Nombres del Gran Poder
La Columna Sindical - Ricardo Aguilar La festividad del Gran Poder no sólo es un derroche económico, sino también del lenguaje
El derroche del Gran Poder no sólo está en el gasto económico que implica su despliegue, sino también en aquello que más nos determina: el lenguaje. La celebración, en sus nominaciones, es un derroche de adjetivos en busca de… legitimidad sería decir poco, más bien de verdad.
El determinismo geográfico reza que un clima afecta el modo de ser de sus habitantes y el Gran Poder da por el piso con esta creencia. ¿Que el altiplánico, al ser tan difícil la producción de alimentos, es mezquino y ahorrador? No sólo en la bella gratuidad del derroche de esta fiesta se ve lo contrario, sino también en su exceso de palabras o, ¿qué otra cosa puede ser…?: Sensacional Mosaicos Amigos Dignos del Gran Poder, donde lo extraordinario (sensacional) se hermana con otro adjetivo ahora de carácter ético (de dignidad), palabras que fuera del Gran Poder nunca se encontrarían.
En esta fiesta de palabras saltan a la vista felices coincidencias. Por ejemplo, los Reyes Relámpagos de Santiago de Ojje, si bien el nombre puede leerse en el sentido común de «majestad meteorológica» que dan las mitologías al «fuego que cae del cielo», también hace un recuerdo burlesco a la fugacidad con la que Jorge Manrique o Quevedo dirían: «los reynos van a se fenecer». Un rey relámpago, tal como un campeonato relámpago de fútsal en menos de una mañana.
Otras veces, las divisiones hacen florecer perlas lingüísticas. Es el caso de la Juventud Rosas Residentes de Viacha los Legítimos, que, tras un conflicto intestino de vaya uno a saber qué floristerías, hace surgir a los Verdaderos Rosas de Viacha Revelación 82, y nada menos; donde la categoría de «legitimidad» de la fraternidad original es apabullada por la de «verdad» de la segunda. Pero no contentos con haber ganado en esta guerra de lenguaje (lo verdadero siempre es más que lo legítimo), los divisionistas le añaden el prodigio celestial de una «revelación» mística específica, seguramente acaecida el 82.
La relación compleja de las fraternidades entre gremio, devoción y compadrazgos se hace explícita casi siempre en sus nombres (bordadores, carniceros, etc.) no obstante, la Morenada Viajeros La Paz-Charaña del Gran Poder falla en favor de la indeterminación, en un nomadismo perpetuo entre La Paz y Charaña que puede ser todo, ¿comerciantes, tal vez transportistas?
En medio de tantos nombres que hacen referencia a cuerpos celestes (por ejemplo Kullawada Luminantes Inti Wara, toda una hipérbole de lo solar), que simbólicamente representan una guía (luz en el camino), no puede dejar de notarse a sus antagónicos Mallkus Perdidos del Gran Poder, nombre en el que domina cierto «oscuro bosque de plumas de la vida».
Se puede seguir, pero hay que detenerse en una rara alusión vegetal (en medio de tantos astros) que no es la de las Rosas de Viacha, sino de la desconcertante Diablada Eucaliptus.