RRSS y tecnología en el Gobierno
La novedad acerca de la tecnología parece estar en los últimos dos relatos gubernamentales
La relación del Gobierno con las redes sociales y la tecnología es diversa. Por un lado, se criminaliza algunas actividades en redes sociales y mensajería como WhatsApp, calificándolas de “desinformación”; y se amenaza con ciberpatrullajes, muy similar a las primeras reacciones del MAS a los resultados del referéndum constituyente de 2016. En este caso, se emitieron decretos con artículos atentatorios contra la libertad de expresión que luego fueron derogados. La reacción del MAS fue intentar regularlas a través de la elaboración de una ley que nunca llegó a la Asamblea Legislativa. El relato aquí es “las redes sociales son malas, hay que controlarlas”.
Por otro lado, como una muestra de confianza en la ciudadanía y transparencia extrema frete al escándalo de la compra de respiradores, la presidenta Jeanine Áñez declaró haberse enterado del caso de corrupción a través de las redes sociales, y que iban a transparentar el proceso de esta compra vía redes sociales. El relato en este caso es “las redes sociales son buenas, probas y transparentes”.
Entretanto, el Ministro de Educación se salta una ley y tres decretos acerca del uso prioritario de software libre en el Estado, y firma un convenio con Microsoft para que capacite a profesores en uso de tecnología para clases en línea. En una entrevista televisiva explicó que se firmó el convenio por la emergencia y porque falta tiempo para enseñar software libre. El relato aquí es “la tecnología, mientras más extranjera es mejor”.
Un segundo ejemplo en esta misma línea es el escándalo del momento, la compra de respiradores. Ni siquiera se ve como opción el financiamiento de respiradores construidos por la UMSA, que eran más baratos y con las mismas características de los adquiridos en España porque no suena bien que sean nacionales, “mientras se pueda mostrar que es extrajera, mejor”.
La novedad acerca de la tecnología parece estar en los últimos dos relatos gubernamentales, las redes sociales como aliadas, como soporte del débil gobierno de Áñez; y el entendimiento superficial de políticas públicas tecnológicas. Cabe preguntarse en el primer caso ¿por qué no se dijo que la información de la contratación de respiradores iba a estar a disposición de toda la ciudadanía, siendo que solo el 50% de población en Bolivia es internauta? Parece ser que es un criterio electoral, ella siente que las redes sociales son su base de apoyo electoral. Lo segundo muestra que existe un entendimiento muy pobre de políticas públicas de gestión de conocimiento y ciencia en el Gobierno. El Ministro no ha tomado una posición porque no conoce las opciones, no conoce lo del software libre como política de Estado, sino que dejó que una empresa aproveche el espacio vacío de políticas públicas para imponer su agenda.
Eliana Quiroz, ciberactivista