Los museos en la larga…
El 21 de mayo se llevó adelante la llamada Larga Noche de Museos. Influencia europea que aún se intenta imitar o replicar en nuestros espacios culturales como en los museos europeos. ¿Hasta cuándo podemos seguir imitando hasta el título del evento? A pesar de esta forma de colonialismo cultural, hay intenciones interesantes de darle otro sentido, sobre todo desde las comunidades andinas. Es decir, dar un sello propio a este evento. Eso vi en la zona Norte de la ciudad de La Paz, donde las comunidades Protectores del Patrimonio Cultural y Museos Comunitarios del Departamento de La Paz, creado en 2019, fueron parte activa y viva de esta versión museística.
Cuando se podría haber abierto los museos todo el día e incluso dos días, para que la gente visite y recorra no solo uno, sino varios espacios culturales. Aún se tiene reparos de la trasmisión del COVID-19, pero no se tomó recaudos para la aglomeración y masificación de una jornada de visitas. Vi la ausencia de guías y su accionar, al menos en el museo donde estuve, es decir, que no explicaron qué es y su contenido en los lugares recorridos.
Cuando vi la entrada al museo de los/as comunarios de Chirapaca de la provincia Ingavi del departamento de La Paz con música autóctona, me pregunté: ¿cómo sería llegar a sus espacios culturales de las comunidades andinas, incluido a visitantes de las ciudades? Pues en esta jornada, se dio lo contrario, visitar en la ciudad y a algunos museos.
Se precisa que afronten los municipios de las provincias el reto de financiar y coadyuvar en la administración de los museos comunales, lo que tiene características particulares porque los patrimonios no siempre son objetos almacenables en un espacio físico específico, sino son sitios al aire libre, como los sitios sagrados, por ejemplo, las wak’as o sus similares; en fin. Aquí el gran tema es ¿cómo se apoya a los patrimonios comunales desde los gobiernos municipales y gobernaciones?
Sabemos que muy pocas alcaldías han tomado la iniciativa de coadyuvar técnicamente sobre estas áreas culturales, pero una mayoría de los municipios posiblemente no entiendan de qué se trata y por qué tienen que resguardar los espacios culturales patrimoniales locales.
Volviendo al Museo Costumbrista, los comunarios amenizaron con música autóctona, rompiendo con la monotonía y la frialdad de los museos tradicionales. Además, en este espacio se contaron algunas historias de vida, sobre uno de los líderes del movimiento de los caciques apoderados que entre 1912 y 1952 defendieron las tierras ancestrales frente al avance de los patrones de las haciendas, como fue el caso de Santos Marka T’ula. La bisnieta de Marka T’ula, Ercilia, se encargó de explicar algunos pasajes vividos por su bisabuelo y transmitidos por sus familiares. Tuve la oportunidad de contar sobre la vida del escribano de Santos Marka T’ula, Leandro Condori Chura, oriundo de la comunidad de Wanqullu de Tiwanaku. El cómo se conocieron en la ciudad de La Paz, porque ambos sufrieron los embates del abuso patronal y lo enfrentaron utilizando algunas leyes de la época. Este espacio permitió transmitir algo de la memoria colectiva de las comunidades aymaras. Ercilia tenía la foto del bisabuelo que fue masivamente fotografiada porque muchas personas habían oído hablar de él, pero no sabían cómo era.
Otro aspecto de la Larga Noche fue sacar a la calle algunas actividades culturales, como la muestra de algunas artistas. Se podría convertir en el gran espacio cultural donde puedan estar los escritores, enseñar sobre sus libros y puedan conversar con la gente. Incluso pintores, en fin, hacer de ese espacio con sello y descolonizador es el reto. Caso contrario, someternos a una burda imitación de los museos occidentales no nos enseña nada.
Pasir urunakanxa. Khaysa museo Costumbrista uka tuqinxa, Chirapaka jilata, kullakanakaw wali purintawayapxi. Jallalla!!!!!
Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.