Bolivia suma 81 casos de coronavirus; Pando registra su primer infectado
De los 81 casos confirmados hasta las 20.30 de este sábado, 44 se encuentran en el departamento de Santa Cruz, 14 en Cochabamba, 10 en La Paz, 8 en Oruro, 3 en Potosí, 1 en Chuquisaca y 1 en Pando.
El ministro de Salud, Aníbal Cruz, informó la noche de este sábado de 7 nuevos casos de coronavirus en el país, con lo que el número de contagiados ascendió a 81, sin ningún fallecimiento hasta ahora. Pando registró el primer caso de una persona infectada con el COVID-19.
De los 81 casos confirmados hasta las 20.30, 44 se encuentran en el departamento de Santa Cruz, 14 en Cochabamba, 10 en La Paz, 8 en Oruro, 3 en Potosí, 1 en Chuquisaca y 1 en Pando.
El Ministro de Salud destacó que Oruro ingreso al décimo día de silencio epidemiológico.
Una hora antes de que el ministro brinde el nuevo reporte de casos, el secretario de Salud de la Gobernación de Santa Cruz, Óscar Urenda, informó que este sábado se registraron dos nuevos casos de coronavirus, con lo que el número de personas contagiadas subió a 44. Los dos nuevos positivos son importados.
El funcionario detalló que uno de los infectados tiene 31 años y llegó a la capital cruceña procedente de Ecuador. El otro paciente, añadió, tiene 64 años y vino de República Dominicana.
De los 44 casos, dos están en terapia intensiva con respiradores y su estado de salud es delicado, añadió Urenda.
Dijo que del total de personas infectadas por el coronavirus, 25 son mujeres y 19 varones. (28/03/2020)
En los últimos años, el flujo de dinero enviado por los migrantes bolivianos a sus familiares desde Chile ha crecido exponencialmente. En 2013, las remesas procedentes de ese país apenas representaban el 6,1% y, actualmente, ya llegan al 21,6% del total.
Entre 2013 y 2022, las remesas procedentes de ese país han pasado de $us 72,1 millones a $us 310,4 millones, un crecimiento del 330,5% (más de cuatro veces en 10 años), según los datos procesados por La Razón en base a la información periódica que publica el Banco Central de Bolivia (BCB) en su página web.
Bolivia recibe, principalmente, remesas de España, Chile, Estados Unidos, Argentina y Brasil, además de casi una veintena de países en todo el mundo.
Chile es un caso especial, porque en la última década ha pasado del quinto al segundo lugar como país origen para el envío de remesas familiares al país. Primero desplazó a Brasil, luego a Argentina y desde hace dos años a Estados Unidos, según el análisis realizado por La Razón.
Los inmigrantes bolivianos, mayoritariamente, llegan a laborar a ciudades del norte de Chile como Calama o Iquique, atraídos por las posibilidades de un puesto de trabajo, ya sea en la minería o en el sector servicios que se ha desarrollado a partir del auge minero. También en la zona norte, en Arica y Parinacota, el trabajo agrícola ocupa mucha población boliviana.
Pero no son los únicos rubros. En el último quinquenio, el servicio doméstico así como el cuidado de ancianos y niños —que antes era dominado por los inmigrantes peruanos— en la ciudad de Iquique está cubierto ahora en parte por mujeres bolivianas.
DOMÉSTICO.
Según una investigación de SciELO Chile, las cuidadoras bolivianas optan, por lo general, por el trabajo doméstico puertas adentro. “De las diez entrevistadas, ocho trabajan bajo esta modalidad. Esta es la opción preferida, pues así ellas pueden ahorrarse el pago de alojamiento. La totalidad de las entrevistadas envía remesas a sus familias, tanto aquellas que tienen hijos pequeños como las que tienen hijos adultos y que han formado ya su propia familia”, reseña.
Cabe señalar que si antes era España uno de los destinos favoritos de la migración boliviana, debido a la crisis económica que experimentó este país europeo en los últimos años, ésta se redirigió a Chile.
Los connacionales viajan a Chile por los altos salarios que se pagan, pese al elevado costo de vida en el país trasandino.
ESTADÍSTICA.
Las remesas familiares enviadas al país por los bolivianos que trabajan en el exterior alcanzaron el récord histórico de $us 1.437 millones en 2022.
“Se trata del valor en remesas más alto alcanzado en todo el tiempo que se lleva el registro de este indicador, más aún considerando un contexto internacional afectado por la pandemia de COVID- 19, entre otros factores adversos”, indicó el 23 de febrero en conferencia de prensa el presidente del ente emisor, Edwin Rojas.
Por país de origen, las remesas procedieron principalmente de España (31,4%), Chile (21,6%), Estados Unidos (20,7%), Brasil (5,8%) y Argentina (4,7%).
Si comparamos país por país, las remesas provenientes de España se han mantenido constantes desde 2013 hasta 2019. Sin embargo, en los últimos tres años los flujos han empezado a caer.
En el caso de Estados Unidos, la tendencia es que los flujos de dinero hacia el país sigan subiendo. Por ejemplo, entre 2021 y 2022, las remesas provenientes del país del norte crecieron en 30,4%, de $us 228,1 millones a $us 297,5 millones, siempre según el análisis realizado por La Razón en base a los datos del Banco Central.
En la última década, el flujo de dinero proveniente de las remesas llegó a $us 12.656,8 millones. El 39,3% tienen como origen España, el 17,7% Estados Unidos y el 11,9% Chile. Entre los tres suman el 68,9% de las remesas familiares.
EJÉRCITO. La presencia militar en la frontera norte durará 90 días.
Más de 132.000 bolivianos residen en el país vecino
En 13 años (2009-2021), la cifra de los inmigrantes bolivianos en Chile se ha más que quintuplicado, al haber pasado de 24.116 a 132.094 residentes en el país vecino.
Según el “Informe de Resultados de la Estimación de Personas Extranjeras Residentes en Chile al 31 de Diciembre de 2021”, los mayores porcentajes del colectivo de Bolivia se ubican en las regiones del norte de ese país, principalmente en Tarapacá con 46,4% (cifra que en 2020 se situó en 45,7%) del total de personas foráneas.
REGIONES.
Le siguen Antofagasta (38,6%), Arica y Parinacota (38,2%), y Atacama (33,7%), se lee en el documento que es elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Servicio Nacional de Migraciones de Chile.
A raíz del ingreso masivo de migrantes a Chile en los últimos años, el Gobierno chileno empezó a desplegar desde el 27 de febrero pasado a efectivos militares para resguardar las fronteras con Perú y Bolivia, en un intento por controlar el ingreso de migrantes por pasos no habilitados.
La labor de los soldados durará 90 días y regirá en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, según un decreto del gobierno del presidente Gabriel Boric.
Las unidades militares podrán realizar controles de identidad y detener a personas que ingresen o egresen por un paso no habilitado de la frontera, para luego entregarlas a la Policía local.
El decreto de ley emitido por el Gobierno argumenta que existe un aumento de los flujos migratorios en el país, que ha provocado “la llegada masiva de población a través de pasos no habilitados”.
El alcalde Javier García del municipio de Colchane, uno de los puntos fronterizos donde se activará la medida, denunció en una radio local que ingresan cerca de 400 personas al día a través de pasos no habilitados. Chile registra un aumento de inmigrantes de países cercanos pero especialmente de Venezuela.
El poblado andino de Colchane, en la frontera con Bolivia, es el paso más utilizado de extranjeros para ingresar a Chile, donde han muerto decenas de personas durante los últimos años. Quienes logran llegar a ciudades chilenas se han instalado en carpas o en plazas o caminan a la deriva pidiendo ayuda.
Esta medida se suma a otras tomadas por Chile en los últimos años, para intentar controlar el flujo migratorio del norte.
Bolivia se encamina cada vez más al sistema de pagos digitales. Aunque es prácticamente imposible alcanzar una sociedad sin dinero en efectivo, la realidad es que esta práctica aumenta con el paso del tiempo.
Por ejemplo, en los centros urbanos, cada vez menos personas recurren al dinero en efectivo para efectuar sus transacciones, ya sea para el pago de servicios básicos, pensiones o para realizar transferencias de dinero.
Así, ya sea en supermercados, tiendas de ropa, cines, negocios de comida rápida, mercados e incluso negocios pequeños, los pagos o transferencias de dinero a través de medios digitales como el código QR son más comunes y van camino a masificarse.
Como resultado de estas acciones, entre 2012 y 2022 las operaciones procesadas en el sistema de pagos de bajo valor nacional se incrementaron en 2.605%, de 10,7 millones a 289,6 millones, según datos del Banco Central de Bolivia (BCB). (Ver infografía)
En cuanto al valor, el crecimiento durante este periodo (2012- 2022) fue de 341,9%, de Bs 171.721 millones a Bs 771.219 millones.
En ambos casos (operaciones y valor) el crecimiento fue exponencial y muestra una tendencia creciente en el uso de los Instrumentos Electrónicos de Pago (IEP), como las tarjetas plásticas (crédito, débito y prepagada), dispositivos o documentos electrónicos que permiten originar transferencias de fondos, billetera móvil y otras autorizadas por el BCB (tarjetas virtuales, cheques electrónicos o digitales).
Este comportamiento “evidencia la aceptación y confianza que tienen los bolivianos al emplear estos medios de pagos”, afirma el ente emisor en respuesta a un cuestionario enviado por LA RAZÓN.
El BCB señala que el sistema de pagos de bajo valor o minorista, que facilita las transacciones de las personas, ha crecido sustancialmente en la última década en línea con la evolución de la actividad económica y el comercio.
Añade, por otro lado, que el constante avance de la tecnología demandó una alta capacidad de respuesta del sistema financiero y de las infraestructuras del mercado financiero y otros actores relacionados al ecosistema de pagos para impulsar el proceso de transformación digital y la modernización de los esquemas de pago.
En ese marco, indica el BCB, se han introducido innovaciones como el pago con QR y pagos sin contacto que facilitan la utilización de Instrumentos Electrónicos de Pago (IEP) e incentivan el consumo y pago de servicios de forma rápida y segura a través de canales electrónicos.
“Actualmente se cuenta con una infraestructura de pagos fortalecida, integrada, que brinda soluciones a sus clientes y busca constantemente la modernización en un entorno seguro, respaldado por la emisión de un marco normativo integral y actualizado, con lo que se brinda confianza y seguridad a los ciudadanos”, indica el ente emisor.
El BCB señala que, en cumplimiento de su mandato, “continuará promoviendo el desarrollo del sistema de pagos brindando un marco regulatorio sólido, orientado a la seguridad y fluidez de los pagos electrónicos en beneficio de la población”.
El uso del sistema se aceleró con la pandemia
La pandemia por COVID-19 ha intensificado en los últimos tres años el uso de las transacciones electrónicas en lugar de recurrir al dinero en efectivo.
Según el Banco Mundial, la llegada del COVID-19 despertó la necesidad de proveer servicios de manera diferente.
“Un ejemplo es el uso de pagos digitales por parte de los gobiernos para proveer alivio financiero a los grupos más vulnerables. De la misma forma, los propios ciudadanos buscaron maneras de realizar transacciones en formatos seguros para cumplir las reglas de distanciamiento social”, señala el organismo multilateral.
El estudio realizado por el Banco Mundial, publicado en enero de este año, sugiere que algunos adultos se digitalizaron durante la pandemia, pero el alcance de la adopción digital difiere entre las economías regionales.
Aunque la investigación no menciona a Bolivia, LA RAZÓN hizo un sondeo entre las personas adultas y encontró que muy pocas utilizan las transacciones digitales. La mayoría prefiere el sistema tradicional, como acercarse a un banco para pagos de servicios básicos o para el cobro de su pensión.
El organismo multilateral señala que sin bien la digitalización de servicios se amplió en pandemia por razones de seguridad y facilidad, la oferta y calidad de conexión a internet no crecieron al mismo ritmo.
El código QR (del inglés Quick Response code) es la evolución del código de barras que permite, entre otras muchas cosas, pagar y hacer transferencias de dinero desde el celular de forma rápida y sin la necesidad de manipular dinero.
El Banco Central de Bolivia (BCB) señala, en respuesta a un cuestionario enviado por LA RAZÓN, que las transferencias electrónicas de pago inmediato con QR tuvieron un crecimiento sostenido desde su lanzamiento en 2019 debido a sus ventajas en cuanto a acceso y facilidad de uso.
“Durante 2022, estas operaciones representaron el 27% del total de operaciones procesadas con OETF (Órdenes Electrónicas de Transferencia de Fondos) y 13% con relación al número de operaciones procesadas por el sistema de pagos de bajo valor”, añade.
El ente emisor destaca que la aceptación por parte de la población de este mecanismo ha sido creciente y se ha convertido en un medio empleado cotidianamente para realizar transferencias entre personas y empresas.
“Con la implementación del QR BCB Bolivia, desarrollado e implementado por el BCB, se extenderá el uso del QR a todas las entidades de intermediación financiera del país, brindando una herramienta universal y compatible con la solución ya implementada lo que contribuirá a democratizar el uso de Instrumentos Electrónicos de Pago (IEP)”.
Con el código QR se pueden realizar transferencias entre personas y empresas, pago de pensiones de colegio, pagos de seguros, pagos en comercios, pagos en mercados, transferencias de ayudas sociales, pagos de servicios básicos, pagos de comercio electrónico, pagos en pasarelas de pago, pago en páginas web (comercio electrónico) y pago de trámites, entre otros.
En el país, desde su implementación por la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban) a mediados de 2019, esta alternativa tiene cada vez más popularidad en bancos, comercios, tiendas virtuales, y emprendedores que se suman al QR como forma de pago sin necesidad de usar dinero en efectivo.
En una nota de prensa publicada el 27 de diciembre de 2022, Asoban y la Administradora de Cámaras de Compensación y Liquidación SA (ACCL) resaltaron el exponencial crecimiento que han tenido, de enero a noviembre de ese año, los cobros y pagos a través de “QR SIMPLE-Pago Móvil”, donde el número de transacciones se incrementó en 555% y los montos transados en 540%, comparado con similar periodo de 2021.
La entidad, que aglutina a los bancos privados que operan en territorio boliviano, señala que la modalidad de pago y cobro QR SIMPLE ha incrementado su uso en emprendimientos personales, tiendas de barrio, mercados zonales, supermercados, restaurantes, empresas de seguros, radiotaxis e innumerables comercios.
Hace un poco más de una década, en octubre de 2011, se aprobó una ley que tenía como propósito incrementar las reservas internacionales de oro a través de la compra de este metal tanto a las empresas mineras estatales como a las cooperativas mineras.
Transcurridos 11 años (2012- 2022), las reservas internacionales de oro se mantienen en 43 toneladas —con un leve incremento de menos de una tonelada durante ese periodo—, mientras que, en ese mismo lapso, ya se ha exportado 372 toneladas del metal precioso, según datos oficiales.
La Ley 175, promulgada el 11 de octubre de 2011, en el gobierno de Evo Morales, autorizaba al Banco Central de Bolivia (BCB) “a comprar oro en barras (lingotes) a empresas mineras estatales y a la Central Integral de Comercialización de Minerales de las Cooperativas Mineras Ltda (Comermin)”. El metal iba a ser destinado exclusivamente al incremento de las reservas internacionales de oro.
La disposición legal también establecía que el ente emisor iba a pagar por la compra de oro en base a la cotización internacional de este metal, “menos las deducciones que correspondan”.
LEY.
Ahora nuevamente se ha puesto en la mesa de discusión una norma, enviada el 16 de junio de 2021 por el presidente Luis Arce a la Asamblea Legislativa Plurinacional, y que tiene el mismo fin que la ley promulgada el 11 de octubre de 2011.
Actualmente, las reservas internacional en oro, administradas por el Banco Central de Bolivia (BCB), se mantienen en 43 toneladas; por lo que se busca, a través de una norma, incrementar y fortalecer los ahorros del Estado.
La viceministra de Pensiones y Servicios Financieros, Ivette Espinoza, dijo ayer en conferencia de prensa que en 2022 se exportaron unas 60 toneladas de oro, por lo que el proyecto de “Ley del Oro de producción nacional destinado al fortalecimiento de las reservas internacionales” busca que ese metal sea adquirido por el BCB.
“Hasta la fecha ¿cuánto tenemos en reservas en oro? Son 43 toneladas. Entonces, ¿cuál es el propósito? Que el Banco Central pueda adquirir ese oro que está saliendo al exterior”, afirmó.
Espinoza también reveló que en el periodo 2010-2022, el BCB “solamente” ha adquirido 0,71 toneladas del metal precioso.
LA RAZÓN procesó los datos publicados en la página web del Instituto Nacional de Estadística (INE) y verificó que entre 2012 y 2022 se exportaron 372 toneladas de oro metálico. Solo el año pasado se comercializó 69,32 toneladas por un valor de $us 3.003 millones.
También puede leer:Cooperativistas exigen la paralización de la Ley del Oro porque no fue consensuada
La semana pasada, la Comisión de Planificación, Política Económica y Finanzas de la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de “Ley del Oro”, norma que fue remitida al pleno camaral para su respectivo tratamiento.
El diputado Carlos Alarcón (CC) denunció el lunes que este proyecto de ley sería un “cheque en blanco” al Ejecutivo para “dilapidar” las reservas internacionales.
ESTABILIDAD.
El asambleísta de oposición dijo que cuando se trata de vender las reservas físicas de oro en mercados del exterior, “se está comprometiendo no solamente el ahorro de las generaciones pasadas, presentes y futuras de los bolivianos, sino también, de alguna manera, está en juego la estabilidad de la moneda boliviana”.
No obstante, la Viceministra de Pensiones y Servicios Financieros explicó que, una vez que se apruebe la norma, el BCB podrá realizar operaciones e inversiones en mercados externos con las reservas en oro que generará rendimientos.
La Asfi aclaró que el 88% de los créditos del sistema financiero se encuentra pactado a tasa fija, por lo que esas operaciones no experimentaron ningún tipo de incremento en los montos de las cuotas que los prestatarios pagan a las entidades.
La aclaración de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) surgió a raíz de una publicación de un medio escrito local, que hizo un “análisis sesgado” de la evolución de la Tasa de Interés de Referencia (TRe)
Este medio atribuyó “el incremento normal de este indicador al endeudamiento del sector público y una competencia con el sector privado por recursos de liquidez, lo que a su vez tendría una incidencia de magnitud importante en las cuotas de los préstamos”, dijo el director ejecutivo de la Asfi, Reynaldo Yujra Segales.
Añadió que dichas aseveraciones no tienen fundamento, puesto que en un contexto internacional generalizado de incrementos de tasas de interés, la TRe solo aumentó en 0,11% en 26 meses. Además, ratificó que el 88% de los créditos del sistema financiero se encuentra pactado a tasa fija, por lo que esas operaciones no experimentaron ningún tipo de incremento.
Aclaró que, en las operaciones de crédito con tasas no reguladas, las variaciones son mínimas y no exponen a situación de significativa probabilidad de impago de las cuotas como se pretende hacer creer a la población.
También dijo que es normal que las tasas de interés registren aumentos en este periodo del año, debido a la necesidad de las entidades financieras de acumular fondos para materializar los planes de expansión crediticia para toda la gestión, más aún si se toma en cuenta el contexto mundial de subida de los tipos de interés.
Por otro lado, precisó que conforme evidencian las estadísticas del sistema financiero boliviano, en el periodo comprendido entre diciembre 2019 y diciembre 2020, la TRe se incrementó en 22 puntos básicos (12 meses) y desde diciembre 2020 hasta la fecha actual se incrementó apenas en 11 puntos básicos (26 meses).
Asimismo, descartó que existan problemas de liquidez en la banca, en razón a que al cierre de 2022, se cuenta con un monto de Bs 65.101 millones de activos líquidos, equivalente al 60% de los depósitos de corto plazo, “muestra clara de la capacidad que tienen las entidades financieras para hacer frente a sus obligaciones de corto plazo y mantener la dinámica de las colocaciones crediticias”.