Planificación familiar
La anticoncepción resulta esencial para reducir la pobreza y la presión que se ejerce sobre la naturaleza.
En un mundo cada vez más poblado y a la vez con recursos naturales cada vez más escasos, celebraciones como la de ayer, Día Mundial de la Población, son cada vez más importantes, ya que entre otros objetivos permiten impulsar una mayor consciencia en el mundo respecto a la planificación familiar, una práctica fundamental para empoderar a las mujeres y garantizar un desarrollo sostenible.
Y es que además de brindar a las parejas la opción de decidir cuándo y cuántos hijos tener, la anticoncepción resulta fundamental para reducir la pobreza y la presión cada vez mayor que se ejerce sobre la tierra, la energía, la comida y el agua. Algo esencial en un planeta cuya población ya superó los 7.500 millones de habitantes (tres veces más que en 1950), y que se estima que aumentará a 11.00 millones en 2060.
Para agravar aún más los desafíos futuros, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) prevé que este aumento tenga lugar principalmente en los países en vías de desarrollo; y particularmente en África, cuya población se cuadriplicará, pasando de 1.000 millones hoy a 4.000 millones dentro de 90 años.
Si bien estas proyecciones pueden parecer muy lejanas, en especial porque la mayoría de las personas que hoy habitan el planeta para esa fecha habrán pasado a mejor vida, de todas maneras deberían llamarnos fuertemente la atención, más aún tomando en cuenta que con la actual población mundial los recursos naturales ya están siendo sobreexplotados, tanto en los océanos como en tierra firme.
Por ejemplo, según estimaciones de la organización Global Footprint Network, en 2017 la capacidad anual del planeta para reponer los recursos naturales utilizados por las sociedades y poder asimilar los desechos humanos, como el dióxido de carbono (CO2), se agotó el 13 de agosto pasado; es decir, cuatro meses antes de que concluya el año. Y se estima que el presente año este fenómeno, denominado “huella ecológica”, ocurra incluso antes. Es decir que en términos naturales estamos hipotecando el bienestar de las futuras generaciones, quienes además de la “herencia” que les estamos dejando, deberán lidiar con el enorme desafío de tener que convivir con muchísimas más personas, pero en un planeta mucho más enfermo, con recursos cada vez más escasos.
Por último, no sobra recordar que la planificación familiar resulta fundamental para salvar la vida de miles de mujeres. Por caso, un reciente estudio publicado en la revista The Lancet estima que cada año cerca de 250.000 mujeres se salvan gracias a los métodos anticonceptivos, y que otras 100.000 podrían salvarse si tuviesen acceso a servicios de salud reproductiva. Ello porque la planificación familiar evita embarazos no deseados, que generalmente derivan en controles prenatales inadecuados y en una mala nutrición por parte de la gestante, entre otras deficiencias.