El suelo, ¿por qué es tan importante que lo cuidemos?
El Día Internacional de la Conservación del Suelo se estableció el 7 de julio de 1963 en memoria del doctor Hugh Hammond Bennet (1881-1960), científico estadounidense considerado pionero en el campo de la conservación del suelo. Dedicó gran parte de su vida a demostrar que el cuidado del suelo influye directamente en su capacidad productiva. El propósito de este día es el de concientizar a la humanidad sobre la importancia fundamental que tiene el suelo dentro del frágil equilibrio medioambiental.
El suelo es un recurso muy complejo debido a su capacidad cambiante, en él ocurren numerosos procesos químicos, físicos y biológicos para la vida misma. No solo sirve como soporte para todas las formas de vida, como las plantas y animales, sino que además sirve de sustrato para el crecimiento de la vegetación, garantizando los nutrientes necesarios para todas las especies. El suelo es un recurso sustancial para combatir el cambio climático; así como en el caso de los océanos, los suelos pueden absorber gran cantidad de dióxido de carbono, lo que contribuye a mitigar el impacto de las emisiones de CO2 en el planeta.
El 95% de los alimentos que consumimos las personas provienen del suelo. El manejo sostenible de este recurso puede producir 58% más de alimentos que una producción agrícola deteriorada. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hasta dos cuartas partes del suelo en el planeta se encuentran en proceso de desertificación, mientras que el 70% de la superficie agrícola mundial enfrenta un deterioro severo.
El suelo sufre una degradación progresiva a causa de la erosión, la deforestación, las quemas descontroladas, el sobrepastoreo, la expansión de las fronteras agrícolas, el uso continuado y excesivo de abonos y fertilizantes artificiales, entre otros, causando restricciones a la capacidad de producción, degradación de los ecosistemas, afectando al suministro de agua y amenazando a la seguridad alimentaria mundial.
Estamos en una época crítica para el país. Los incendios forestales son una fuerte amenaza hacia la degradación del suelo. Dependiendo de su intensidad pueden quemar las partes superficiales y hasta más profundas, llegando a la parte viva que está ahí, es decir, hongos, bacterias, bichitos y todo lo que genera biomasa que está en las capas más superficiales y que le dan su fertilidad.
Las acciones de cuidado y conservación del suelo de manera eficaz deben aplicarse todos los días de manera colectiva e individual para intentar reducir los efectos del cambio climático sobre este recurso. De lo contrario, la sostenibilidad de los ecosistemas agrícolas y la productividad del suelo podrían verse gravemente alteradas.
“La tierra productiva es nuestra base, porque cada cosa que nosotros hacemos comienza y se mantiene con la sostenida productividad de nuestras tierras agrícolas”, Bennett.
Saul Cuéllar es gerente de Proyectos de la FAN.