Santos Marka T’ula
El 13 de noviembre se recordó 81 años de la muerte del líder aymara y quechua del movimiento indígena de los caciques apoderados Santos Marka T’ula, acaecida en la ciudad de La Paz en 1939. Desde 1914 hasta su muerte fue el representante más importante de los ayllus y comunidades de la región andina del país, que luchó contra todas las formas de usurpación de tierras de los potentados. Este movimiento desarrolló, sobre todo, la defensa legal de los ayllus y comunidades, cimentados en las pocas concesiones formulados en documentos coloniales y republicanos. Aunque en determinados momentos, ante la imposibilidad de ser oídos en sus justas demandas, se rebelaron masivamente frente a sus opresores.
Según testimonios que recogimos hace varios años, los hijos de Marka T’ula estaban convencidos de que su padre fue eliminado físicamente por los médicos que le atendieron en el hospital, ya que solo tenía tos. Se preguntaban: “¿Cómo reclamar en esa época donde todo estaba contra nosotros y peor hacia los que lideraban pidiendo justicia?” En el Cementerio General de la ciudad de La Paz no hay datos sobre su fallecimiento.
Lo más impactante en su vida sucedió en 1918, cuando lo arrojaron al río Cajón en los Yungas, a lo que sobrevivió con la ayuda de los pueblos amazónicos. Sus enemigos fueron los latifundistas, que estaban asociados con curas, monjas, militares, policías, políticos y muchas autoridades del Estado. Santos Marka T’ula viajaba a pie por las comunidades andinas aymaras y quechuas, explicando a sus hermanos/as por qué se tenía que defender las tierras ancestrales. Uno de sus escribanos, Rosendo Zárate, recuerda que en este peregrinaje invocaba poéticamente: Pasakalli, pasarpayitatawa; q’anasillas, q’anarpayitatawa; jararankhu, jararpayitatawa. La traducción aproximada es: Gusanillo, me dejarás pasar; escarabajo, me desenredarás; lagarto, me desatarás.
Marka T’ula y otros caciques apoderados como Francisco Tangara, de Calacoto; Faustino Llanque, de Jesús de Machaca; Rufino Willka, de Achacachi; Santos Cornejo, de Achocalla; Francisco Mata, de Huarina y muchos otros, sufrían permanentes hostigamientos y en varios casos eran apresados por ser supuestos instigadores del orden público, cuando se les arrebataba la documentación obtenida de distintos archivos.
Marka T’ula apenas sabía firmar y ¿por qué quería acceder a la documentación colonial y republicana escrita? Él pedía a sus escribanos como Leandro Condori, Rosendo Zárate y otros que le leyeran la documentación obtenida, lo que les permitía defender mejor sus tierras comunales. Queda claro que no solo era la lectura textual en castellano, sino una traducción del castellano al aymara. Esta vía le permitió saber de memoria qué documentación tenía en sus manos. Su escribano Condori nos contó que él sabía casi de memoria lo que contenían los documentos que eran favorables a los pueblos indígenas y cuando eran arrebatados Don Santos lloraba por esa pérdida.
En 1920, el movimiento indígena desconfiado de que las prefecturas y los tribunales les arrebaten, deciden depositar algunos de sus expedientes en el Archivo General de la Nación de Sucre, hoy llamado Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ANB). El certificado que obtienen dice: “Archivo General de la Nación. CERTIFICA: que el indígena originario Santos Marka Tola ha depositado en esta oficina nacional cinco expedientes relativos a todas las diligencias que ha seguido los originarios… Los referidos expedientes se hallan archivados en esta oficina…”. A raíz de este dato, durante varios años buscamos acceder a esta colección porque estaba perdida. Hace poco tiempo fueron localizados los cinco legajos por el personal del ANB. ¿Qué es lo que contienen esos cinco legajos depositados hace 100 años por Marka T’ula en el ANB? Hay que estudiar detenidamente esos documentos para saber más sobre este movimiento de defensores de los ayllus y las comunidades.
Tuvimos la experiencia de organizar el archivo privado de Marka T’ula, que resguardaba celosamente su hijo Gregorio. Después de su fallecimiento se hizo cargo alguno de sus hijos. Sería interesante que la nueva autoridad del ANB inicie una especie de salvataje de esos archivos para que siga existiendo la memoria de la lucha de los caciques apoderados.
¡Honor y gloria a este insigne defensor del ayllu y la comunidad andina, junto con otros líderes como Feliciano Condori, Dionicio Paxipati, Celedonio Luna, Feliciano Marasa, y muchos otros! Santus Marka T’ula, jach’a awkin sarnaqäwipaxa musparañjamawa, ukhamaraki jan armañatakiwa. Waynanak, tawaqunakawa yatiqapxañapa uka suma unjtasiwita. ¡¡¡Jallalla Santus Marka T’ula!!!
Sería interesante que el ANB inicie una especie de salvataje de los archivos de este defensor del ayllu y la comunidad andina.
Esteban Ticona Alejo