La Paz: la oscura gestión edil
La Paz, como sede de gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, ha demostrado en los últimos años un crecimiento importante en su Producto Interno Bruto, acompañado del aumento en la base empresarial legal del Servicio Plurinacional de Registro de Comercio (ex Fundempresa), y un incremento considerable en las exportaciones (industria manufacturera). Asimismo, los depósitos y créditos en el sistema financiero tienen un comportamiento ascendente, además de las recaudaciones tributarias y el aumento sustancial en la inversión pública; son noticias que enorgullecen a los ciudadanos, a partir de políticas impartidas por el Gobierno.
Al respecto, los paceños podrían estar contentos al conocer el aporte económico que realiza La Paz y poder festejar el 16 de julio, fecha en la que se conmemora la Revolución, recordando 1809, cuando los insurgentes se levantaron en contra del dominio español, y don Pedro Domingo Murillo se reunía con otros revolucionarios, que inspirados en la semilla emancipadora sembrada por la Revolución Francesa, la independencia estadounidense y el cerco a La Paz encabezado por Túpac Katari en 1781, desembocó en el levantamiento revolucionario y la proclamación de libertad.
Pero hasta ahí son muy buenas noticias, lamentablemente también debo expresar el otro lado de la moneda, y me refiero específicamente a la gestión edil. ¿Saben por qué? Porque, a más de un año de gestión del Alcalde de La Paz, con la promesa de trabajar mañana, tarde y noche (24/7), y no quedarse en un escritorio cuando la ciudad lo necesite, no tuvo ningún resultado favorable, toda vez que la ciudad está prácticamente en ruinas, plagada de baches, arreglos y mantenimientos temporales, deslizamientos por mala gestión en prevención, colegios sin mantenimiento, millonarios endeudamientos con tasas de interés onerosas, escándalos por el desayuno escolar, biocidios, intentos de subir la tasa de aseo y lo peor, los centros de salud olvidados, así como políticas municipales improvisadas; son categorizados como errores imperdonables por parte de la ciudadanía.
El Alcalde lamenta los problemas que afronta, echando la culpa a la gestión anterior, quien dejó un déficit financiero de Bs 500 millones y en la actualidad es Bs 360 millones; no obstante, si revisamos la información presupuestaria de su plan estratégico quinquenal, el documento señala que para la presente gestión el municipio tiene disponible Bs 1.998.532.332, lo que representa una deuda aproximada del 18% respecto a su presupuesto inicial, aspecto que no es justificativo y no debería ser utilizado para frenar la normal ejecución del plan operativo anual y los ejes de desarrollo respecto a salud, educación, seguridad ciudadana, defensa, cultura, vivienda, energía, justicia, recursos hídricos, telecomunicaciones, tecnologías y agropecuario.
Llama la atención que, a mayo de la presente gestión, la ejecución presupuestaria del municipio apenas alcance el 32%, donde el gasto que se prioriza es el pago de sueldos y deuda pública.No obstante, la situación económica y financiera del municipio de La Paz no es obstáculo para que el Alcalde no cumpla con su programa de gobierno que tiene seis ejes: La Paz saludable, La Paz en paz, La Paz moderna y verde, La Paz rápida e interconectada, La Paz con norte y productiva, y La Paz con gobierno abierto y eficaz.
Finalmente, los paceños en su aniversario y después de leer el presente artículo, sabrán que La Paz aporta positivamente a los resultados de la economía del país en el marco de políticas del Gobierno y la aplicación del modelo económico social comunitario productivo; sin embargo, la gestión municipal, al no tener una figura clara en sus objetivos institucionales, laborales, deberes y falta de cumplimiento de promesas con la población, frena el desarrollo económico y social de la ciudad.
Fernando Chuquimia es especialista financiero.