En el lugar del otro
Hace más de un mes que la marcha de las personas con discapacidad llegó a La Paz en demanda de un bono mensual de Bs 500, y hasta ahora no se perfila una pronta solución. El arribo de este sector a la sede de gobierno motivó la solidaridad de la ciudadanía, que no ha dudado en brindarles ropa, comida y abrigo, para hacer más llevadera su estadía. Como ocurrió en otras ocasiones, esta movilización movió el corazón de una ciudad que acoge muchas veces conflictos de otras regiones, y se puso en el lugar (o en los zapatos) de los movilizados.
Otro hecho similar ocurrió con los representantes del Comité Cívico Potosinista (Comcipo), quienes protagonizaron en la urbe paceña protestas durante casi un mes en 2015. Pero el caso de las personas con discapacidad es más complejo, pues se trata de uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, y que por ello debería recibir muchas más atenciones por parte del Estado.
Luchar contra la discriminación y en pro de mayores posibilidades para poder acceder a un trabajo digno, de acuerdo con sus capacidades, son los principales objetivos que este sector busca; pero lastimosamente estas demandas no son acatadas a cabalidad por las entidades públicas. Por otro lado, en medio del conflicto y los incidentes que se han registrado, cientos de personas que transitan todos los días por la plaza Murillo o sus alrededores se ven afectadas por el fuerte resguardo policial, que impide que el sector movilizado pueda ingresar al kilómetro cero hace más de un mes. El llamado de todos los afectados es el mismo: una pronta solución a la problemática que atraviesan las personas con discapacidad, porque día que pasa es una jornada en la que no pueden generar recursos para sus familias.
La mejor manera de resolver un conflicto social es poniéndose en el lugar de sus protagonistas, tratando de entender sus necesidades y demandas. Y esto es especialmente cierto en el caso de las personas con discapacidad, quienes se han movilizado durante mucho tiempo por una demanda que ellos consideran justa; y luego de tanto esfuerzo no piensan irse de La Paz con las manos vacías.
La trágica muerte de dos personas con discapacidad que se mantenían en vigilia en Cochabamba fue el último hecho que consternó a la población. A puertas de un esperado diálogo que se tenía que establecer con el Ejecutivo, el accidente hizo que el sector se mantenga firme en su demanda. Tanto el Gobierno como las personas con discapacidad deben concretar un acercamiento que permita buscar alternativas concretas a su demanda, que no afecten la economía del país. Solo así se pondrá fin a un conflicto que preocupa a muchas personas.