Justa sanción
Los casos de víctimas de malos médicos siguen sumando en la memoria colectiva.
Únicamente cuando el daño es realmente grave o la víctima goza de reconocimiento público salen a la luz los casos de mala praxis o de negligencia médica. Solo en la última década cuatro intentos de legislar este problema han quedado en proyecto, fundamentalmente debido a la tenaz oposición del sector médico, cuya dirigencia prefiere minimizar los errores de sus colegiados.
Tienen razón los representantes del sector médico cuando afirman que no se puede estigmatizar a toda la profesión debido a los errores, que a veces se convierten en delitos, de algunos galenos. También la tienen cuando señalan que los problemas derivados de la práctica médica no son tan sencillos de calificar como mala praxis o, más grave aún, como negligencia, debido a que el nivel de riesgo es variable dependiendo de cada caso.
Sin embargo, también es evidente que han quedado truncos todos los intentos por legislar la distancia que hay entre el nivel de riesgo propio de cada caso (y los hay de muy alto riesgo) y la falta de pericia, cuidado o conocimiento profesional necesarios, como ha sucedido en el reciente caso del niño de tres años al que un cirujano le extirpó el riñón sano que le quedaba en lugar de operar el riñón que tenía dañado por causa del cáncer, o el de la persona que ingresó a quirófano por una apendicitis y hoy vive en calidad de vegetal.
Uno de los emprendimientos mencionados arriba fue propuesto en 2007 por dos diputados, a través de un proyecto de ley que planteaba crear un seguro para víctimas de negligencia médica. Como no se trató en la legislatura respectiva, fue repuesto un año después, para finalmente quedar archivado. El siguiente lo presentó en 2010 un Comité de Víctimas de Negligencia Médica, tampoco prosperó. El tercero lo presentó una diputada en 2014, y establecía la inclusión de las figuras de mala praxis y negligencia en el Código Penal. Finalmente, el último intento se produjo con la Ley del Sistema del Código Penal, que tras una prolongada huelga de médicos fue derogada.
Mientras tanto, los casos de víctimas de malos médicos siguen sumando en la memoria colectiva, y se refuerza la idea de que hay una inaceptable impunidad para estos profesionales. El presidente del Colegio Médico de La Paz ha anunciado que en octubre presentarán “a la opinión pública” una propuesta de ley que, lejos de buscar sanción por estos casos, establece la creación de una instancia de conciliación. Dice el dirigente de los médicos que esperan socializar su proyecto hasta diciembre.
Sin duda no es fácil legislar la práctica médica, pues, como se apunta líneas atrás, hay muchos elementos técnico científicos que entran en juego, lo que exige pensar en mecanismos de investigación acordes, tales como las auditorías médicas, que si hoy son escasas se debe a que hay muy pocos profesionales preparados para ejecutarlas. Eso no significa, sin embargo, que los autores de estos errores sigan siendo derivados a una especie de limbo jurídico, donde ni son sancionados ni son retirados de la práctica profesional.