Ausente en el diálogo: Las rotondas y el Cristo, el hábitat de Camacho
El Gobernador de Santa Cruz no quiso sentarse a resolver el paro.
El 22 de octubre, en el inicio del paro, Luis Fernando Camacho se reunió con el Gobierno con predeterminación de retirarse.
Imagen: abi
Luis Fernando Camacho tiene ciertas particularidades: rehúye el diálogo y es confrontacionista. Su hábitat político está en las multitudes, las rotondas y el Cristo Redentor. Así se lo vio desde cuando irrumpió en 2019 para derrocar a Evo Morales.
Quien mejor pudo describirlo es el rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), Vicente Cuéllar, con quien coincide en el Comité Interinstitucional Impulsor del Censo de Santa Cruz.
Es instancia demanda con 17 días de paro indefinido un Censo en 2023.
Ambos tuvieron un serio desencuentro el sábado 29 de octubre, cuando Camacho encaró a Cuéllar, que implicó luego un distanciamiento entre ambos: “Vamos a hacer siempre lo que la institucionalidad quiera aquí, el que se venda tiene muerte civil”.
Moderado, aunque presionado en esta circunstancia, Cuéllar lo describió el viernes: “Lamentablemente, hay que ser claros, que por un lado y el otro hay gente que no quiere encontrar una solución”.
Cuéllar
“No sé si hay alguien que se alimenta de los conflictos. Nosotros, como universidad, no nos vamos a prestar a ningún juego político”, remató el rector de la UAGRM en alusión a Camacho.
Desde la oposición, el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, también se refirió al líder de Creemos como alguien caprichoso. “Yo creo que es capricho de alguna persona”, dijo el viernes.
“Pero yo creo que hay alguna persona que está en otra cosa, eso no puede ser. Ha llegado el momento de que reflexione”, insistió.
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Y desde la oposición de Camacho, el exsecretario de Gobierno Vladimir Peña también dijo que el Gobernador se alimenta de la confrontación y del conflicto, para encontrar rédito político.
“Sabe de mi posición contra el señor Camacho: la gente, a casi dos años de mandato, ha visto que es incompetente para gestionar; lo único que sabe es confrontar”, dijo hace unos días en una entrevista con la transmisión digital LA RAZÓN Radio.
Camacho tuvo la oportunidad de participar de la última reunión a la que lo convocaron para la definición de la nueva fecha del Censo, en Trinidad, pero la desechó. “Puede haber mesas técnicas, de diálogo, pero el mandato es Censo en 2023”, dijo el jueves.
Fue la tercera vez que, por el conflicto por el Censo de Población y Vivienda, el Gobierno llamó a una reunión a los gobernadores del país, además de alcaldes y rectores de universidades estatales.
Sin embargo, Camacho no asistió a ninguna de ellas, como, por ejemplo, no lo había hecho en un par de convocatorias para la coordinación de acciones contra el COVID-19 en 2021 y 2020.
El 12 de julio, el presidente Luis Arce llamó al Consejo Nacional de Autonomías (CNA), al que asistieron ocho gobernadores, alcaldes y asociaciones municipales. No asistió Camacho, aunque dijo que estaba predispuesto a viajar a La Paz.
Entonces, el Gobernador justificó, en carta al viceministro Álvaro Ruiz, que no pudo viajar debido a que no había encontrado pasajes por avión.
Esa reunión, ante deficiencias en la organización del Censo de Población y Vivienda del 16 de noviembre de este año, sugirió la postergación del empadronamiento. Un día después, el 13 de julio, el presidente Arce promulgó el Decreto Supremo 4760. que dispuso empadronamiento para mayo o junio de 2024.
Rechazo
A partir de entonces, Camacho recuperó protagonismo, y hasta liderazgo, en el llamado Comité Interinstitucional Impulsor del Censo de Santa Cruz, que fue conformado especialmente por la Gobernación, el Comité pro Santa Cruz y la UAGRM.
Rechazó la postergación del empadronamiento. “Santa Cruz no se quedará de brazos cruzados”, dijo el Gobernador.
La ausencia de Camacho había sido cuestionada por dos de sus colegas, Damián Condori, de Chuquisaca, y Santos Quispe. Éste incluso lo llamó ‘cobarde’.
A partir de entonces, el Comité Interinstitucional se declaró en emergencia y convocó a un paro cívico para el 25 de julio. Y el Gobierno intentó sin éxito su pedido a deponer acciones extremas.
Otro paro, de 48 horas, el 8 y 9 de agosto, aumentaron la tensión.
En su ansiedad por neutralizar la crisis, el Gobierno llamó a otras reuniones, primero a alcaldes de municipios de capital más El Alto y luego a rectores de las 11 universidades estatales del país.
Mesas técnicas
Y, finalmente, a una serie de mesas técnicas capital por capital más El Alto. A Santa Cruz llegó el 15 de agosto. Camacho no estaba invitado, aunque dos días antes dijo que iba a ir a la cita “sí o sí”, aunque no lo inviten.
Asistió. Dio señales de que sí podía romper los estigmas en su contra de rehuirle al diálogo.
Al terminar la reunión, se declaró satisfecho y se congratuló de haber conseguido de que el Gobierno ofrezca “apertura” a la discusión de la fecha del Censo.
Sin embargo, ante la presión del Comité pro Santa Cruz y de los sectores más radicales de su región, desahució los resultados de la mesa técnica.
Entonces, el viceministro Ruiz develó en La Razón Radio lo que Camacho creía respecto de un Censo en 2024. “Muy pocos saben este dato, no lo dijimos. Cuando se hace la mesa técnica en Santa Cruz, al no tener completo el planteamiento Santa Cruz, Camacho dice que él no puede salir de la reunión y decir (el Censo) puede ser en 2024, que le pueden quemar la casa. Lo dijo textualmente en la reunión”, contó.
Diálogo
Nuevos intentos de convocatoria al diálogo del Gobierno fracasaron, incluso antes del cabildo del Cristo Redentor convocado por el Comité pro Santa Cruz del 30 de septiembre.
Una multitudinaria concentración validó la propuesta de la dirigencia de Censo en 2023 y la abrogación del Decreto Supremo 4760.
El Comité dijo que esa concentración reunió a 1,5 millones de personas y el Sifde calculó 229.126 con base en un estudio encargado por los cívicos.
Conminó a Arce a resolver la demanda en 21 días (como en el paro de 2019 que derrocó a Evo Morales) si quería evitar un paro indefinido desde el 22 de octubre, el mismo día en que en 2019 Camacho inició las protestas contra Morales a raíz de los cuestionamientos a las elecciones de ese año.
El 21 de octubre, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, anunció la cesión del Gobierno en el plazo del Censo dispuesto en el decreto.
Propuso Censo en abril de 2024 y resultados en octubre de ese año, además de la redistribución de recursos provenientes de los resultados, que era el fin inicial de Camacho y compañía.
La propuesta no convenció a la dirigencia del Comité Interinstitucional, que, sin embargo, se abrió a un diálogo instalado en Santa Cruz. Para entonces, la muerte de Pablo Taborga ocasionada presuntamente por dirigentes cívicos de Puerto Quijarro empañó el primer día de paro.
El Gobernador había asistido con la predeterminación de retirarse del diálogo en cuanto iba a presentar la propuesta de la UAGRM de Censo en 2023.
“(…) Por respeto a mi pueblo al que me debo, con mi línea para determinar las cosas, les dejamos el decreto, en lo personal me retiro porque es una falta de respeto al pueblo y al cabildo”, dijo a los presentes en el diálogo.
Retiro
Fue su retiro definitivo del diálogo por el conflicto.
Esa misma noche, Camacho fue a arroparse de los suyos en la rotonda del Cristo Redentor, donde desafió al presidente Luis Arce a dialogar con sus interlocutores del conflicto en Santa Cruz.
“Presidente Arce, deje de mandar gente incompetente, venga usted personalmente, no sea cobarde”, arengó frente a la multitud.
Con el paro indefinido en curso, el Gobernador optó por bañarse de popularidad en los puntos de bloqueo y en las rotondas, por varias noches seguidas.
Otra vez el Gobierno llamó al diálogo, esta vez para el llamado Encuentro Plurinacional para el Censo con Consenso, en Cochabamba. Debieron asistir, otra vez, gobernadores, alcaldes y rectores. Con cierto suspenso, el Comité Interinstitucional decidió delegar a una comisión presidida por el rector de la UAGRM.
Camacho evitó de nuevo asistir al diálogo. Lo desahució con fuertes ataques a sus colegas gobernadores.
“Yo no soy del criterio que debamos ir a Cochabamba bajo ningún motivo, porque sería faltar el respeto a nuestro pueblo. Siempre dije que estamos abiertos a cualquier diálogo, pero no iremos a avalar a una reunión de masistas”, se anticipó a decir.
Trinidad
El 1 de noviembre, el vocero presidencial, Jorge Richter, anunció la convocatoria a otro diálogo, “con la fecha del Censo en blanco”, en Santa Cruz, en coincidencia con Cuéllar, que ese día había planteado una reunión sin condicionamientos.
Esa noche, sin mucho ruido mediático, Cuéllar y el vicepresidente del Comité pro Santa Cruz, Fernando Larach, tuvieron como interlocutores a Richter y al ministro Sergio Cusicanqui. Camacho no acreditó a su delegado.
La reunión había avanzado en un “preacuerdo” de cinco puntos, pero no pudo continuar al día siguiente, por más que se había dicho que fuera en la misma casa de Rómulo Calvo. Fracasó.
Surgió la última opción: la mesa de Trinidad. Cuéllar se desgañitaba el jueves con que Camacho acreditara, otra vez, a su delegado para la discusión.