Inteligencia artificial en educación
Hay que generar una pedagogía que retome la tecnología como parte de sus procesos formativos
Noel Aguirre
Hace unos días tuve la ocasión de participar en el acto de presentación del libro El futuro de la Inteligencia Artificial en educación en América Latina, informe de un estudio realizado por la Fundación ProFuturo y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura. La investigación realizada con base en los análisis de casi 70 expertos del sector académico, empresas privadas del campo de la tecnología y tomadores de decisión de la administración pública de 17 países de Latinoamérica, concluye afirmando: “El ritmo de avance y las posibles consecuencias de la Inteligencia Artificial en el mundo de la educación son una pregunta decisiva para el futuro de los sistemas educativos. Se trata de un campo de posibilidades y riesgos inciertos.”
Una palabra resume el conjunto de respuestas a la pregunta central planteada en el estudio: ¿Cuál es el futuro de la Inteligencia Artificial (IA) en educación en América Latina?: Incertidumbre. Sin embargo, más allá de lo incierto, hay mucho por analizar y comprender. Siguiendo el detalle de los resultados del estudio, entre los temas analizados se pueden encontrar las siguientes constataciones, hallazgos e interrogantes.
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Primero, la investigación afirma: La IA crecerá a futuro en su impacto en educación. Que tendrá mayor impacto en educación superior, principalmente universidades. A propósito de ello, cabe preguntarse: ¿los centros de educación superior, y con ellos los sistemas educativos, estarán tomando las previsiones necesarias para comprender el efecto que tendrá en su pedagogía, requerimientos y modalidades de formación, gestión curricular e institucional, etc.? También señala que estos impactos favorecerán principalmente a los aprendizajes que van más de allá de la escuela, ¿será una manera de repensar la educación presencial y principalmente la escolarizada?
Segundo, el estudio concluye que “las grandes empresas internacionales tienen un rol preponderante en la actualidad en la introducción de la IA en educación, que mantendrán en el futuro, aunque también opinan que el rol del Estado y, en menor medida, de otros actores aumentará su importancia.” ¿Este hecho supone otra forma de neocolonialismo?, ¿cuál el rol del Estado?
Tercero, el análisis señala que “la IA ayudaría a resolver las desigualdades educativas dentro de los países, pero no parece haber consenso acerca del impacto de la IA en desigualdad entre países.” ¿Se afirmará la distribución de roles entre los países, entre quienes producen ciencia y conocimientos mientras otros se restringen a consumirlos o reproducirlos? No es suficiente tener dispositivos, hay que generar una pedagogía que retome la tecnología como parte de sus procesos formativos.
Cuarta afirmación, para el desarrollo de la IA en América Latina los “expertos recomiendan potenciar la conectividad a internet de las escuelas y la formación de los docentes en el desafío futuro de incorporar la IA a la educación”, además indica que “también se destaca la alta valoración que los expertos consultados asignan a la formación del pensamiento crítico de los estudiantes, incluso por encima de la formación de habilidades digitales”. Nuevamente surge la necesidad de pensar en el acceso a internet gratuito para los estudiantes, de replantear la formación de los maestros tanto en la formación inicial o de los que se encuentran en actual ejercicio de funciones. También se señala un aspecto fundamental, con o sin IA se hace necesario desarrollar el pensamiento crítico de los estudiantes.
La educación tiene muchos retos para aprovechar de manera adecuada el “potencial revolucionario” de la IA. Para comenzar se requiere abrir el diálogo para ampliar la comprensión de la profundidad y amplitud de los cambios, de evitar que la cantidad de datos digitales nos abrumen ni descontrolen, que se den apertura a las agendas públicas educativas con relación a la tecnología, que estas transformaciones se conviertan en la oportunidad de ampliar el derecho a la educación, que se establezcan alianzas estratégicas complementarias. Que nos quede claro que la IA y la tecnología no solo es cuestión de dotarnos de dispositivos, sino que sigue vigente la disputa de quién produce y cuál es el valor social del saber, conocimiento y ciencia, además que la inteligencia es una y es propia de la naturaleza humana y la formación integral, que no solo es un asunto de acumulación de información sino es vida plena.
(*) Noel Aguirre Ledezma es educador popular, maestro y pedagogo. Director de la oficina de la Organización de Estados Iberoamericanos en Bolivia