Almendras
Son muchas las ventajas de aprovechar sustentablemente los productos forestales de nuestros bosques.
Son muchas las ventajas de aprovechar sustentablemente los productos forestales de nuestros bosques. La castaña o almendra es un claro ejemplo de ello. Actualmente Bolivia es el principal exportador de esta nuez, cuya venta, además de atraer divisas para el país, genera empleo para miles de familias, muchas de ellas indígenas, amén de contribuir a conservar la selva amazónica.
Por caso, gracias a la exportación de más de 123.000 toneladas de esta fruta silvestre que crece en Pando y en el norte de La Paz y el Beni, el país ha percibido cerca de $us 825 millones en los últimos cinco años, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). Además, se trata de un mercado en expansión, como bien evidencian las 900 toneladas comprometidas para exportar a diferentes países por la Empresa Boliviana de Almendras durante el Congreso Internacional de Nueces y Frutos Secos, que se organizó días atrás en Sevilla (España).
Huelga recordar que las cifras antes mencionadas representan el 75% de los ingresos del norte del país, lo que pone en evidencia la relevancia, en términos económicos y laborales, de este exquisito fruto seco de gran valor nutritivo y energético, ideal para la preparación de postres, chocolates, pasteles y un sinfín de otros productos alimenticios y de cremas hidratantes gracias a su elevada calidad de grasa natural.
Además, se trata de un producto renovable que no necesita de grandes inversiones para su aprovechamiento, pues las selvas se encargan de la parte más compleja, su producción; mientras que a la población le corresponde su recolección, almacenamiento, limpieza, transformación y comercialización. Como es de suponer, todos aquellos que participan en esta cadena productiva (familias enteras de recolectores, cooperativas, pequeñas y medianas empresas con instalaciones industriales) se encargan de cuidar a los castaños, árboles centenarios que alcanzan hasta 60 metros de altura; y el hábitat que los alberga, junto a innumerables especies de animales, plantas e insectos.
Y es que este árbol gigantesco produce almendras solamente bajo condiciones silvestres, es decir, sin la intervención del hombre. Esto, según los expertos, debido a la confluencia de tres factores naturales imprescindibles: la presencia de una orquídea (coryanthesvasquezii) cuyo olor atrae a un tipo determinado de abejas (euglossinae), encargadas a su vez de polinizar la flor del castaño, y de un roedor (agutí) que favorece su diseminación y crecimiento.
En resumidas cuentas, la recolección y el procesamiento de la almendra ponen en relieve que son muchas más las ventajas y los beneficiados cuando se aprovecha de manera sustentable los productos forestales en lugar de talar nuestros árboles y destruir indiscriminadamente los bosques para ampliar la frontera agrícola y las tierras de pastoreo.