Las perspectivas de la economía según el FMI
La mejor forma de descartar los malos augurios es con datos, los más actualizados y con ajustes periódicos de las metas
Gabriel Loza
El FMI, pese a todo lo que se le critique, saca dos informes sobre las perspectivas de la economía mundial, en abril y octubre de cada año, así como dos actualizaciones o update, como las denomina, en enero y julio, donde estima y ajusta sus proyecciones de acuerdo al desenvolvimiento de la economía mundial. En su informe de perspectivas de octubre, ajustó hacia arriba en 0,2 puntos porcentuales (pp) la tasa de crecimiento del PIB mundial a 3%; sin embargo, respecto al update de julio mantuvo la misma proyección, mientras que el crecimiento para 2024 de 2,9% lo corrigió hacia abajo en 0,1%. Entre líneas quiere decir que este año estará un poquito mejor que lo estimado pero el próximo un poquito peor. El título del informe es Navegando en la divergencia global, porque a EEUU le ajustó en cuanto a su tasa de crecimiento hacia arriba en 0,5 y 0,4 pp respecto al informe de abril, y a la zona del euro en -0,2 y -0,3 pp le corrigió hacia abajo.
La inflación mundial, proyecta el FMI que decline a 6,9% en 2023 y 5,8% en 2024, pero con ajuste hacia arriba, que quiere decir que no bajará como lo esperado en julio de este año, en 0,1 y 0,6 pp, respectivamente. La divergencia se encuentra también en que en EEUU la inflación se desacelerará más rápidamente y a un nivel de 3% en 2023 y 2,6% en 2024, más bajo que el nivel de inflación del Área del Euro, que estará en 5,6% y 3,3%.
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Para el caso de la región, el FMI emite su informe Perspectiva de las Américas que incluye a Canadá y Estados Unidos, y toma como subregión a América del Sur. Así para la subregión estima el FMI un crecimiento del PIB de 1,6% en 2023 y de 2% con un ajuste hacia arriba respecto al informe de julio, lo que quiere decir que nos irá un poco mejor que lo esperado.
El FMI proyecta para Bolivia una tasa de crecimiento del PIB de 1,8% tanto para 2023 como para 2024, que sería la cuarta y quinta tasa en América del Sur, y una tasa de inflación de 3,6% en 2023 y de 3,8% para 2024. En cambio, en el proyecto de presupuesto 2023, el Gobierno estimó un crecimiento de 4,86% del PIB, una inflación anual del 3,57% y un déficit fiscal de 7,49% del PIB. Esas cifras se convalidaron en el Programa Fiscal Financiero con el BCB, con una tasa de inflación de 3,28%.
Los datos oficiales publicados hasta el momento, trascurridos casi 10 meses, solo indican una tasa de crecimiento del PIB al primer trimestre de 2023 de 2,3%, cuando la mayoría de los países vecinos tienen tasas al segundo trimestre, y una tasa de inflación anualizada a septiembre de 2,85%, según el INE, siendo la tasa más baja después del Ecuador (2,23%) en la subregión. Hasta el momento, no hay una actualización o corrección de las proyecciones oficiales, especialmente dado el entorno externo adverso. Parece difícil que el país alcance su meta de crecimiento del PIB (4,86%) y es más probable que logre la tasa de inflación anualizada que tiene como meta el BCB, del 3,28%, aunque los tres últimos meses tienden a ser más inflacionarios y, además, si se toma en cuenta el problema de la sequía.
Respecto al entorno externo adverso, los precios de los commodities, de los cuales el FMI estima para 2023 una caída del 16,5% en el caso de los combustibles y de 6,3% en los no combustibles, hasta septiembre para los productos de exportación de Bolivia tuvieron un comportamiento diferenciado. En el caso de combustibles creció un 6,8% respecto a septiembre pasado, en el del oro de un 14% y de la plata un 21,9%, mientras que los precios del aceite y la harina de soya habrían caído un 10%.
Los datos muestran que las exportaciones a julio de 2023 alcanzaron a $us 6.462 millones, cifra menor en $us 2.077 millones a la registrada en el mismo período de 2022. Por su parte, las importaciones a julio llegaron a $us 6.557 millones, cifra mayor en $us 219 millones a la registrada la gestión pasada, generando un déficit de $us 95 millones. Los datos de balanza de pagos al primer trimestre registraban un déficit en cuenta corriente de 0,7% del PIB, mientras que el FMI proyecta un déficit de 2,7% para 2023 y de 3,3% del PIB para 2024.
En conclusión, la mejor forma de descartar los malos augurios es con datos, los más actualizados y con ajustes periódicos de las metas, en lugar de los tradicionales desmentidos vía comunicados oficiales.
(*) Gabriel Loza Tellería es economista, cuentapropista y bolivarista