Ataque a Siria
Este ataque en Siria ha causado indignación y rechazo en varias partes del mundo.
Una semana después de un supuesto ataque con armas químicas contra la población civil en Duma, a las afuera de Damasco (la capital de Siria), Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia han lanzado un nuevo ataque contra ese país con el objetivo de reducir las instalaciones donde se fabrican esas armas; reacción que ha causado indignación y rechazo en varias partes del mundo.
Aunque el ataque, comandado por EEUU, fue calificado de “perfectamente ejecutado” por el Presidente de ese país, no se conoce sus resultados en el terreno, pero sí de sus efectos políticos en distintas partes del mundo. El diario británico The Guardian informó que la Primera Ministra de ese país señaló que había autorizado el ataque porque “no podemos permitir que el uso de armas químicas se normalice en Siria, en las calles del Reino Unido o en cualquier otra parte de nuestro mundo”, agregando que “hubiéramos preferido un camino alternativo, pero en estas circunstancias no lo hay”.
A su vez, el Presidente de Francia señaló que el ataque se justifica porque el uso de armas químicas “representa un peligro inminente para el pueblo de Siria y nuestra seguridad colectiva”. Asimismo, el Secretario de Defensa de EEUU afirmó que el régimen sirio “claramente no entendió el mensaje” de un ataque similar en 2017 y que los tres aliados habían hecho grandes esfuerzos para evitar daños a civiles y extranjeros.
Por su parte, el Presidente de Rusia calificó el ataque como “un acto de agresión” y que lo único que logrará es empeorar la crisis humanitaria en Siria. Su embajador ante EEUU afirmó que el ataque “no quedará sin consecuencias”, pues Moscú se siente amenazada. Similar actitud adoptó el líder supremo de Irán, quien calificó a los tres países como “criminales”.
Es difícil saber si los misiles lanzados realmente afectaron instalaciones militares sirias o dañaron a la población civil, el cerco informativo que se produce desde dentro de ese país y se agrava desde afuera impide saber qué está pasando y lo único que llega a conocerse son las declaraciones de los líderes, evidentemente más interesados en exhibir su poder y amenazar a quienes no comulgan con sus ideas. De ahí que el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas haya llamado a la calma, urgiendo a los estados miembros “a contenerse en estas peligrosas circunstancias”.
Se trata, pues, de un momento delicado en las relaciones entre Rusia y varios países de Occidente en el que Siria parece ser apenas un pretexto para exhibir su vocación guerrera e intercambiar amenazas mutuas. Es previsible que el Consejo de Seguridad, donde Bolivia tiene una posición muy fuerte respecto de Siria, nuevamente falle en lograr un consenso al respecto, pese a la evidencia de que se trata de un acto unilateral de tres de los miembros permanentes de esa instancia multilateral, confirmando que cuando los países quieren guerra, nada puede detenerlos.