La lección de Bolivia
Uno de los postulados esenciales de la democracia es la alternancia en el poder
El pueblo boliviano, cuyo derecho a la estabilidad política, a la legalidad y a la vida democrática resulta incuestionable y representa un mandato superior de su historia republicana, ha dado a toda América una lección que acredita su madurez política y su conciencia ciudadana. La decisión manifestada en el pasado referéndum constitucional en cuanto a que el actual Presidente no pueda ser reelecto nuevamente constituye la expresión de un mandato soberano y, al mismo tiempo, representa una lección histórica de amplia repercusión tanto en lo interno del país como a escala regional.
Desde hace varios años el llamado Socialismo del siglo XXI, que en el caso concreto de Venezuela prometía realizar una democracia “participativa y protagónica”, contradictoriamente ha estimulado la posibilidad de varias reelecciones de una misma persona en el cargo de presidente de la República, lo cual afecta uno de los postulados esenciales de la democracia como es la alternancia en el poder.
Simón Bolívar, con sentido previsor de lo que en América Latina representa el caudillismo, nos advirtió sobre los inconvenientes de la perpetuación de un mismo individuo en el gobierno, lo cual puede suscitar el deseo de seguir gobernando y en los pueblos, la costumbre de seguir obedeciendo.
La democracia pluralista, abierta, transformadora es en esencia alternativa, no debe admitir formas de permanencia indefinida o excesivamente prolongada de individuos en cargos de elección popular, siendo conveniente estimular y salvaguardar la necesaria concurrencia de otros actores, tendencias y propuestas que puedan alcanzar el ejercicio responsable, integrador, honesto y útil del poder.
Uno de los efectos negativos de la hegemonía en el gobierno se ha producido en Venezuela, cuando luego de 17 años en el poder del actual régimen todas las instancias políticas se acostumbraron a acatar una sola voluntad ideológica ordenada desde la presidencia de la República, pero hoy, con un escenario diferente en el cual la oposición venezolana con abrumadora mayoría alcanzó la victoria en la Asamblea Nacional, ciertos sectores oficialistas se oponen a este cambio, obstaculizan el proceso político, amenazan con desconocer las nuevas leyes, imposibilitan el diálogo y no instrumentan las rectificaciones necesarias y, en consecuencia, la efectiva solución de los graves problemas del país, persistiendo en un modelo político y económico que ha colapsado. Basta observar las cifras económicas, el retroceso social, los efectos de la intolerancia política para juzgarlo y comprenderlo.
Bolivia ha testimoniado un mandato de revisión, rectificación, independencia y sentido del pueblo para emitir sus juicios y adoptar sus decisiones. Ejemplos como el de Bolivia fortalecen el sistema democrático, el derecho de elegir libremente y cambiar si es preciso el rumbo político.