Brasil e ‘impeachment’
Las protestas identifican a la Red Globo como la principal promotora de la destitución de Rousseff.
Concluyó las Olimpiadas, y ahora el Senado brasileño ha retomado el juicio político (impeachment) contra Dilma Rousseff, y se presagia la consumación del denominado “golpe suave” de Estado. El propio partido de Rousseff (PP) apuesta a preparar el retorno de Lula da Silva luego de un corto mandato del gobierno interino. La estrategia está en marcha en dos frentes: Lula se desplaza por el país en contacto con bases populares, mientras movimientos sociales preparan la resistencia al “golpe”.
Las protestas identifican a la Red Globo como la principal promotora de la destitución. Por eso, mediante afiches, boletines, memes en la red, manifiestos políticos, cánticos y otros mecanismos, políticos de izquierda, intelectuales, incluso radicales contrarios a Dilma están impulsando la asociación Globo = golpe.
Según investigaciones periodísticas, 30 segundos de publicidad en horarios estelares cuestan aproximadamente 550.000 reales ($us 170.000). La cifra da cuenta de la gigantesca cadena televisiva detrás de la estrategia del “golpe”. Sin embargo, la Red Globo dio extensas coberturas a las manifestaciones pro destitución, además de amplios reportajes, titulares, entrevistas a políticos, fiscales y jueces que están a favor del impeachment, lo que profundizó aún más el descontento y la polarización en la sociedad.
En las manifestaciones precedentes fueron visibles las diferencias sociales y simbólicas. Los partidarios de Dilma se desplazaron desde barrios y zonas alejadas, como las llamadas favelas o ciudades dormitorio, y fueron convocados por organizaciones populares como los Sin Techo y los Sin Tierra, centrales sindicales obreras, universitarios y grupos autogestionados. Ellos ocuparon las lujosas avenidas de las principales metrópolis. En São Paulo se registraron inéditas concentraciones, más de un millón de personas oyeron con regocijo al exlíder metalúrgico, expresidente y extraordinario orador Lula da Silva, denunciando la estrategia del “golpe”.
En cambio, los manifestantes prodestitución, principalmente de clase media, se desplazaron de arriba para abajo, es decir, descendieron de los condominios céntricos hacia las concentraciones. Ellos identificaron a transeúntes vestidos con prendas de color rojo y/o de piel oscura para atribuirles la crisis económica que actualmente atraviesa Brasil, y acusándolos de ser partidarios de Dilma.
En las manifestaciones de resistencia al gobierno interino de Michel Temer se desarrollan danzas, gritos de lucha, teatros espontáneos; y se pueden apreciar trajes que recrean la ridiculización a la Red Globo y a la derecha brasileña. Todo indica que ese escenario del conflicto brasileño continuará.