El bloqueo a Cuba: una vena abierta
Desde 1992, son 23 las resoluciones de la Asamblea General contra el bloqueo económico de Cuba
La reciente votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 28 de octubre de 2014, registró 188 votos a favor y solo dos en contra, Estados Unidos e Israel, mediante la cual se aprobó la resolución que insta a poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por Estados Unidos. La ONU reafirmó así la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en asuntos internos, y la libertad de comercio y navegación internacionales.
Desde 1992, son 23 las resoluciones de la Asamblea General contra el bloqueo económico. Sin embargo, Estados Unidos continúa con el embargo, sin hacer el menor caso a un organismo multilateral, surgido en la posguerra para configurar un orden internacional más equilibrado.
En el campo económico, lo que se quiso corregir con el multilateralismo fue justamente evitar medidas cambiarias y comerciales unilaterales, que proliferaron después de la crisis de los años treinta, puesto que cada país imponía restricciones comerciales o devaluaba competitivamente su moneda para hacer daño al vecino.
Por eso surgió el Fondo Monetario Internacional (FMI), primero para evitar las devaluaciones depredadoras, estableciendo un tipo de cambio fijo, para después, en los años setenta, dejar libremente la adopción del régimen cambiario más adecuado para los países. Sin embargo, el presidente Obama recientemente presionó a China para que revalúe de inmediato el yuan. Ya en 2010 había advertido que si los chinos no toman medidas, “Estados Unidos tiene otros medios para proteger sus intereses”. Empero, no los aplicó, porque tiene en frente a China, pero eso sí lo hace con Cuba.
Curiosamente, la institución encargada de preservar el comercio multilateral, el GATT, se creó en La Habana en 1949, con el objetivo de evitar medidas comerciales unilaterales y someter a una instancia multilateral las disputas comerciales. Antes predominaba la Ley del Talión, por eso se quiso evitar la retaliación en el comercio. No obstante, EEUU impuso su embargo en octubre de 1960, como respuesta a las expropiaciones de propiedades de compañías estadounidenses durante la revolución cubana. En 1992, el embargo adquirió el carácter de ley (Cuban Democracy Act), “mientras Cuba se niegue a dar pasos hacia la democratización y mostrara más respeto hacia los derechos humanos”. Por eso, el argumento del Embajador de EEUU en la ONU fue “que no había democracia en Cuba” y que el embargo está amparado por una ley de su Congreso.
Sin embargo, en la ONU solamente el 63% de los países miembros son democracias electorales. Existe un ranking de libertad en el mundo (Freedom House), que clasifica a los países en tres categorías: libre, parcialmente libre y no libre, en función en derechos políticos (elecciones) y libertades civiles (expresión, asociación, derechos individuales). Cuba cae en la categoría no libre, pero junto con China, Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait. Por tanto, si la falta de democracia fuera la excusa, EEUU debería bloquear a sus aliados árabes y a China.
Por último, la ONU también expresa preocupación por la aplicación de leyes como la Helms-Burton, cuyos efectos extraterritoriales afectan la soberanía de otros Estados. Además, Clinton amplió el embargo comercial prohibiendo a las filiales extranjeras de compañías estadounidenses comerciar con Cuba por valores superiores a 700 millones de dólares anuales, convirtiéndose en la primera ley transnacional en el mundo. Así, cabe preguntarse, ¿para qué sirve la ONU?