Madre naturaleza
Lo que ha ocurrido es una muestra de la improvisación que impera a la hora de designar autoridades.
Como en los viejos tiempos, en los barrios de la zona Sur de la ciudad de La Paz la gente trastea y capta agua para su consumo, todo gracias a la ineptitud de la administración de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS), que estuvo dirigida hasta la semana pasada por Hugo Gómez. Al parecer el directorio de esta institución se confió en que, como cada año, este 2016 la madre naturaleza iba a hacer su trabajo, es decir, que la provisión de agua vendría como siempre procedente de la lluvia; conjetura que, sin embargo, esta gestión no se cumplió, arruinándoles la pega junto al bienestar de cientos de miles de personas.
La ausencia de lluvias desnudó la falta de trabajo y la improvisación que impera en la dirección de EPSAS, ya que al parecer ni siquiera monitoreaban el estado de la represa Hampaturi, que dota de agua a 94 barrios de la ciudad de La Paz, entre la ladera Este y la zona Sur. Cuesta creer que no se hayan dado cuenta que el agua se reducía aceleradamente, hasta llegar a un 5% de su capacidad. Y solamente cuando la crisis se presentó con todas sus letras se preocuparon por implementar un plan de racionamiento de agua; el mismo que sin embargo no les funcionó, lo que los obligó a cortar el suministro de agua cada dos días, rutina que se mantendrá hasta fines de noviembre, si es que antes no se agudiza.
No solo es la culpa de EPSAS, sino también de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento (AAPS), otrora dirigida por el destituido Benecio Quispe; y del Ministerio de Agua y Medio Ambiente, encabezado por Alexandra Moreira, cuyos funcionarios no trabajaron para evitar este desastre. Lamentablemente, la sequía también está afectando a otros departamentos como Cochabamba, Tarija y Potosí, en donde incluso se produjeron bloqueos de carreteras y peleas por el líquido elemento. También en Potosí, pueblos enteros como los urus, niños y niñas incluidos realizan peregrinaciones y suben a las montañas para orar y pedir a Dios que llueva en sus regiones.
El Gobierno admitió la mala gestión y el Presidente ordenó la destitución de los jefes de EPSAS y de la AAPS. ¿Se confirmó que eran fortines del oficialismo? Al parecer, sí. Lo que ha ocurrido con estas instituciones es otra muestra de la improvisación que impera a la hora de designar autoridades en el oficialismo, lo que da lugar a pésimas gestiones. Para muestra, basta un botón: en el ex Fondo Indígena el manejo discrecional del dinero, la mala gestión y la corrupción fueron la norma, no la excepción.
Para colmo de males, el racionamiento llegará a El Alto y el director de EPSAS de esa urbe, Félix Rojas, no quiere renunciar, pese a la pésima gestión ¿Será que los jugosos sueldos (los directores ganan Bs 32.000 e incluso hay mensajeros con salarios de Bs 10.000) están detrás de esta negativa?