Marina Silva: el pre-sal y el etanol
En Brasil soplan vientos de cambio político, nuevamente por la izquierda, pero con un sesgo ambientalista
La irrupción de Marina Silva, exministra de Medio Ambiente del gobierno de Lula Da Silva, como candidata presidencial luego de la trágica muerte de Eduardo Campos ha modificado el panorama electoral en la República Federativa del Brasil. Silva había alcanzado ya el tercer lugar en la preferencia electoral en 2010, consiguiendo más de 20 millones de votos. Ahora, las encuestas la posicionan en un empate técnico con la actual Mandataria en carrera a la reelección, Dilma Rousseff. Además, los sondeos predicen que en una eventual segunda vuelta Silva sería electa como nueva presidenta de Brasil.
En las últimas semanas, la candidata socialista ha comenzado a difundir sus ideas-fuerza en la campaña electoral, a 30 días de la primera vuelta electoral prevista para el domingo 5 de octubre. Me ha llamado particularmente la atención sus declaraciones en dos temas considerados claves en Brasil, país que según índices recientes se encuentra en un período recesivo de su economía. El primero de ellos se refiere a la exploración y explotación de recursos hidrocarburíferos en el pre-sal, término referido a la formación rocosa ubicada frente a la costa brasileña con alto potencial para producir petróleo, y que se extiende por debajo de una extensa capa de sal sobre el fondo marino que alcanza a una profundidad de más de 7.000 metros.
Petrobras dio a conocer en 2010 los mayores descubrimientos de petróleo en Brasil en la capa pre-sal ubicada entre los estados de Santa Catarina y Espírito Santo, y había anunciado un ambicioso programa de inversiones para la exploración y futura explotación. La candidata ha indicado, sin embargo, que Petrobras debe reducir la prioridad de inversiones en dicha área, lo que varios especialistas entienden como un error, pues la inversión en dichas reservas es considerada estratégica para el futuro energético de Brasil.
A tono con su postura ambientalista, Marina Silva pronunció un discurso en la Feria Internacional de Tecnología Cañera que se realizó en Sao Paulo el 27 de agosto, y señaló que el gobierno de Lula solo hizo propaganda con las inversiones previstas para la producción del etanol y, no obstante, lo relegó a segundo plano. Dijo también que cerca de 70 fábricas del combustible que se obtiene a partir de la caña de azúcar fueron cerradas y miles de empleos se perdieron “con perjuicio para el equilibrio ambiental”, en palabras textuales de la candidata.
Si sus declaraciones sobre el pre-sal fueron criticadas, en cambio las referidas a que el etanol es una fuente de energía “limpia, renovable y segura” fueron aplaudidas por varios sectores, incluidos los fabricantes de ese combustible alternativo. Marina Silva siempre ha sido partidaria de reducir el consumo de combustibles fósiles que dañan el medio ambiente al producir mayor calentamiento global. Además, la candidata y probablemente futura mandataria ha criticado el actual subsidio que el Gobierno de su país otorga a la gasolina. Soplan vientos de cambio político en el Brasil, solo que esos vientos soplan nuevamente por la izquierda y con un sesgo ambientalista.