Me llamó la atención  el tránsito poético de Jaime Saenz,  esa búsqueda de la trascendencia a través de la escritura… Me  imbuí de su obra y su poética en poco tiempo. En mi arte está así el reflejo de la vida, que es la escena viviente, y es muchas veces más verdadera que la vida misma, que a veces suele  ocultar su verdadero sentido. El teatro es el reflejo fiel de la vida, y es en aquel que mira ese reflejo que la existencia se hace real. Ese es para mí el arte de la representación a la que he abocado mi vida entera.

Son 35 años que venimos parafraseando los textos del poeta. Hicimos No le digas… (1998), un intento de acercarnos a su mundo. Luego vendrían las otras cuatro propuestas, ya acompañado con la productora, gestora cultural, directora y puestista que es Claudia Andrade. No le digas…es el único unipersonal, Santiago de Machaca (2001), Los Cuartos(2004), Aparapita para leer a Felipe Delgado de Jaime Saenz (2013) y Vivir en lo profundo (2019)  contaron  con una gran cantidad de gente, puestas en escena formidables, de alto impacto en el interior y exterior del país.

Las puestas en escena eran de tal magnitud que incluso el Teatro Municipal quedaba pequeño, por  la escenografía y el despliegue de la gente fueron inversiones carísimas. Por supuesto que jamás las recuperamos, lo más importante para nosotros era difundir al autor nacional, mostrar en su verdadera dimensión lo nuestro a través de lo que sabíamos hacer: “teatro nacional por excelencia”.

Sin lugar a dudas, le dimos un sello propio al teatro boliviano, como varias veces lo dije: llegábamos a un festival internacional donde estaban acostumbrados a obras que sin ser nacionales representaban al país. El autor condensó el imaginario paceño en su obra, nosotros fuimos  fieles al trasladar esa atmósfera y esas vidas a la escena, le dimos a esa literatura carne, hueso, voz, color, ritmo,  música… le dimos vida. Esa es nuestra labor como creadores y  actores de teatro.

Por otro lado, es indudable que Saenz influye en mi escritura. Al provenir del teatro clásico queríamos encontrar un punto medio, entre lo popular, que no está reñido con la técnica, y lo que toca los sentimientos más sublimes del ser humano. Logramos esa transición para el teatro nacional, donde íbamos a festivales internacionales se reconocía a nuestro país y se advertían sus raíces, le dimos rostro auténtico y verdadero a nuestras puestas en escena.

De vivir en la urbe enclavada en el Ande, sitio inexpugnable por naturaleza, la tradición, la leyenda y el mito de estos ambientes están vivos. Nada de esto está  afectado por  la modernidad, ni por los nuevos tiempos que corren en este espacio donde la tecnología está plantada firmemente. Igual,  los  personajes del pasado  parecen tener  vida eterna.

Nuestra quinta obra se llama Vivir en lo profundo, porque es el recuento de logros y sinsabores  que nos llevó representar al autor. Así es Saenz, te lleva al abismo para de ahí hacerte perseguir la luz, porque finalmente parece que  el destino del ser humano es advertir que existe la luz y buscarla a toda costa.

Ahora encaramos un nuevo proyecto, Aparapa: La Paz de Saenz, dramaturgia mía bajo la dirección y puesta en escena de Andrade; obra de grupo y  financiado por la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB) que se estrena el 3 de diciembre en homenaje al centenario. El 6 de julio del año en curso realizamos Saenz en nuestra memoria, evento que ya está liberado en YouTube, así como No le digas…y Los Cuartos. El 8 de octubre, cumpleaños de Jaime Saenz, liberamos Aparapita para leer a Felipe Delgadode Jaime Saenz y Vivir en lo profundo.

Nosotros no solo contribuimos a la difusión de su literatura, a que haya la avidez de leer sus libros, a que se hable de él, sino a que surja una admiración por lo nacional. Recuerdo que la poetisa Blanca Wiethuchter en su última aparición en público hablando de nuestro trabajo y de Saenz dijo algo que para nosotros es muy importante: “…el actor es más fiel al poeta que el poeta a sí mismo…”.

Sabemos y somos conscientes que hicimos una labor escénica monumental, pues con el estreno de diciembre son seis obras sobre el escritor. Ayudamos y contribuimos enormemente  a erigir la figura del grande Jaime Saenz.

Junto a Claudia y a nuestro elenco seguiremos festejando y celebrando la existencia de Saenz, difundiendo nuestro trabajo en giras nacionales e internacionales. El teatro tiene llegada a la gente sencilla, común, a la gente de a pie, y ese espíritu popular que develamos haciendo sus textos está presente y está vivo en nuestras obras.

Fotos: Mondacca Teatro y Archivo La Razón