Los casos de coqueluche llegan a 32 en el país y Santa Cruz suma 30
Los bloqueos que hay en varias partes de la capital cruceña perjudican la labor para detener esta enfermedad.

Freddy Armijo informa sobre los casos de coqueluche.
Los casos confirmados de coqueluche o tosferina aumentaron a 32, de los cuales 30 están en Santa Cruz, uno en El Alto y otro en Oruro, informó este miércoles el director Nacional de Epidemiología, Freddy Armijo.
Armijo explicó que, de los 30 casos en Santa Cruz, 16 están en la capital, mientras que en el municipio de Montero se reportaron cinco, en Santa Rosa del Sara dos, El Torno dos, La Guardia dos, Comarapa dos y San Javier uno.
«Estos casos fuera de la ciudad de Santa Cruz se han generado a partir de contagios que probablemente hayan salido de Santa Cruz», dijo.
Al ser centro de este rebrote de casos, en Santa Cruz se aplican tres estrategias para evitar la propagación de la enfermedad. Una de ellas es el bloqueo de casos con la vacunación en el entorno del hogar donde se detectó el caso.
Este trabajo implica alrededor de una quincena de cuadras.
Además, las otras dos estrategias implican la inmunización casa por casa y el plan de comunicación intenso para convocar a los padres de familia para que lleven a sus niños a vacunar.
Los niños menores de cinco años deben recibir la vacuna pentavalente que los protege contra cinco enfermedades: difteria, tosferina, tétanos, hepatitis B, neumonías y meningitis.
Armijo dijo que el paro cívico provoca dificultades para la movilización de las brigadas médicas para la vacunación y búsqueda de casos posibles.
«El paro perjudica porque las brigadas no pueden desplazarse adecuadamente y, mientras más se tarde para hacer el bloqueo, más posibilidades hay de que aparezca nuevos casos», dijo.
La tosferina es una enfermedad respiratoria muy contagiosa causada por un tipo de bacteria llamada “Bordetella pertussis”.
Esta enfermedad se caracteriza por una tos seca intensa y se transmite mediante gotículas salivales. Es «muy contagiosa» y afecta principalmente a los niños menores de cinco años.
La patología reapareció en Bolivia este año después de un silencio epidemiológico de nueve gestiones, desde 2013.