Uso masivo de software libre
Una medida de soberanía tecnológica es el uso de software libre; tener la libertad de ejecutar el programa para cualquier propósito, estudiar cómo funciona y poder modificarlo, libertad de distribuir copias como acto de solidaridad, y poder mejorar dicho programa y hacer públicas dichas mejoras.
Según Jean Bodin, la soberanía es el “poder absoluto y perpetuo de una República”; y soberano es quien tiene el poder de decisión, de dar las leyes sin recibirlas de otro. La soberanía —resume el abogado Jorge Machicado— es la voluntad política que posee un pueblo con derecho a tomar decisiones para determinarse, manifestarse, y tomar decisiones con independencia de poderes externos.
Así también, la Constitución Política del Estado (CPE), en su artículo séptimo, establece que la soberanía reside en el pueblo boliviano y se ejerce de forma directa; es inalienable, inembargable, indivisible, imprescriptible e indelegable, y de ella emanan las funciones y atribuciones del poder público.
La tecnología se define como el conjunto de conocimientos y técnicas que, aplicados de forma ordenada y lógica, permiten al ser humano modificar su entorno material o virtual para satisfacer sus necesidades, esto es, un proceso combinado de pensamiento y acción con la finalidad de crear soluciones útiles.
Por lo tanto, en un primer acercamiento, se puede decir que la soberanía tecnológica es el ejercicio de la autoridad soberana del pueblo boliviano sobre el conjunto de saberes tecnológicos que le permitan producir cualquier objeto virtual o real para satisfacer las necesidades de la población.
Sobre la soberanía tecnológica en el campo del software, escribe Ramón Ramón: “que sea el Estado el que tenga el control de la tecnología y no la tecnología o las aplicaciones (hechas por empresas) las que tengan el control del Estado”. Por lo tanto: “los programas, las aplicaciones, las tecnologías, etcétera, deben estar al servicio de la ciudadanía y de los estados, y no viceversa”.
Bajo estos conceptos, se debe analizar la soberanía tecnológica enmarcada en la ciencia e innovación, considerando que los procesos de desarrollo de una sociedad que antes dependieron en gran parte del trabajo humano, hoy en día se asocian cada vez más a las diferentes áreas de la tecnología. En el proceso de construcción de soberanía tecnológica en el Estado Plurinacional de Bolivia se puede analizar dos casos:
Software. Cuando se promueve la utilización del software privativo, se debe cuestionar desde la sociedad la cesión de la gestión de las tecnologías de información y comunicación, de los sistemas de información, a terceros países, mediante sus empresas de software y la pérdida del control sobre datos sensibles del Estado.
Por lo tanto, una medida de soberanía tecnológica es la utilización del software libre, caracterizado por las cuatro libertades: 1) la libertad de ejecutar el programa para cualquier propósito; 2) la libertad de estudiar cómo funciona el programa y la posibilidad de adaptarlo de acuerdo con las necesidades del usuario (el acceso al código fuente del programa es una precondición para esto); 3) la libertad de distribuir copias como acto de solidaridad con el prójimo; y, 4) la libertad de mejorar el programa y hacer públicas dichas mejoras, para que toda la comunidad se beneficie.
Como política estatal de apoyo a la utilización del software libre, se tiene una amplia estructura normativa que abarca desde la Ley de Telecomunicaciones y Tecnologías de Información y Comunicación (Ley 164), decretos supremos reglamentarios hasta el Decreto 2514, que crea la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (AGETIC), instancia que tiene entre sus tareas la implementación de los planes de migración hacia el software libre.
Ciudadela Científica. La investigación científica requiere estructuras especializadas, siendo una de ellas la Ciudadela Científica; para escribir sobre la importancia de este emprendimiento se debe definir algunos conceptos: la investigación es un proceso que mediante la aplicación del método científico procura obtener información para entender, verificar, corregir o aplicar el conocimiento.
La investigación científica es la búsqueda organizada de conocimientos o de soluciones a problemas de carácter científico; el método indica el camino que se ha de transitar en esa indagación y las técnicas precisan la manera de recorrerlo.
La investigación básica se caracteriza porque parte de un marco teórico y permanece en él; la finalidad radica en formular nuevas teorías o modificar las existentes, en incrementar los conocimientos científicos o filosóficos, pero sin contrastarlos con ningún aspecto práctico.
La investigación aplicada, caracterizada por la búsqueda de la aplicación o utilización de los conocimientos que se adquieren. La investigación aplicada se encuentra estrechamente vinculada con la investigación básica, pues depende de los resultados y avances de esta última.
Sobre la Ciudadela Científica, Álvaro Arnez, viceministro de Industrialización de Hidrocarburos, escribe que tendrá “laboratorios de investigación en áreas tecnológicas de aplicación en Bolivia, como (ser) la exploración de hidrocarburos, petroquímica, telecomunicaciones, minería, medicina, recursos evaporíticos, etcétera, y una incubadora de empresas para promover los hallazgos científicos a nivel empresarial, coordinando con las empresas estratégicas del Estado”.
Por lo tanto, se espera que la Ciudadela Científica se convierta en un importante acelerador de la investigación básica y aplicada con fines empresariales e industriales, si se añade a dicho proceso la soberanía tecnológica, se generarán las condiciones para el desarrollo tecnológico propio de los bolivianos.
Dependencia tecnológica. Es uno de los conceptos contrarios a la soberanía tecnológica, se puede señalar el caso de la industrialización del litio, iniciativa limitada por polos de investigación extranjeros, que exigen el pago del uso de patentes del conocimiento para industrializar dicha materia prima y obligan al Estado a erogar ingentes recursos para generar tecnología propia.
Sobre el tema, dice Luis Arce Catacora, actual ministro de Economía y Finanzas Públicas: “La soberanía tecnológica es clave para un país, se produce tecnología (en) Europa y países como China, Japón, Estados Unidos, donde los Estados pequeños somos tomadores de tecnología. No se puede hablar de una liberación si no hay una liberación tecnológica”, y continúa, “Bolivia tiene muchos recursos naturales, pero somos dependientes de la tecnología para explorarlos y explotarlos”.
Ahora, la materialización de la soberanía tecnológica requiere un cambio en el pensamiento colectivo de la sociedad, para asumir como tarea de corto y mediano plazo la transición de la economía basada en el patrón primario exportador a una economía basada en el conocimiento.
Este cambio demanda como tarea inicial (entre otras), la mejora en el sistema educativo en general y de manera particular, en el sistema universitario público y privado, para que entre sus metas se incluya la formación de investigadores científicos a estándar internacional con altas capacidades de gerencia en investigación y desarrollo e innovación.