No están cumpliendo su ruta, nos botan aquí (Plaza del Maestro) y ahora debemos buscar otro minibús para ir a Villa El Carmen”, reclamó Marina Calcina. Allí se evidenció que gracias a los “trameadores” apareció una flota de taxis que trasladan a los usuarios abandonados hasta Villa El Carmen y otros barrios de ese distrito por Bs 2,50.

Esta “competencia desleal”,  fue denunciada hace tres semanas por Rubén Sánchez, secretario ejecutivo de la Federación Departamental de Choferes 1ro de Mayo, aunque en este espacio público no había control sindical de esa agremiación que impida que sus afiliados “trameen”.

Cuadras abajo, en la plaza Villarroel, La Razón vio a minibuseros que tras echar a sus ocupantes, daban la vuelta y retornaban al estadio Siles, donde aguardaban decenas de usuarios desesperados por llegar a casa.

Allí no había control municipal ni sindical. “Llegan los minibuses, sacan sus letreros y regresan al estadio. Nosotros no tenemos otra que tomar otro vehículo para ir a Villa El Carmen”, denunció el vecino Felipe Huarita.  Al atravesar la plaza del estadio, que por las noches se convierte en un verdadero cuello de botella aunque no haya ningún partido de fútbol, La Razón fue testigo de cómo funcionarios ediles trataban desesperadamente de poner orden, aunque sin éxito, y sancionar a los infractores.

Si eso sucede en Miraflores, en la avenida Arce, cada noche minibuseros de los sindicatos Cotranstur y Ciudad Satélite, estacionan sus vehículos a la altura del Multicine. Son los que no terminan su recorrido y se desvían por la calle Gozálvez.

En este nuevo lugar de “trameaje”, los infractores pertenecen a las líneas 293, 845, 807 y 961. Mientras unos colocan el letrero Ceja, otros ponen Prado-Pérez, dejan a los usuarios en esos puntos y anuncian como nuevo destino la Ceja de El Alto. Quien escribe esta nota también advirtió que las filas de usuarios, en dos paradas momentáneas de las 12 que encontró la noche del 24 de febrero, se redujeron: Colón y Mariscal Santa Cruz, y Viacha y Manco Kápac.

Déficit. “Estamos esperando hace una hora los minibuses 356 y 888, pero han desaparecido. Creo que como ahora ganan mejor, ya no quieren trabajar hasta más tarde”, dijo Rocío Córdova, quien formaba fila en la esquina de la calle Yanacocha y Comercio, ya que tiene que  dirigirse hasta la Periférica. Allí había al menos un centenar de personas.

Al frente, una columna de  60 pasajeros aguardaba —según los consultados— “más de media hora”, por una furgoneta pública que les lleve hasta Villa Pabón. En principio, la Alcaldía pretendía eliminar estas paradas momentáneas porque alientan el “trameaje”; después acordó con los conductores que unos 5.200 vehículos con placas restringidas atiendan la demanda en esos puntos, lo que tampoco sucede.  “Habían dicho que iban a venir otros minis para reforzarlos, pero como usted ha visto, no hay nada”, dijo molesto Alfredo Nay Figueredo, vecino de Villa Pabón.

Unas seis cuadras más abajo, Gaby, una joven que no quiso dar su apellido y que vive en Tacagua, llevaba esperando más de 40 minutos un vehículo de la línea 848. “Cada noche es igual, desaparecen. Antes hacían fila, pero ahora ya no vienen, me imagino que es porque ahora ganan mejor y por eso guardan sus autos”.

Con el incremento de Bs 0,50 a las tarifas de rutas cortas vigentes antes del 22 de febrero, los conductores ganan un 36% más, dijo el concejal del Movimiento Al Socialismo  Jorge Silva. Sin embargo, el presidente de la Federación de Cooperativas de Transporte, Ángel Quisbert, sostuvo que esa mejora es de solo el 10%.

¿Por qué no normalizan el servicio nocturno? inquirió La Razón. Tomás Mamani, de la Federación del Transporte Libre, argumentó que sus afiliados no salen al anochecer porque “tienen miedo de que les den boletas de Bs 100”. Mientras el plazo se agota…

Dos sectores piden anular las multas a infractores

No cumplieron con su compromiso de eliminar el “trameaje” y cumplir rutas y recorridos, pese a lo cual dos organizaciones de transportistas plantearon a la Alcaldía de La Paz, anular las 5.000 boletas emitidas por su guardia vial, y reanudar la imposición de multas a partir del 24 de marzo.

“Hemos propuesto esto al secretario de Movilidad (Transporte y Vialidad), Ramiro Burgos”, informó ayer Tomás Mamani, secretario ejecutivo de la Federación Departamental del Transporte Libre. La ATL es una de las cuatro agremiaciones de conductores que operan en la ciudad.

En el mismo tono se expresó Ángel Quisbert, secretario ejecutivo de la Federación de Cooperativas de Transporte. “En el ampliado le dijimos al señor Burgos que se dejen sin efecto las boletas”.

Sin embargo, ya el martes el alcalde Luis Revilla descartó la flexibilización del cobro de multas  y destacó que éstas permitieron mejorar el servicio diurno. “Los vecinos me han estado planteando (más bien) que deberíamos  duplicar el monto”. De los 5.000 infractores, al menos unos 2.000 pagaron la sanción  hasta la pasada semana.   

Quejas contra el servicio nocturno

‘Pagamos dos pasajes’: Harold Salcedo, vecino de Villa El Carmen

Los minibuses llegan del centro y se dan la vuelta aquí, en la Plaza del Maestro; ya no quieren subir hasta Villa El Carmen. El “trameaje” sigue y pagamos dos pasajes.

‘Minibuses han desaparecido’: Ivonne Ramos, vecina de Pampahasi

Sigo esperando que llegue el 230, 332 o el 300 para ir a Pampahasi. Estoy aquí (plaza Eguino) hace más de 40 minutos. Los minibuses han desa-parecido en la noche.

‘Dan la vuelta en la Villarroel’: Paul Pérez, vecino de terminal Minasa

La verdad es que siguen todavía con los “trameajes”. A mí me dejaron en la plaza Villarroel, donde se dan la vuelta para volver al estadio y no suben más arriba a otras zonas.   

‘Minibuses se retiran temprano’: Ricardo Gumucio, vecino de Tacagua

El “trameaje” no ha terminado y para colmo de males, los minibuses se retiran temprano y no hay control sindical. Sigo esperando más de media hora al 848 que va a Tacagua.

‘La gente se pelea por subir’: Ivonne, vecina de Villa Armonía

El micro Y el minibús 891 desaparecen, no cumplen su ruta. Nosotros estamos esperando más de 40 minutos y la gente se pelea por subir a los pocos vehículos que vienen.

‘Esto está peor’: Alfredo Nay Figueredo, vecino de Villa Pabón

El “trameaje” sigue y va a seguir. Yo estoy esperando más de 30 minutos y las filas son largas para ir a Villa Pabón. Esto está peor, porque tampoco hay control de la Alcaldía.

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POTOSÍ en fotografías

Momentos de la historia se reflejan en siete imágenes de la Villa Imperial

/ 21 de julio de 2020 / 12:37

Desde una corrida de toros en la antigua plaza 10 de Noviembre, pasando por la vista de soldados del Regimiento Bustillo prestos para salir a defender la patria en la Guerra del Pacífico, la llegada del primer automóvil a la Villa Imperial y hasta un desfile cívico en el centro, la página Historia y Leyenda de la Villa Imperial de Potosí resume en 400 fotografías los momentos cumbres en la historia del departamento.

El sitio que fue creado por Álvaro Bejarano Zárate, un ingeniero petrolero de 33 años, le rinde homenaje a la Villa de Carlos V con imágenes históricas de colecciones privadas y otras donadas por familias potosinas. “Tenemos ya 38.000 seguidores en Bolivia y el mundo en nuestra página en Facebook. Nuestra colección crece día a día”, suelta con satisfacción.

Una de las joyas fotográficas que posee esta colección virtual es de 1876, cuando la actual plaza 10 de Noviembre de Potosí apenas era una explanada donde se realizaban corridas de toros para darle realce a alguna festividad.

De acuerdo con Bejarano, la instantánea correspondería al Carnaval de 1876, una época en la que las fiestas taurinas, muy apreciadas por los españoles, se organizaban en el centro de la ciudad. “En esos años, la plaza principal se llamaba Plaza del Regocijo, hasta donde llegaban enormes razas de toros traídos desde San Pedro de Buena Vista, al norte de Potosí, lugares donde se mantenía la ganadería colonial con las castas de toros más grandes traídas desde España”.

En la imagen se pueden apreciar unos arcos, similares a los que poseen las plazas principales de Oruro y Cochabamba, y que la Villa Imperial tenía a mediados del siglo XIX. Al centro, un toro bravo y ocho jinetes captan la atención, mientras la muchedumbre rodea la antigua plaza.

Otra fotografía que destaca es la formación del Batallón Bustillo 1ro. de línea de la Villa Imperial de Potosí formando en 1879 en la plaza 10 de Noviembre para emprender la marcha hacia la Guerra del Pacífico (1879-1883). En la imagen se puede apreciar en primer plano a los oficiales y detrás de ellos está un grupo de jinetes con lanzas, algo muy típico todavía en los ejércitos del siglo XIX.

Otra imagen que sobresale es la inauguración de la estación de ferrocarriles en Uyuni que, según Bejarano, se produjo el 11 de julio de 1889. “Esta era la segunda estación más antigua de Bolivia, después de la estación de Antofagasta, cuando pertenecía a Bolivia”. En otras fotos se puede reconocer precisamente la antiquísima estación de trenes de Antofagasta. La imagen sería del 20 de enero de 1873, cuando se trataba aún de territorio potosino.

PROGRESO. La inauguración del tren a Sucre. Una autoridad local da un discurso en 1918.
FERROCARRIL. La estación de trenes fue inaugurada en Uyuni el 11 de julo de1889. Es la segunda estación más antigua de Bolivia.

Otra toma, un poco borrosa quizá, pero igual de testimonial es la partida de los soldados potosinos rumbo a la Guerra del Acre (1899-1903). La foto aparentemente fue tomada en la plaza principal de la Villa Imperial, donde los soldados, acompañados por una banda de guerra, se alistan para salir a Pando. Si en esas épocas los destacamentos paceños tardaron al menos tres meses en llegar al campo de las acciones, es posible que los jóvenes potosinos hayan tardado mucho más tiempo en subir desde el sur hasta el norte de Bolivia, según algunos historiadores.

La imponente Catedral
La siguiente imagen nos lleva hasta un desfile cívico de 1910 en homenaje a los 100 años del grito libertario del 10 noviembre de 1810. Decenas de varones elegantemente vestidos con sombreros de copa alta, camisas blancas, trajes oscuros y un bastón hacen su paso por la plaza principal de Potosí. Al fondo se observa la majestuosa Catedral o Iglesia Matriz, donde se encuentran las históricas tumbas de la Cuarta Marquesa de Santa María de Otavi Ildefonsa Josefa de Otondo y Escurrechea, sepultada el 24 de junio de 1840.

En el recinto descansan además, de acuerdo con Bejarano, los restos de la Tercera Condesa de la Casa Real de Moneda María del Carmen Lizarazu Beaumont de Navarra y López Lisperguer, sepultada el 7 de abril de 1845, junto a los del Cuarto Marqués de Santa María de Otavi Francisco de Paula Trigosa y Garrido, que fue enterrado el 5 de junio de 1850. En la Catedral también se resguardan los restos mortuorios del escritor y cronista Bartolomé Arzans de Orsúa y Vela, además de los de algunos de los héroes de la Guerra de la Independencia (1810-1825).

Con el Cerro Rico de Potosí como su mayor emblema, el auge de la minería le permitió al empresario minero Eulogio Z. Vargas adquirir en 1910 el primer vehículo de cuatro ruedas desde Estados Unidos. “El primer coche que conquistó la ciudad más alta del mundo fue importado desde Estados Unidos y era un Ford T, considerado en ese momento como un automóvil universal”, refiere Bejarano.

En la imagen histórica se puede ver cómo las personas se arremolinan alrededor del nuevo artilugio de cuatro ruedas, mientras otros curiosos observan desde sus balcones el motorizado, todo bajo la mirada silenciosa del Cerro de Plata.

Se cuenta que este primer coche podía llegar a imprimir una velocidad de 71 kilómetros por hora, que para ese entonces era toda una proeza.

TRADICIÓN. Es el Carnaval de 1876 en la Villa Imperial de Potosí. En ese tiempo se celebraba la fiesta con una corrida de toros en la Plaza del Regocijo.

Otra fotografía es de 1918, de cuando las autoridades potosinas inauguraron la Estación de Trenes en Potosí, cuyo tramo iba desde la Villa Imperial hasta la ciudad de Sucre, un evento histórico en ese tiempo. La imagen muestra cómo muchos pobladores se dieron cita para ese momento cumbre, mientras una persona da un discurso encima de la locomotora.

La útima fotografía retrata otro momento fatídico para los jóvenes potosinos:

La imagen corresponde a 1933, cuando regimientos de ese departamento formaban en Tupiza para emprender la marcha a la Guerra del Chaco (1932-1935).

“En los estandartes se puede leer todavía una inscripción que reza: Contingente de los Chichas, al centro se halla el Regimiento del Norte de Potosí y a la izquierda el Regimiento de la Villa Imperial de Potosí”, complementa Bejarano.

La colección de 400 imágenes también posee una singular foto del siglo XIX en la que un aparentemente ciudadano extranjero es inmortalizado por otro, mientras toma una fotografía.

“Tenemos fotos panorámicas de la ciudad de Potosí del siglo XIX, pocas son del siglo XX, que ahora salen a la luz, porque nuestra ciudad siempre fue un poco reservada; sin embargo, ahora las mostramos en Historia y Leyenda de la Villa Imperial de Potosí”, invita el coleccionista.

ACRE. En 1902, los soldados se aglomeran en la plaza principal de la Villa Imperial, horas antes de partir a la guerra.

GUERRA. En el año 1933, regimientos del departamento de Potosí forman en Tupiza para emprender marcha a la Guerra del Chaco.

TEXTO: JORGE QUISPE
FOTOS: COLECCIÓN HISTORIA Y LEYENDA DE LA VILLA IMPERIAL DE POTOSÍ

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Murciélagos: la lucha contra el estigma mundial

Son las otras víctimas del coronavirus. Hay 138 especies en Bolivia. Una está en Peligro y seis en la categoría Vulnerable.

/ 12 de julio de 2020 / 13:38

En marzo, miles de murciélagos fueron quemados en Indonesia y China, así como en Ecuador y Perú, “al creer falsamente que transmiten el COVID-19, cuando no existe una evidencia científica que ratifique aquello”, lamenta Luis Fernando Aguirre, el mayor experto de estos alados en Bolivia. En el país existe una especie En Peligro y seis en la categoría Vulnerable.

En marzo, varios informes internacionales, uno de ellos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), apuntaron a que los quirópteros podrían ser los transmisores del virus que apareció en Wuhan, China, a fines de
2019, aunque nunca se presentó una prueba científica de que aquello sea cierto. Posteriormente apareció otro sospechoso, el pangolín, que finalmente también fue absuelto. Sin embargo, el estigma sobre los murciélagos quedó en el imaginario mundial.

Por ello, en marzo, cuando la cifra de infectados de coronavirus había alcanzado a 858.000 positivos y 42.000 muertos en todo el mundo, miles de estos mamíferos alados fueron sacrificados en Perú, Ecuador, Cuba, Indonesia, China y otros países al creerse que son los responsables de transmitir el mal.

En Bolivia y el mundo, los biólogos luchan desde hace años para restaurar la mala imagen que tienen los murciélagos, que desde antaño eran relacionados con el inframundo por vivir en cuevas o con los vampiros. Pese a ello, campañas mundiales a favor de estos inofensivos animales destacaron más bien su función como ‘jardineros’ o polinizadores del ecosistema y eliminadores de plagas de insectos, posicionándolos mucho mejor.

Todo marchaba bien hasta que llegó la pandemia con los informes que los acusaron de ser transmisores del virus. “Hubo un retroceso en la apreciación del murciélago en general: otra vez su imagen y su reputación han sufrido un grave retroceso. En Perú, Cuba y Ecuador han empezado a perseguir murciélagos y a quemar cuevas, pensando que pueden ser transmisores de la enfermedad y eso es absolutamente falso», asegura el «Batman boliviano», como también se conoce en Latinoamérica al actual director del Centro de Biodiversidad y Genética de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) de Cochabamba.

“No se puede decir que este virus provenga de un murciélago, todavía no se ha probado esa información. No se sabe el origen: quizás provenga de un murciélago, pero puede ser también de un pangolín”, ratifica Aguirre. La proximidad evolutiva del SARSCoV-2 o COVID-19 a un virus huésped de murciélago (RaTG13) han provocado que se acuse falsamente a estos inocentes animales alados de ser los responsables de la pandemia.

Y en este periodo de la pandemia, la transmisión es de humano a humano “ya no interviene ningún otro animal”.

Especies en Bolivia

El país se encuentra entre las 10 regiones del mundo, más ricas en murciélagos y en Latinoamérica es el séptimo con mayor variedad de acuerdo con los datos que maneja Aguirre.

Bolivia posee 138 especies catalogadas hasta la fecha y por año se descubren al menos dos nuevas. “Estimamos que podemos tener más de 150 especies en poco tiempo”. Entre ellas hay una endémica, que solo habita en Bolivia, la Micronycteris yatesi o Murciélago de yates que vive en los bosques interandinos de Cochabamba, LaPaz, Chuquisaca y parte de Santa Cruz.

Es posible que la de yates esté en la categoría Vulnerable a la extinción. Un primer estudio realizado sobre estos animales en Bolivia se hizo en 2010, pero no fue actualizado y la endémica ya debe ser categorizada, opina el académico.

Hay también otras siete que preocupan al especialista. La Lonchorhina aurita que está En Peligro y otras seis que están en la categoría Vulnerable que son: Vampyrum spectrum, Glyphonyctesis daviesi, Trinycteris nicefori, Anoura cultrata, PLatyrrhinus albericoi y Natalus macrourur. «La que está En Peligro habita en San Matías, Santa Cruz, las otras seis, que están en la categoría Vulnerables, se encuentran a un pasito de estar En Peligro de extisión, sostiene el experto cuya fascinación por los murciélagos nació cuando vio uno de ellos a sus 11 años en los Yungas de La Paz.

En Bolivia, estos animales no han sufrido la persecución ocurrida en Perú y Ecuador, no obstante Aguirre cuenta que cada año recibe al menos tres o cuatro llamadas preguntándole si podría conseguir algunos ejemplares para curar la epilepsia. “Esta creencia está bien arraigada en la región andina de Bolivia y Perú.
En La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí, así como en algunas regiones de tierras bajas creen algo similar, pero no hay ninguna evidencia científica de que ello, lo más probable es que al ser un animal silvestre nos podamos contagiar de algo de ellos”. En la sede de gobierno se venden murciélagos muertos en la calle Santa Cruz, sin embargo ese comercio no es tan fuerte, porque el verdadero enemigo de estos alados es el hombre.

Los enemigos del murciélago

Hace una década se identificaron a cuatro factores que pusieron contra las cuerdas a los murciélagos de Bolivia, pero en los últimos años se sumó un quinto. “Son las llamadas Amenazas emergentes, que son las construcciones de grandes represas o hidroeléctricas, donde las hélices de las turbinas y los parques eólicos “golpean tanto a pájaros como a murciélagos y eso estaría causando un efecto relativamente grande, tanto en aves como murciélagos, perdiéndose cientos de miles de individuos por año”, revela. En Bolivia no hay capacidad todavía para medir ese impacto.

Los otros cuatro factores que ponen en alerta a las poblaciones de estos mamíferos son: la destrucción del hábitat, que es la amenaza principal para los murciélagos; en segundo lugar, la destrucción de guaridas y refugios seguida por el vandalismo de sus cuevas, “la gente quema guaridas, mete llantas, prende fuego e incendia su hogar”.

El tercer enemigo invisible de los quirópteros en Bolivia es la contaminación por pesticidas que contaminan insectos o frutas que ellos comen y, por último, el cuarto: el conflicto en torno a los murciélagos de la especie Desmodus rotundus, que afectan a la ganadería, manejada por humanos.

Esta especie también es conocida como vampiro común, se alimenta de sangre, puede volverse una plaga donde el ser humano le pone mucha comida, es decir, las zonas ganaderas. Como todo mamífero, el murciélago pueden transmitir enfermedades, como la rabia, y tener un efecto ocasional en la economía de la ganadería familiar, pero existen métodos de control, como la vacunación del ganado.

“Lo que sucede es que la gente por querer controlar al vampiro va y mata cualquier murciélago, sin preguntar. Otros los ven en sus techos de casas, les meten veneno y los matan”, denuncia Aguirre, de 52 años, de los cuales 30 lleva estudiando estos seres.

Animales benéficos

El documento oficial Plan de acción para la conservación de los murciélagos de Bolivia, publicado en 2010 y del que Aguirre y otros biólogos son autores, indicó en esa época que en Bolivia el 55% de los quirópteros eran insectívoros que ayudan en el control natural de las poblaciones de insectos que pueden constituirse en plagas agrícolas. El «Batman boliviano» resume en tres las bondades de los murciélagos que muchos ahora desconocen.

Primero, los alados por medio de la polinización de las plantas garantizan la reproducción de la flora, muchas de ellas importantes para la economía agrícola. En segundo lugar son grandes dispersores de semillas, que al comer frutas esparcen cientos de semillas por las noches, ayudando a una regeneración de los bosques que hayan sufrido talas de árboles. “Por eso son los primeros jardineros de la naturaleza”, reafirma Aguirre, para quien se necesitarían millones de dólares para sustituir su papel controlando las plagas de los cultivos de maíz y arroz.

Quizás por esas cualidades y ante el riesgo de que en realidad el hombre contagie el coronavirus al murciélago, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Humanos (IUCN), a través de la Bat Specialist Group (Grupo de especialistas en murciélagos) y la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de los Murciélagos (RELCOM), “recomendaron en abril no agarrar, no tomar murciélagos para estudiarlos, porque existe el temor de que los seres humanos podamos contagiar a los animales silvestres. Se dió esa alerta a todos los investigadores en el mundo para que, hasta no saber qué pasa con ellos, no manejemos murciélagos en nuestras investigaciones bajo el potencial de que nosotros los enfermemos y eso sería catastrófico”.

Guías de turismo de Toro Toro, Potosí preguntaron a Aguirre en las últimas semanas cómo se puede implementar un programa de prevención para evitar que algún turista pueda tener contacto con los quirópteros y eventualmente contagiar al animal. En la cueva de Umajalanta, la más grande del país, centenares de estos animales viven en su interior.

Pero no todo es gris para estos animales, pues en algunas comunidades del oriente, sus pobladores se felicitan cuando uno de estos alados ingresa a la choza. “En las tierras bajas, los murciélagos están relacionados con la fertilidad, por eso se piensa que cuando uno de ellos entra a la casa es una se;al de que va a nacer un bebé o que va a ser un buen año para los nacimientos de niños”. Porque ante todo, los murciélagos representan la vida.

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Mujeres de la cultura mollo lanzan a la venta barbijos andinos bordados

Los tapa bocas cuentan historias que reflejan la cultura de este pueblo y el amor por la naturaleza

/ 1 de julio de 2020 / 17:33

Mujeres de las comunidades de Chuma, Ayata y Aucapata, pertenecientes a la cultura mollo de La Paz, lanzaron barbijos andinos bordados que reflejan historias cotidianas, el amor por la naturaleza y la importancia de la familia, informó su impulsora, Alicia Layme.

En 2008, esa región de la provincia Muñecas difundió un libro bordado que contenía la historia de la cultura mollo, una civilización preincaica que, debido a la gran habilidad de sus bordadoras, comenzaron a producir una variedad de productos textiles. Sin embargo, a raíz de pandemia, muchos mercados se les cerraron.

“Somos mujeres de 15 comunidades;como Titicachi, Tikamuri, Ayata, Chuma y Aucapata; que conformamos una asociación y que hemos comenzado a elaborar estosbarbijos que muestran nuestra cultura”, sostiene Alicia Layme, una de las principales impulsoras de este proyecto.

La iniciativa se llamó en principio Wayatex, pero debido a que a desconocidos les habrían robado el nombre para incluso registrarlo, según Layme, ahora el proyecto se llama Iskanwayatex Bolivia S.R.L., en homenaje a las ruinas arqueológicas de Iskanwaya, que se encuentra en esa región al norte de La Paz.

Historia

Estos tapabocas andinos tienen historias bordadas ligadas a la pandemia y el medio ambiente. Un primer stock de 1.000 barbijos ya está a la venta y se espera elaborar otro stock, siempre reflejando la vida cotidiana de las mujeres, niños y hombres de la cultura mollo en La Paz, la única región del departamento donde se habla quechua.

“Nuestro primer stock de barbijos tiene mensajes relacionados con la familia ante la pandemia y sobre cómo los padres e hijos debe dialogar, luego otro lote de barbijos lleva el mensaje de la armonía con la madre naturaleza y finalmente la visibilización de la mujer, que no solo carga su wawa (bebé) sino también cómo ayuda a la familia”, explica Layme, muy activa en las redes sociales, donde se toma selfies con estos particulares tapa bocas para promocionarlos.

Materiales

Los barbijos que las mujeres mollo diseñan son reutilizables o lavables, además tienen un pequeño bolsillo, para colocar un filtro adicional u hojas de eucalipto, la planta que puede ayudar a una mejor protección.

“Nuestros productos bordados están hechos de aguayo, bayetilla (lana sintética) y bayeta (lana de oveja) y cumplen todas las medidas de bioseguridad para una protección del 100 por 100, porque además tienen un forro de tocuyo”, detalla Layme.

Los barbijos hechos en bayetilla cuestan a Bs 20, los que son diseñados en material de bayeta Bs 25.
Iskanwayatex Bolivia S.R.L. tiene su página en el Facebook y también se pueden realizar pedidos al teléfono 680-79336.

(01/07/2020)

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Tarántulas bolivianas a la venta en internet

Se sabe que hay 30 especies de estos arácnidos en Bolivia y nueve endémicas. Son víctimas de los traficantes y es necesario un estudio para protegerlas

/ 1 de julio de 2020 / 10:30

Ninguna se salva. Dos portales web con asiento en Estados Unidos ofrecen a la venta de manera ilegal cuatro tipos de tarántulas bolivianas, dos de ellas son endémicas. Bajo el rótulo: “¡Posea la mascota más genial del mundo!”, el mercado internacional trafica con estos animales.

En Bolivia solo existe un relevamiento preliminar que indica que hay 30 especies de tarántulas, de las cuales nueve son endémicas. Se trabaja en un proyecto de gestión y protección de estos invertebrados, mientras que en la Dirección General de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente se pide más coordinación con Pofoma para combatir el tráfico ilegal.

Las páginas www.mymonsters.co.za y www.fearnottarantulas.co.za son los espacios donde se ofertan las arañas bolivianas. “Como ha ocurrido con las mariposas y los escarabajos, estos dos sitios trafican con las tarántulas. Ellas son hermosas y si bien algunas tienen veneno, generalmente son muy dóciles y por eso las capturan fácilmente para venderlas”, denuncia el entomólogo Fernando Guerra, autor de ese relevamiento preliminar.

Exótica. La Hapalotremus albipes es endémica de Bolivia y es conocida como la tarántula ‘pierna blanca’. Se vende ilegalmente por internet.

El reconocido científico, que además es uno de los pocos biólogos que conoce sobre las tarántulas en Bolivia, tiene una teoría sobre cómo los traficantes llegan al país y luego se dedican a la recolección de estos octópodos. “Algunos turistas que arriban a Rurrenabaque (Beni), que en realidad se camuflan como tales, llegan específicamente para recolectarlas o comprarlas de algunos comunarios”.

En www.fearnottarantulas.com se oferta a la Habiotremus albipes, endémica de Bolivia en $us 210; a la Cyriocosmus perezmilesi, que también es endémica y se vende en $us 75 y a algunas de menor tamaño a $us 45. Además aparecen la Acanthoscurria chacoana y la Pamphobeteus antinous, que si bien también hay en países vecinos, fueron colectadas en Bolivia.

Si eso sucede con la primera página, en www.mymonsters.co.za se lee en inglés sobre las ofertas: This product is currently out of stock and unavailable, es decir, “los productos están agotados”.

Desde la DGB, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, Luigi Guisada, de la unidad de monitoreo, admite tras estas pistas que estamos ante un caso de tráfico internacional. “Si las páginas están en inglés estamos hablando de un mercado internacional, que puede ser una red mucho más compleja”, admite el experto.

Al escribir “tráfico de tarántulas” en Google, se puede encontrar una docena de links relacionados con los siguientes títulos: “Encuentran un criadero con más de 400 tarántulas venenosas en España”, “Incautan en Colombia 23 tarántulas que iban al comercio ilegal”, “La nueva tarántula azul que puede haber destapado el tráfico de arácnidos” y “Tarántulas, monos y cangrejos: ninguno se salva del tráfico de animales”, entre otros.

El biólogo Guerra expone que la belleza de estos arácnidos, su docilidad, su capacidad de vivir desde 10 hasta 20 años y su exoticidad son las características por las que los traficantes las escogen para comercializarlas en el mundo.

A través de estas páginas, los traficantes promocionan las tarántulas bolivianas. “Habiotremus albipes (tarántula de pierna blanca de Bolivia) una hermosa especie de gran altitud de las montañas de los Andes en Bolivia. ¡Primera vez disponible!”, reseña el portal www.mymonsters.co.za. El animal mide 15 centímetros.

Especies. Ejemplares de Cyriocosmus perezmilesi endémicas, viven en Beni.

Especies. Ejemplares de Cyriocosmus perezmilesi endémicas, viven en Beni.

El mismo sitio vende la tarántula boliviana Cyriocosmus perezmilesi: “Tarántula enana de belleza boliviana. El paquete completo incluye todo: hábitat con sustrato y follaje, garantía de 30 días y un suministro de dos semanas de comederos”. Este invertebrado es oriundo de Beni y puede medir más de 15 centímetros. La tercera especie, Acanthoscurria chacoana, que puede medir hasta 18 centímetros, es rápida, dócil, audaz y puede vivir hasta 20 años. “Terrario de cuatro veces el tamaño de la araña, sustrato con un refugio y un plato de agua”. La especie no es endémica y se la puede encontrar en Argentina y Paraguay.

La cuarta tarántula en oferta es la Pamphobeteus antinous, puede medir de 18 a 22 centímetros. “Excavador terrestre/ oportunista del nuevo mundo, crecimiento rápido. Es tranquilo, pero asustadizo”.

La Antinous es víctima de los delincuentes por su belleza. En la página www.fearnottarantulas.co.za se la conoce como la tarántula “pierna azul boliviana”.

“La Antinous es muy linda y por eso la cazan, porque algunos machos tienen patas azules”, ratifica el biólogo Guerra. La especie puede ser hallada en La Paz, Beni y Santa Cruz, pero también habita en los bosques de Brasil y Perú.

Ante la evidencia de que existe un mercado internacional de tarántulas bolivianas traficadas, Guisada, de la DGB, apunta a la falta de coordinación con la Policía Forestal de Medio Ambiente (Pofoma).

“Lamentablemente no hay comunicación entre Pofoma La Paz y las autoridades. No ha existido comunicación, no hemos recibido reportes de recepción de estos animales o de otros operativos de decomiso. No es frecuente que Pofoma nos informe de las acciones que toma ni de los casos que tienen en decomiso”.

El coronel Javier Olaguibel, director departamental de Pofoma, indica que “es mentira que no se coordine las acciones con las autoridades”. Al respecto, el investigador policial revela que el año pasado recibieron una tarántula que después fue enviada al refugio Senda Verde en Coroico. Según la autoridad, “el arácnido fue entregado voluntariamente” por un ciudadano que la tenía en su poder.

“Nosotros siempre estamos revisando redes sociales y varios portales, pero no tenemos nada sobre ese tráfico que usted indica”, sostuvo el coronel Olaguibel a La Razón, que desconoce estas dos páginas que trafican con las arañas bolivianas.

La Acanthoscurria chacoana; si bien no es endémica, fue colectada en el país.

La fauna y la flora están protegidas por la Constitución Política del Estado, pero además por la Ley 1333 de Medio Ambiente. La primera norma en su artículo 381 declara que son “patrimonio natural las especies nativas de origen animal y vegetal. El Estado establecerá las medidas necesarias para su conservación, aprovechamiento y desarrollo”.

Añade que para su protección, el Estado “establecerá un sistema de registro que salvaguarde su existencia, así como la propiedad intelectual en favor del Estado o de los sujetos sociales locales que la reclamen. Para todos aquellos recursos no registrados, el Estado establecerá los procedimientos para su protección mediante la ley”. Es justamente lo que falta en el caso de las tarántulas en Bolivia.

En tanto, la Ley 1333 en su artículo 106 indica que los delitos ambientales serán sancionados por el Código Penal, que en su artículo 223 puntualiza: “El que destruyere, deteriorare, substrajere o exportare un bien perteneciente al dominio público, una fuente de riqueza, monumentos u objetos del patrimonio arqueológico, histórico o artístico nacional, incurrirá en privación de libertad de uno a seis años”.

Pese a ello, el tráfico ilegal internacional de tarántulas, mariposas y escarabajos florece. “Bolivia, por ser el corazón de Sudamérica y por tener todos los pisos ecológicos, tiene al menos unas 30 especies de tarántulas, de las que unas nueve son endémicas. Debemos tener un documento para su protección, por eso es importante saber con precisión cuántas son y cómo están”, recomienda Guerra.

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Payasos: Con la sonrisa en el barbijo

Unos 5.000 animadores infantiles no pueden trabajar en el país. Un grupo de ellos realiza barbijos para subsistir

/ 1 de julio de 2020 / 10:15

¡Barbijos tres capas! ¡Baratitos y reutilizables! Así promociona Reynaldo Luna o Rapito Mix, un payasito, los tapa bocas que junto al grupo Jóvenes en acción comenzaron a fabricar en La Paz ante la imposibilidad de hacer presentaciones públicas por la cuarentena a raíz del COVID-19.

Artistas. Barbie

Artistas. Chaqui

Artistas. Chepeto

Artistas: Chiri.

“Los payasitos también tenemos familia y debido a que ya no podemos hacer presentaciones en público decidimos confeccionar barbijos personalizados que además tienen tres capas y que son reutilizables”, promociona Payasito Mix desde su taller en la zona de El Tejar.

Junto a Tati, Liz, Brandon, Remix y Kevin —otros payasitos— Luna elabora estos protectores que cuestan Bs 15 y que son ofrecidos en el portal de Facebook de la tienda Magnate y también en el portal de Rapito Mix.

Payasos: Chiri y Toni pasean por el empedrado.

“Con este nuevo emprendimiento pretendemos ayudar a nuestras familias”, indica el animador. Hay 45 diseños para todos los gustos.

Dentro del grupo de artistas, los animadores infantiles, que podían tener hasta cuatro presentaciones por fin de semana, conforman uno de los sectores más golpeados por la pandemia del COVID-19, pues impide reuniones públicas por miedo al contagio del virus, incluyendo los cumpleaños infantiles.

En Bolivia hay cerca de 5.000 animadores infantiles o payasos que no pueden trabajar por las restricciones por la emergencia sanitaria según Yoel López, presidente de la Federación de Artistas en Recreación y Artes Escénicas La Paz (Farael).

Papu, con su polera de Guasón.

La compañía de Papu.

Ojitos.

Rosquillas.

En la sede de gobierno, los animadores infantiles llegan a más de 500. “No fuimos escuchados por el Gobierno al que acudimos para pedir ayuda”, lamentó López.

El gremio, a pesar de la desgracia, se mantiene unido y ofrece a la ciudadanía su alegría característica tras un barbijo, como se ve en este fotoreportaje. Porque nunca está demás pintarse una sonrisa.

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