Parada y la geometría del universo
Domingo Parada es uno de los representantes más importantes del arte contemporáneo de Bolivia
Domingo Parada Farjat es un pintor y escultor boliviano nacido en Sucre en 1941. Graduado de la Escuela de Artes Plásticas Zacarías Benavides de la Universidad de San Francisco Xavier; estudió también en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, Brasil, con el artista brasileño Iván Serpa. Considerado una de las figuras más importantes del arte contemporáneo de Bolivia y de Latinoamérica, se trasladó a Estados Unidos en 1966, donde continúa su carrera artística. Ha expuesto sus obras en más de 70 exposiciones en Bolivia, Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, Portugal, Dubái, Inglaterra, Francia, México, España y en Estados Unidos.
Un considerable número de las obras de este gran artista nacional figuran en colecciones privadas de varios países de Sudamérica, Norteamérica, Europa y Asia. También se encuentran en instituciones culturales como el Museo Charcas de Sucre, el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, la Unión Panamericana en Washington y en muchas otras instituciones y galerías. Su arte ha sido definido como “pintura abstracta geométrica, donde la luz (color) en sus infinitas variaciones es usada para interpretar no solo el mundo visual que nos rodea en su forma más abstracta o básica, sino el inmensurable mundo interior humano, sus paisajes, emociones y fantasías”. La escritora Teresa Constanza Rodríguez Roca se pregunta: “por qué será que no puedo expresar con palabras las obras de Domingo Parada Farjat? ¿Será porque el color y la forma bordean mi razón y pasan directo a mis vasos sanguíneos? La armonía cromática que Domingo logra, genera, un silencio mental inexplicable”; y yo tengo la misma sensación, porque cada vez que admiro uno de sus cuadros me transporto a otro universo, a alguno cifrado por la geometría y las formas simétricas y, sin embargo, me sigo interrogando dónde estoy y hacia dónde voy.
Quizá el propio Domingo nos dé la respuesta, cuando señala “como pintor, creo que mi trabajo creativo es el fruto de mi conciencia del mundo que nos rodea. Pero este mundo no es solo un mundo visual, también es el inmensurable mundo de nuestra mente, su paisaje hecho de emociones, imaginación, fantasía. Todo lo que existe en el universo está siendo constantemente recreado por energía. Esta energía se manifiesta en billones de vibraciones, entre ellas la luz, la luz es color. El número infinito de colores en el espectro junto a las formas geométricas básicas del universo, que son su propia esencia, me ofrecen una paleta que puedo utilizar para mostrar momentos de mis experiencias, de mi conciencia, de mis emociones. Mi trabajo puede ser interpretado consciente o subconscientemente, captando las vibraciones de luz en todas sus formas y colores, tratándolos como si fueran música pura”.