Musk y Twitter
Enfrascados como estamos en nuestros conflictos nacionales y regionales, la noticia de la compra de Twitter por Elon Musk, que se concretó el 27 de octubre, pasó desapercibida en Bolivia. Aunque quizás esto no solo se debe a la distracción de las tensiones públicas de las últimas semanas, sino que no nos parece un acontecimiento de importancia. Finalmente es un rico más comprándose una red social donde los adolescentes juegan, pensarán algunos y algunas.
Pero lo que probablemente no todos concebimos es que esta compra nos afecta por su potencial impacto en la libertad de expresión. Twitter es una red abierta en varios sentidos: se puede encontrar su contenido consultando en buscadores, lo que pone a disposición sus contenidos; se puede seguir cuentas sin necesidad de que ellas te sigan, lo que le da un gran valor informativo en tiempo real y es posible descargar bases de datos de tuits para analizar (por el contrario, Facebook y otras redes sociales no permiten esto). Este carácter parece estar en riesgo bajo Musk.
Se esperaban cambios en la gestión de esa plataforma social con la compra pero quizás no tan repentinos. Varios comentarios acerca del cierre de oficinas regionales y despidos masivos de empleados, entre ellos el equipo entero de ingenieros que trabajaban para transparentar los algoritmos de la plataforma. Definitivamente, Musk quiere un Twitter diferente, y está comenzando el cambio con la delicadeza de un elefante en una tienda de cristales y su conocida bravuconería.
La compra se ha efectivizado por $us 44.000 millones, la mayor cantidad pagada por una red social en la historia, pero Twitter está lejos de ser rentable, de hecho, la compra ha incluido la deuda que debe ser pagada por esta empresa. Elon Musk está presionado por lograr rentabilidad rápidamente, a pesar de que varios usuarios y usuarias le han explicado que la plataforma no solo es un emprendimiento tecnológico que deba generar ganancias, sino es también un bien público donde se genera valor para los procesos democráticos, de cohesión social y de deliberación de ideas. Twitter en Bolivia y en el mundo ha tomado el carácter de espacio de generación de opinión pública porque concentra cuentas de periodistas, políticos, activistas, organizaciones de sociedad civil, entre otros.
Las empresas digitales que implican interacción humana deben observar principios de negocios y principios de derechos humanos. Debemos pensarlas también como espacios de acceso a información y libertad de expresión.
La reacción de algunos usuarios es migrar a otras redes sociales, entre ellas Mastodon, una red federada que era más bien un bicho raro con pocos usuarios hasta el momento. Veremos qué pasa en las siguientes semanas.
Eliana Quiroz es ciberactivista y burócrata. blog: www.internetalaboliviana. word-press.com.