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Tuesday 14 May 2024 | Actualizado a 05:11 AM

La acción exterior subnacional

El modelo autonómico permite el relacionamiento exterior de los gobiernos subnacionales.

/ 3 de agosto de 2017 / 04:00

El proceso de descentralización y autonomías del Estado Plurinacional de Bolivia se encuentra en plena fase de implementación y desarrollo. Los cuatro tipos de autonomías (departamental, municipal, indígena-originaria-campesina y la autonomía regional) son parte esencial de la transformación del Estado y del proceso de cambio en los últimos siete años. El régimen competencial en Bolivia establece competencias privativas, exclusivas, compartidas y concurrentes. En 2015 se promulgó la Ley Básica de Relacionamiento Internacional de las Entidades Territoriales Autónomas (Ley 699), para ejercer la competencia compartida a través de la legislación de desarrollo para el pleno ejercicio del relacionamiento internacional de los gobiernos subnacionales. El desarrollo legislativo subnacional registra a la fecha 26 municipios que cuentan con una ley de desarrollo sobre relacionamiento internacional; además de las gobernaciones de Pando y Cochabamba.

En este contexto, desde la cartera de Autonomías se viene asistiendo y apoyando a los gobiernos subnacionales en el ejercicio de esta competencia compartida. Los seminarios de Acción Exterior, organizados por el Ministerio de la Presidencia (a través del Viceministerio de Autonomías), la Escuela de Gestión Pública Plurinacional (EGPP), la Embajada de Francia en Bolivia, la Cooperación Alemana (GIZ) y el Servicio Estatal de Autonomías, han generado un espacio de intercambio de experiencias y reflexiones entre los diferentes niveles de gobierno y el concurso de expertos del exterior del país para analizar las potencialidades de la cooperación descentralizada en la acción exterior de los gobiernos subnacionales, en orden a alcanzar sus metas de desarrollo económico y social; en el entendido de que activar la internacionalización de un territorio es un medio para dar a conocer sus activos, potencialidades y promoverlos. Es también una oportunidad para intercambiar experiencias, fortalecer las capacidades y mejorar la gestión pública.

La internacionalización de los gobiernos subnacionales deriva de una voluntad de intercambiar prácticas y aprender mutuamente del progreso y de la cooperación bilateral y multilateral. La cooperación descentralizada es el conjunto de iniciativas de cooperación al desarrollo que, bajo el liderazgo de autoridades locales, procura estimular las capacidades de los actores de base territorial y fomentar un desarrollo más participativo. La cooperación descentralizada se da a través de los hermanamientos, las redes y la gestión delegada a organizaciones de la sociedad civil.

Sin embargo, la nueva cooperación descentralizada no se reduce más a los hermanamientos entre dos ciudades. Su campo de acción sobrepasa lo local y se globaliza, fortaleciendo la capacidad conjunta de los gobiernos subnacionales (donde quiera que se encuentren) para negociar y cabildear frente a otros actores e incidir en las políticas públicas y las agendas de desarrollo internacional.

La relevancia y referencia del modelo autonómico boliviano ha permitido proyectar a gobiernos subnacionales en las redes más importantes e influyentes de la región y el mundo. Tal es el caso de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), cuyo vicepresidente es el alcalde de Sucre, Iván Arcienega; o la Unión de Ciudades Capitales de Iberoamérica (UCCI), cuya copresidencia la ocupa el alcalde de La Paz, Luis Revilla.

Finalmente, las relaciones internacionales de los gobiernos subnacionales, en el marco de la nueva política exterior de Bolivia que se expresa con cambios, aciertos, desarrollo y el liderazgo del presidente Evo Morales, ha reposicionado al país en el contexto internacional, hecho que permite abrir también un extraordinario escenario de posibilidades de acción exterior subnacional.

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China y el mundo multipolar

China juega un rol protagónico en un mundo en el cual el vejo orden unipolar está siendo reemplazado por otro más complejo.

/ 1 de octubre de 2023 / 12:14

Dibujo libre

La transición y reconfiguración histórica del sistema internacional se manifiesta como una crisis capitalista estructural y una crisis del orden geopolítico internacional. Los cambios en las relaciones de poder en el sistema internacional nos permiten ver un orden internacional post hegemónico. El entorno internacional bipolar y unipolar llego a su fin, constituyéndose en su lugar un orden internacional de configuración multipolar que permite una mayor gravitación e influjos de los países en vías de desarrollo.

Luego de que algunos creyeron que la globalización podría ser gobernada de manera unilateral y sin reglas, abandonada a las fuerzas del mercado, las crisis económica, del cambio climático, energética, de seguridad alimentaria y la post pandémica, entre otras, literalmente han obligado a la comunidad internacional a superar el paradigma del neoliberalismo.

En este contexto, el proceso de ascenso de China y su dinamismo económico imparable no son reducibles a su adhesión al capitalismo como resultado de la globalización y la deslocalización productiva de Estados Unidos y sus aliados occidentales. El lugar que hoy ocupa China está relacionado, con la obtención de importantes niveles de autonomía, fortaleza político-estratégica, bienestar básico en materia de salud y educación, producto de la revolución de 1949. Luego con las reformas iniciadas en 1978 y subsiguientes décadas, para finalmente convertirse en la gran plataforma industrial del mundo. China se ha convertido en la primera economía mundial en términos de Paridad de Poder Adquisitivo y la segunda por su volumen de Producto Interno Bruto nominal, la primera potencia exportadora y segunda importadora a escala global. Es una de las principales inversoras internacionales y receptora de Inversión Extranjera Directa y posee una moneda que está en pleno ascenso y que integra los Derechos Especiales de Giro del FMI. Para entender a la República Popular China, que cumple 74 años de existencia, se precisa una mirada desde una perspectiva histórica que abarque lo cultural, lo político y lo económico, como corresponde a un estado-civilización con un inmenso territorio y población.

La política exterior china plantea una orientación dual, que consiste en reclamar reformas a las instituciones políticas y económicas mundiales, a la par de crear paulatinamente un entramado de nuevas instituciones que reflejen el creciente papel de China y de otras potencias emergentes en el escenario global multipolar. Mantiene en vigencia las instituciones creadas por Estados Unidos en la posguerra (como el FMI, el Banco Mundial o la Organización Mundial de Comercio), a la vez que ha creado nuevos instrumentos estadocentricos intergubernamentales, como los BRICS (bloque Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica + ahora Argentina, Egipto, Etiopia, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos), el Banco de Desarrollo de los BRICS, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) que eclipsó al FMI y al Banco Mundial; la Asociación Económica Integral Regional (RCEP en inglés) en Asia Pacífico y la exponencial Iniciativa de la Franja y la Ruta, integrada por casi 70 países. También se destaca a nivel regional, en América Latina, la importancia que le da China a la CELAC y otros emprendimientos de integración, incluso a pesar de algunos gobiernos neoliberales- conservadores de la región. Todo ello pone de manifiesto el carácter multipolar de la estrategia de poder promovida por China en el contexto actual, de la mano del declive estadounidense y las especificidades del extraordinario ascenso chino en el mundo.

En 2013, el presidente Xi Jinping, frente a las estrategias de contención impulsadas por Estados Unidos y sus aliados, propuso crear un corredor económico que emulara a la milenaria “Ruta de la Seda”. China lanzo con esto la revolucionaria Iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative), considerada como la principal herramienta de la geoestrategia china actual, que le otorga un grado de importancia superlativo en el plano de la geopolítica china.

Evidentemente, el papel de China es cada vez más asertivo, más presente en el escenario internacional, y se debe no sólo a su desarrollo económico, aunque por supuesto es muy importante, sino también a la presencia que ha tenido a nivel diplomático. China se ha esforzado mucho por generar una imagen de una potencia responsable, de una potencia que no va a ser transgresora del orden internacional. Ejemplo de ello, fue el acuerdo entre Irán y Arabia Saudita, en el que Beijing no sólo logro resolver las tensiones en una región que siempre ha estado inmersa en conflictos, sino que planteo una alternativa al modelo estadounidense y europeo. Y es que para China, la gobernanza global se enfrenta cada vez a desafíos más complejos y por ello presento una ambiciosa hoja de ruta para desarrollar el sistema internacional de forma integral. El documento fue dado a conocer por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China y aborda áreas clave como: la seguridad, el desarrollo, los derechos humanos y la tecnología. Propone soluciones basadas en el multilateralismo, el respeto a la soberanía, la cooperación mutua y el beneficio compartido, De esta forma China presenta una visión integral, abordando todos los temas centrales de la agenda internacional contemporánea sobre bases más justas, equitativas e inclusivas.

Le puede interesar: Interrelación entre bancos de Bolivia y China facilitará actividades comerciales con CBC

En materia de seguridad, China aboga por el multilateralismo y el dialogo, pidiendo soluciones políticas para crisis, como la guerra de Rusia y Ucrania. Defiende el respeto a la soberanía de los países y que se atiendan las preocupaciones legítimas de seguridad de todas las partes. Sobre el desarrollo, pide que se cumplan los compromisos de países desarrollados en materia de ayuda oficial y financiamiento climático. Apoya el libre comercio, la apertura económica y la cooperación en áreas como seguridad alimentaria, transición energética y cambio climático. En cuanto a derechos humanos, China solicita no politizar el tema, respetar las diferencias entre países y rechazar el doble rasero. Considera que el desarrollo y la seguridad son claves para promover los derechos humanos a nivel global. La propuesta también aborda la gobernanza de nuevas fronteras en la tecnología, como la inteligencia artificial, el ciberespacio y el espacio ultraterrestre, pidiendo garantizar la participación de países en desarrollo en estos ámbitos y que los avances científicos beneficien a toda la humanidad.

En el documento, China reitera su apoyo al papel central de las Naciones Unidas en la gobernanza global y la necesidad de reformas para fortalecer el multilateralismo y por ello, frente a los complejos desafíos globales actuales, la cooperación internacional es más importante que nunca, concluye. China es en la actualidad un referente fundamental en la política exterior de cualquier país y parte fundamental de la configuración del orden internacional multipolar y el Sur Global. En este contexto la relación bilateral de Bolivia y China comparte principios fundamentales en el relacionamiento de ambos estados. A saber, respeto mutuo a la soberanía estatal e integridad territorial, no agresión, no intervención en los asuntos internos de otros países, igualdad, beneficio recíproco y coexistencia pacífica. A partir de estas coincidencias es que se ha cimentado una relación de amistad y cooperación de agenda bilateral robusta de 38 años, hasta la actualidad. Por ello, el presidente Luis Arce en representación de nuestro país, junto a la mayoría de los países del mundo, son conscientes de que la multipolaridad es la única opción viable en el contexto del presente siglo. Solo así, se entiende la “civilización global” planteada por China, como la coexistencia en armonía y justicia entre naciones ricas, naciones en crecimiento y países pobres; una relación equilibrada, abierta e integral en un mundo de configuración multipolar.

(*)Hugo Siles Núñez del Prado es internacionalista

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China y el mundo multipolar

China juega un rol protagónico en un mundo en el cual el vejo orden unipolar está siendo reemplazado por otro más complejo.

/ 1 de octubre de 2023 / 12:11

Dibujo libre

La transición y reconfiguración histórica del sistema internacional se manifiesta como una crisis capitalista estructural y una crisis del orden geopolítico internacional. Los cambios en las relaciones de poder en el sistema internacional nos permiten ver un orden internacional post hegemónico. El entorno internacional bipolar y unipolar llego a su fin, constituyéndose en su lugar un orden internacional de configuración multipolar que permite una mayor gravitación e influjos de los países en vías de desarrollo.

Luego de que algunos creyeron que la globalización podría ser gobernada de manera unilateral y sin reglas, abandonada a las fuerzas del mercado, las crisis económica, del cambio climático, energética, de seguridad alimentaria y la post pandémica, entre otras, literalmente han obligado a la comunidad internacional a superar el paradigma del neoliberalismo.

En este contexto, el proceso de ascenso de China y su dinamismo económico imparable no son reducibles a su adhesión al capitalismo como resultado de la globalización y la deslocalización productiva de Estados Unidos y sus aliados occidentales. El lugar que hoy ocupa China está relacionado, con la obtención de importantes niveles de autonomía, fortaleza político-estratégica, bienestar básico en materia de salud y educación, producto de la revolución de 1949. Luego con las reformas iniciadas en 1978 y subsiguientes décadas, para finalmente convertirse en la gran plataforma industrial del mundo. China se ha convertido en la primera economía mundial en términos de Paridad de Poder Adquisitivo y la segunda por su volumen de Producto Interno Bruto nominal, la primera potencia exportadora y segunda importadora a escala global. Es una de las principales inversoras internacionales y receptora de Inversión Extranjera Directa y posee una moneda que está en pleno ascenso y que integra los Derechos Especiales de Giro del FMI. Para entender a la República Popular China, que cumple 74 años de existencia, se precisa una mirada desde una perspectiva histórica que abarque lo cultural, lo político y lo económico, como corresponde a un estado-civilización con un inmenso territorio y población.

La política exterior china plantea una orientación dual, que consiste en reclamar reformas a las instituciones políticas y económicas mundiales, a la par de crear paulatinamente un entramado de nuevas instituciones que reflejen el creciente papel de China y de otras potencias emergentes en el escenario global multipolar. Mantiene en vigencia las instituciones creadas por Estados Unidos en la posguerra (como el FMI, el Banco Mundial o la Organización Mundial de Comercio), a la vez que ha creado nuevos instrumentos estadocentricos intergubernamentales, como los BRICS (bloque Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica + ahora Argentina, Egipto, Etiopia, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos), el Banco de Desarrollo de los BRICS, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) que eclipsó al FMI y al Banco Mundial; la Asociación Económica Integral Regional (RCEP en inglés) en Asia Pacífico y la exponencial Iniciativa de la Franja y la Ruta, integrada por casi 70 países. También se destaca a nivel regional, en América Latina, la importancia que le da China a la CELAC y otros emprendimientos de integración, incluso a pesar de algunos gobiernos neoliberales- conservadores de la región. Todo ello pone de manifiesto el carácter multipolar de la estrategia de poder promovida por China en el contexto actual, de la mano del declive estadounidense y las especificidades del extraordinario ascenso chino en el mundo.

En 2013, el presidente Xi Jinping, frente a las estrategias de contención impulsadas por Estados Unidos y sus aliados, propuso crear un corredor económico que emulara a la milenaria “Ruta de la Seda”. China lanzo con esto la revolucionaria Iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt and Road Initiative), considerada como la principal herramienta de la geoestrategia china actual, que le otorga un grado de importancia superlativo en el plano de la geopolítica china.

Evidentemente, el papel de China es cada vez más asertivo, más presente en el escenario internacional, y se debe no sólo a su desarrollo económico, aunque por supuesto es muy importante, sino también a la presencia que ha tenido a nivel diplomático. China se ha esforzado mucho por generar una imagen de una potencia responsable, de una potencia que no va a ser transgresora del orden internacional. Ejemplo de ello, fue el acuerdo entre Irán y Arabia Saudita, en el que Beijing no sólo logro resolver las tensiones en una región que siempre ha estado inmersa en conflictos, sino que planteo una alternativa al modelo estadounidense y europeo. Y es que para China, la gobernanza global se enfrenta cada vez a desafíos más complejos y por ello presento una ambiciosa hoja de ruta para desarrollar el sistema internacional de forma integral. El documento fue dado a conocer por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China y aborda áreas clave como: la seguridad, el desarrollo, los derechos humanos y la tecnología. Propone soluciones basadas en el multilateralismo, el respeto a la soberanía, la cooperación mutua y el beneficio compartido, De esta forma China presenta una visión integral, abordando todos los temas centrales de la agenda internacional contemporánea sobre bases más justas, equitativas e inclusivas.

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En materia de seguridad, China aboga por el multilateralismo y el dialogo, pidiendo soluciones políticas para crisis, como la guerra de Rusia y Ucrania. Defiende el respeto a la soberanía de los países y que se atiendan las preocupaciones legítimas de seguridad de todas las partes. Sobre el desarrollo, pide que se cumplan los compromisos de países desarrollados en materia de ayuda oficial y financiamiento climático. Apoya el libre comercio, la apertura económica y la cooperación en áreas como seguridad alimentaria, transición energética y cambio climático. En cuanto a derechos humanos, China solicita no politizar el tema, respetar las diferencias entre países y rechazar el doble rasero. Considera que el desarrollo y la seguridad son claves para promover los derechos humanos a nivel global. La propuesta también aborda la gobernanza de nuevas fronteras en la tecnología, como la inteligencia artificial, el ciberespacio y el espacio ultraterrestre, pidiendo garantizar la participación de países en desarrollo en estos ámbitos y que los avances científicos beneficien a toda la humanidad.

En el documento, China reitera su apoyo al papel central de las Naciones Unidas en la gobernanza global y la necesidad de reformas para fortalecer el multilateralismo y por ello, frente a los complejos desafíos globales actuales, la cooperación internacional es más importante que nunca, concluye. China es en la actualidad un referente fundamental en la política exterior de cualquier país y parte fundamental de la configuración del orden internacional multipolar y el Sur Global. En este contexto la relación bilateral de Bolivia y China comparte principios fundamentales en el relacionamiento de ambos estados. A saber, respeto mutuo a la soberanía estatal e integridad territorial, no agresión, no intervención en los asuntos internos de otros países, igualdad, beneficio recíproco y coexistencia pacífica. A partir de estas coincidencias es que se ha cimentado una relación de amistad y cooperación de agenda bilateral robusta de 38 años, hasta la actualidad. Por ello, el presidente Luis Arce en representación de nuestro país, junto a la mayoría de los países del mundo, son conscientes de que la multipolaridad es la única opción viable en el contexto del presente siglo. Solo así, se entiende la “civilización global” planteada por China, como la coexistencia en armonía y justicia entre naciones ricas, naciones en crecimiento y países pobres; una relación equilibrada, abierta e integral en un mundo de configuración multipolar.

(*)Hugo Siles Núñez del Prado es internacionalista

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Bolivia avanza hacia los BRICS

Bolivia participará de la próxima cumbre del grupo de países conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Etiopía desea unirse al grupo BRICS

/ 6 de agosto de 2023 / 06:00

DIBUJO LIBRE

El anuncio realizado por el ministro de Relaciones Exteriores, Rogelio Mayta, sobre la invitación al presidente de Estado, Luis Arce para participar de la 15ª Cumbre de los BRICS, que se realizará entre los días 24 y 26 de agosto próximos en Johannesburgo, Sudáfrica, representa un acontecimiento fundamental para Bolivia. Y más aún cuando la máxima autoridad de la Cancillería del Estado, confirmó que la invitación fue aceptada por el presidente Arce, quien estará presente en el diálogo con los jefes de Estado de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

El bloque de cinco países con el acrónimo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), representa el 42% de la población mundial y generan el 31,5% del Producto Interno Bruto (PIB) global, aproximadamente. Los miembros de los BRICS cumplen un papel importante dentro de sus respectivas regiones. Si se suma el PIB de cada integrante del grupo, se obtiene un valor con gran peso dentro del total global. Además, cada vez en mayor medida, los países BRICS aparecen con propuestas concretas en el campo económico, financiero y estratégico mundial. Este grupo estadocéntrico e intergubernamental, que tiene como objetivo la cooperación Sur-Sur para el desarrollo entre potencias emergentes, cuenta con el enorme peso económico de China orientada a comandar el proceso de globalización que Occidente poco a poco va dejando vacante. En esta línea, el presidente chino, Xi Jinping, expreso con claridad la hoja de ruta de la política internacional de los próximos años: “necesitamos abogar por una nueva economía global, apoyar el régimen de comercio multilateral, oponernos al proteccionismo y volver a equilibrar la globalización económica para hacerla más incluyente y equitativa”. Esto no significa anular el orden económico, surgido luego de la Guerra Fría, sino adaptarlo a la distribución actual del poder global, reformando las viejas instituciones de Bretton Woods –como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)– y, también, creando y expandiendo otras nuevas. No por nada, uno de los resultados más notorios es el funcionamiento por casi ya una década del Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS, con sede en Shanghái, China, y cuya presidenta es la exmandataria de Brasil, Dilma Rousseff.

Desde mediados de la década de 2000 se observa un sistema internacional de configuración multipolar, como consecuencia de una redistribución de poder global. Esta nueva realidad mundial coincide en el hecho que el reordenamiento de la economía política mundial ha llegado de la mano de un nuevo conjunto de jugadores con capacidad de afectar directa e indirectamente la naturaleza y el alcance de las interacciones globales. Por ello los BRICS son la mejor expresión del orden multipolar en configuración.

El Gobierno del presidente Luis Arce, logro retomar la orientación histórica de la política exterior de Bolivia, que por espacio de la última década, nos permitió gravitar con iniciativa y proposición en los temas de la agenda internacional. Desde los principios de la Diplomacia de los Pueblos, el Vivir Bien, el Ejercicio Efectivo de la Soberanía, la Diversidad Cultural, la Armonía con la Naturaleza y la Reducción y Superación de las Asimetrías, y la reafirmación de las relaciones internacionales con todos los estados del Sistema Internacional.

En la complejidad de un mundo abarrotado por la desaceleración del comercio internacional e incertidumbre de los mercados financieros, debido a las medidas restrictivas y sancionatorias asumidas por algunos países desarrollados , ante el conflicto bélico de Europa del Este y la política monetaria contractiva de los principales bancos centrales, que afectaron sustancialmente la inversión extranjera directa en el mundo, el presidente Arce ratificó el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, logrando recuperar para el país una economía estable , con crecimiento y baja inflación. El retorno de la política exterior de relaciones complementarias, de mutuo respeto y de ruptura con todo tipo de tutelaje y subordinación a potencias es más que evidente. En este contexto, Bolivia visualiza y proyecta su inserción al grupo de países denominado BRICS. Y frente a la decisión del presidente Luis Arce de gestionar el ingreso formal de Bolivia a este foro de dialogo y bloque de países de referencia para la concreción de la multipolaridad, resulta fundamental su participación en la Cumbre de los BRICS de Sudáfrica, como país, para contribuir activamente a la ampliación de nuevos espacios de asociación económica y política.

En este contexto, Bolivia tiene las mayores reservas de lito del mundo y, como país, proyecta fortalecer las alianzas estratégicas con el objetivo de potenciar la tecnología, el financiamiento, para la industrialización soberana del litio como recurso energético, así como garantizar el mercado para productos bolivianos con valor agregado derivados del litio en los mercados emergentes constituidos por los BRICS y por países amigos; que, como Bolivia, aspiran también a su incorporación.

También puede leer: Canciller Mayta: Bolivia gestionó su participación en la XV Cumbre de los BRICS

La diversificación de la economía boliviana, la industrialización con sustitución de importaciones, la producción y exportación de alimentos, la consolidación de una economía de base ancha y la redistribución social del excedente económico son los objetivos del modelo económico boliviano, los cuales requieren de manera urgente de nuevos enfoques de integración y asociación con soberanía. El futuro ingreso de Bolivia a los BRICS se constituye en un acierto de la política exterior de Bolivia y la gestión del presidente Arce, porque: 1) nos obliga a reconocernos como país, parte del Sur Global y la Cooperación Sur–Sur, de las periferias del sistema- mundo, sometidas históricamente a la injerencia extranjera. 2) Como país tendremos más voz, autonomía y representación en la toma de decisiones sobre los asuntos globales. 3) Cooperación financiera y acceso a nuevas formas de financiamiento a través del Banco de Desarrollo de los BRICS, ampliando la relación con otros países que están fuera del SWIFT (Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales), en la alternativa CIPS (Sistema de Pago Interbancario Transfronterizo). 4) Con los BRICS ampliados, se promoverá un orden global más armónico donde la cooperación reemplace a la confrontación, el desarrollo productivo, a la especulación financiera, el principio de respeto mutuo, al intervencionismo unilateral, la integración económica a las sanciones anacrónicas y la transferencia de tecnología, a los bloqueos tecnológicos. 5) Como país, contamos con grandes recursos energéticos. Contamos con la primera reserva mundial de litio. Tenemos reservas de minerales estratégicos, además de hierro, tierras raras y gas. Además de la posibilidad de convertirnos en un país exportador de alimentos. Por ello, no cabe duda que el camino de Bolivia hacia los BRICS, es el camino correcto y acorde a nuestros intereses como país. ¡Manos a la obra entonces!

(*)Hugo Siles Núñez del Prado es internacionalista y politólogo

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Recuperar a UNASUR

Es necesario preservar los avances, mejorar lo que sea necesario y seguir avanzando en la integración sudamericana.

Logo de la Unasur

/ 2 de julio de 2023 / 06:34

DIBUJO LIBRE

La reciente reunión convocada en Brasilia, por el presidente de Brasil, Lula Da Silva, sobre la restitución y recuperación de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR, retoma la necesidad de analizar el presente y futuro de este organismo de integración sudamericano. En la última década, UNASUR se convirtió en la instancia alternativa de diálogo político y concertación sudamericana. Durante este tiempo, América Latina tuvo un periodo de recuperación de las economías latinoamericanas en el que se produjo el ascenso de gobiernos progresistas de orientación popular e izquierda. Pero fue la dimensión política, el factor diferencial que dio fundamento a este nuevo mecanismo, que nació con expectativas unánimes, por su acompañamiento a procesos políticos renovadores en la región, y también por el liderazgo del extinto expresidente Hugo Chávez de Venezuela, en la búsqueda de hacer converger y trascender los sistemas de integración de Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones, en el área sudamericana.

Sin embargo el giro de orientación política ideológica en los gobiernos de Argentina Brasil y Chile, de la época, así como la proliferación de tensiones internas en varios países, tramito un desgaste del consenso que impulsó el dinamismo político de UNASUR durante su etapa constitutiva de principios y mediados de la primera década del presente siglo. En enero de 2017, el ex presidente colombiano Ernesto Samper dejó la Secretaría General de UNASUR y desde entonces el cargo está vacante porque los doce países que conforman el organismo sudamericano, no se pusieron de acuerdo para elegir a un reemplazo. Esta parálisis institucional apenas disimulada con encuentros políticos eventuales, presencia formal de seguimiento electoral o mínimas acciones sectoriales, se agravo cuando Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú le notificaron a Bolivia, que ocupaba por entonces la presidencia pro-tempore de UNASUR, que dejarían de participar en las instancias del bloque hasta que se garantice el funcionamiento adecuado de la organización.

Y así pasaron 6 años de metamorfosis política regional en los Estados miembros, en la que acontecieron, desde golpes de Estado, giros a gobiernos de derecha, como también el retorno de gobiernos de izquierda en los países del área sudamericana. Con el regreso de los miembros históricos de UNASUR, Brasil, Argentina y también Colombia, el Presidente Lula convocó, a fines del mes de mayo del presente año, a la cumbre de países sudamericanos en el Palacio de Itamaraty. Fue así que, presidentes de 11 países, Brasil, Venezuela, Colombia, Argentina, Bolivia, Chile, Guyana, Paraguay, Surinam, Uruguay y Perú se volvieron a reunir, luego de 9 años, de realizado un encuentro similar, que tuvo lugar en Guayaquil, Ecuador, durante en la VIII Cumbre de UNASUR, en 2014. El continente sudamericano, tiene una población de casi 450 millones de habitantes, con el mayor y más variado potencial energético del planeta. Si tenemos en cuenta las reservas de petróleo, gas, hierro, litio, hidroelectricidad, biocombustibles, y más de un tercio de las reservas de agua dulce y biodiversidad del mundo, la región constituye un importante mercado de consumo y la quinta economía mundial, con un Producto Interno Bruto (PIB) combinado que ya alcanza los 4 billones de dólares. En este marco, el Presidente Lula -que retoma el rol de su país con la agenda regional y mundial, luego del “aislamiento” provocado por su antecesor-, propuso actualizar proyectos comunes de infraestructura, reactivar la cooperación en salud, acciones coordinadas para enfrentar el cambio climático, crear un mercado energético sudamericano, formar un programa de movilidad regional académica y reanudar la cooperación en el ámbito de la defensa. Además de implementar iniciativas de convergencia regulatoria, facilitando y desburocratizando los procedimientos de exportación e importación de bienes, creando unidades monetarias para comercializar sin la dependencia del dólar.

En este contexto Bolivia es hoy protagonista de este intento de recuperar UNASUR. El Presidente Luis Arce destacó el gran potencial que tienen los países de América del Sur, ya que permiten a la región ingresar a la transición energética, tecnológica y digital.

Nuestro mandatario argumentó que es fundamental trabajar juntos para promover los intereses de la región, pues la pandemia del coronavirus puso al descubierto la importancia de la colaboración en la salud pública, la investigación científica y el intercambio de recursos.

Pero la colaboración tiene que ir más allá del ámbito de la salud para llegar a sectores clave, como la economía, el medio ambiente o la seguridad donde se puede fortalecer las capacidades de respuesta mediante la cooperación regional, ante futuras emergencias sanitarias y otras crisis globales, de acuerdo a necesidades y realidades destaco.

La posición de Bolivia, expresada por el Presidente Arce y en sintonía con Brasil y Argentina, establece que es más fácil corregir y cambiar lo que sea necesario y consensuado de UNASUR, que conformar una nueva institucionalidad que demoraría años y con la incertidumbre de que llegue a su meta, debido principalmente a los intereses internos y externos sobre las riquezas naturales de los países miembros. UNASUR es un mecanismo de diálogo y de concertación política que tuvo el gran valor de unir y abrir una agenda de construcción regional en diversas materias, como defensa, seguridad, democracia, derechos humanos, energía, entre otras.

También puede leer: Petro anuncia la vuelta de Colombia a UNASUR

La visión amplia de la integración adquirió una gran importancia estratégica para unir al Sur y para conectarla, al mismo tiempo, con otros emergentes mecanismos de concertación política y de integración a nivel de América Latina y el Caribe, como la CELAC. Por ello, que en el actual sistema internacional de configuración de orden multipolar, que permite una mayor gravitación e influjos de los países en vías de desarrollo, UNASUR podría potenciar el bloque sudamericano de países, en la negociación y relación con otros bloques como los BRICS, la Unión Europea y Asia. Pero también protegerse como bloque frente a las amenazas, expresadas hace poco por el Comando Sur, de los Estados Unidos

Finalmente el documento acordado entre los presidentes en Brasilia destaca que : «la integración regional debe ser parte de las soluciones para afrontar los desafíos compartidos en la construcción de un mundo pacífico; el fortalecimiento de la democracia; la promoción del desarrollo económico y social; la lucha contra la pobreza, el hambre y todas las formas de desigualdad y discriminación».

Con el compromiso de trabajar por el incremento del comercio y de las inversiones entre los países de la región; implementar mecanismos de superación de las asimetrías y la importancia de mantener el diálogo regular, con miras a impulsar el proceso de integración en América del Sur y proyectar la voz de la región en el mundo de configuración multipolar.

Por ello el recuperar a UNASUR, deja de ser tan solo un deseo y se convierte en una necesidad.

(*)Hugo Siles Nuñez del Prado es internacionalista y politólogo

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Proyección de la política exterior boliviana

Bolivia enfrenta un orden mundial en proceso de reconfiguración en el cual se inscribe su actuación diplomática.

/ 28 de mayo de 2023 / 06:51

DIBUJO LIBRE

Luego de la participación de manera virtual del presidente de Estado, Luis Arce, en la II Cumbre Mundial de Promoción del Comercio y la Inversión del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional, se ratifica la orientación de la política exterior de Bolivia, de expresión multipolar. Los cambios en las relaciones de poder en el Sistema Internacional, nos permiten ver un orden internacional post hegemónico. El entorno internacional bipolar y unipolar, llegaron a su fin. Está configurándose en su lugar un sistema multipolar que permite una mayor gravitación e influjos de los países en vías de desarrollo. Luego de que algunos creyeron que la globalización podría ser gobernada de manera unilateral y sin reglas, abandonada a las fuerzas de los mercados, la crisis económica, la crisis del cambio climático, la crisis energética y de seguridad alimentaria, y la crisis post covid, entre otras, literalmente han obligado a la comunidad internacional a superar el paradigma del neoliberalismo. El mundo posee una mayor conciencia de que existe una agenda que debe ser enfrentada en forma multilateral y en mayor apego sobre las desigualdades y los ahora efectos post pandémicos en todas la economías del planeta. Un mundo multipolar, en el fondo, es donde los alineamientos, no son necesariamente automáticos e imprescindibles y donde quedan abiertas múltiples opciones de cooperación y alianzas sectoriales.

Desde la recuperación de la democracia en octubre de 2020 en Bolivia, expresada con el triunfo electoral de más de 55% de la votación, el presidente Luis Arce y el vicepresidente David Choqueahuanca renovaron la confianza del soberano en el Gobierno, que recupero plenamente las instituciones democráticas y la paz social en el país. A dos años y medio de mandato, el presidente Arce logró retomar la orientación histórica de la política exterior, que por espacio de la última década nos permitió gravitar con iniciativa y proposición en los temas de la agenda internacional. Desde los principios de la Diplomacia de los Pueblos, el Vivir Bien, el Ejercicio Efectivo de la Soberanía, la Diversidad Cultural, la Armonía con la Naturaleza y la Reducción y Superación de las Asimetrías y la reafirmación de las relaciones internacionales con todos los Estados del sistema internacional.

En la complejidad de un mundo abarrotado por la desaceleración del comercio internacional e incertidumbre de los mercados financieros, debido a las medidas restrictivas y sancionatorias asumidas por algunos países desarrollados ante el conflicto bélico de Europa del Este y la política monetaria contractiva de los principales bancos centrales, que afectaron sustancialmente la inversión extranjera directa en el mundo, el gobierno del presidente Luis Arce ratificó el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, logrando recuperar para el país, una economía estable , con record de exportaciones , con crecimiento y baja inflación. El retorno de la política exterior de relaciones complementarias, de mutuo respeto y de ruptura con todo tipo de tutelaje y subordinación a potencias es más que evidente. La Revolución Democrática y Cultural en Bolivia, ha contribuido al debate del cambio climático en las Naciones Unidas y la sensibilización a todas las naciones del mundo acerca de la responsabilidad de cuidar la vida en el planeta, aportando para ello la cosmovisión indígena y la cultura de la vida, de forma que permita la participación de los pueblos y gobiernos de los países del mundo, para actuar conjuntamente contra las causas que provocan la alteración climática y así poder restablecer la armonía con la Madre Tierra.

El conflicto bélico en Europa del Este, permite graficar el estado de la política exterior independiente y soberana de Bolivia. La posición asumida por Bolivia, en Naciones Unidas frente al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania fue consecuente desde un inicio, al no aceptar ningún tipo de presión. Bolivia expresó su vocación pacífica, que establece, que la única salida al conflicto bélico debe realizarse a través de la negociación y la mediación de terceros, con pleno respeto al derecho internacional, la Carta de Naciones Unidas y la Constitución Política del Estado de nuestro país. Bolivia no se alineó ni subordinó a ninguna de las partes y concentró la ejecución de su política exterior en torno a ratificar la gestión de la vía pacífica como única salida. En el derecho internacional existe una enorme diferencia entre la condena, el rechazo y la abstención. Los términos hacen y dicen mucho en diplomacia y, como país, hemos expresado justamente un rechazo desde la posición boliviana al conjunto de las invasiones, como también votamos en abstención, al igual que 34 países. Porque resulta imposible lograr un diálogo, negociación y mediación, si se sigue entregando armas a las partes, si es que los países aprueban resoluciones que solamente recogen la visión de una de las partes. Por ello, 35 Estados, entre los cuales se encuentra nuestro país, votaron en abstención de acompañar una posición direccionada a una u otra de las partes. Esto es porque Bolivia, como en reiteradas oportunidades lo reflejo acertadamente el canciller Rogelio Mayta, sostiene que sólo el diálogo y la negociación con paz son la única salida.

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En cuanto a la industrialización con sustitución de importaciones y el mundo de configuración multipolar, en la reciente II Cumbre Mundial de Promoción del Comercio y la Inversión del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional, el primer mandatario boliviano destacó y valoró la propuesta del presidente de China, Xi Jinping, de apostar hacia una civilización global sustentada en la tolerancia, la coexistencia, los intercambios y el aprendizaje mutuo. Es en este contexto que Bolivia y China han logrado una fructífera cooperación pragmática en el campo económico y comercial, especialmente en el desarrollo de litio y otros proyectos que contribuyen al desarrollo conjunto.

El gobierno del presidente Arce se encuentra en plena ejecución de la Política de Industrialización con Sustitución de Importaciones y por ello es imperativo que la política exterior esté ajena de las directrices de algunas superpotencias, organismos financieros y comandos militares hemisféricos, que apuestan por un relacionamiento diplomático y comercial entre países, de expresión y forma vertical. Finalmente, mientras Estados Unidos y sus aliados europeos siguen apostando por un mundo unipolar y o bipolar, donde los “buenos” son ellos y los “malignos” son Rusia o China, Bolivia y la mayoría de los países del mundo son conscientes de que la multipolaridad es la única opción viable en el contexto del presente siglo. Sólo así se entiende la “civilización global” planteada por China, como la coexistencia en armonía y justicia entre naciones ricas, naciones en crecimiento y países pobres. Una relación equilibrada, abierta e integral en un mundo de configuración multipolar.

(*)Hugo Siles Nuñez del Prado es internacionalista y politólogo

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