La Paraba Frente Roja ¡Las queremos libres!
Los fotógrafos Daniel Alarcón y David Grunbaum publicaron el libro ‘Cautivos’.
La Asociación Civil Armonía impulsa una campaña de sensibilización para proteger a esta especie que está en peligro de extinción.
Paraba o guacamayos
Las acciones de la especie humana están destruyendo nuestro único hogar, el planeta Tierra. Cuidar a la Madre Tierra y a la naturaleza es un deber de toda la humanidad. “El cambio climático, los cambios provocados por el ser humano en la naturaleza, así como los crímenes que perturban la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola y ganadera intensiva o el creciente comercio ilegal de vida silvestre, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta”, afirmó la Organización de las Naciones Unidas en su mensaje del 22 de abril, que se conmemoró el Día Mundial de la Tierra.
Alrededor de un millón de especies en el mundo son amenazadas y se encuentran en peligro de extinción. La naturaleza y la fauna silvestre son esenciales para la salud de los ecosistemas. Los animales silvestres son presas de múltiples amenazas que representa la actividad humana en los entornos donde habitan. Muchas especies son víctimas de la caza furtiva, el tráfico y el comercio ilegal que los asecha constantemente.
La paraba Frente Roja, en peligro
Las aves silvestres, como las parabas o guacamayos, como se las conoce en otras partes del mundo, son víctimas del tráfico y comercio ilegal. Su belleza e inteligencia las hace vulnerables ante la codicia de personas que, por falta de información y conciencia, quieren tomar posesión sobre ellas, cual mascotas; tenerlas como un elemento decorativo en los patios o jardines de sus casas, o entre rejas, cautivas por el resto de sus vidas. Esta práctica aún continúa en nuestro medio local, como un elemento cultural que es necesario reflexionar, para evitar la extinción y el sufrimiento de aves silvestres en Bolivia. Por esto se debe generar cambios de comportamiento con el propósito de salvar la vida de especies que están en peligro crítico de extinción, como es el caso de la paraba Frente Roja.
¡Las queremos libres! Ese es el nombre de la campaña de sensibilización, comunicación y educación ambiental que impulsa la Asociación Civil Armonía, especializada en conservación de aves en Bolivia, con el apoyo y compromiso de instituciones culturales aliadas como el Centro Cultural de España en La Paz (Camacho 1484), donde la noche del viernes 21 de abril fue anunciada públicamente. Asistieron a este acto el embajador de España, Javier Gassó, en calidad de anfitrión y el embajador de Gran Bretaña, Jeff Glekin, como invitado especial, porque el “Programa de Conservación de la Paraba Frente Roja” cuenta con el apoyo de Illegal Wildlife Trade y UKaid. También estuvieron presentes autoridades nacionales; el director de Armonía, Rodrigo Soria, y directivos de esta institución, los autores del libro Cautivos y público en general.
Dicha campaña, que cuenta también con el apoyo de la Fundación Patiño, se caracteriza por la presencia de expresiones artísticas como la fotografía y la danza, que se han puesto al servicio de esta causa que busca conmover y llamar a la acción, sobre el valor que tiene la vida silvestre. ¿Qué seríamos sin la belleza que nos otorga la naturaleza, los animales, los árboles, la vegetación, el paisaje?
Armonía, junto a los centros culturales aliados, impulsará una serie de actividades educativas e informativas dirigidas a diferentes públicos, que se llevarán a cabo en el transcurso de este año, a partir de abril.
En la ciudad de La Paz habrá charlas, conversatorios, exposiciones de fotografías e intervenciones artísticas, con la pieza en danza creada por el coreógrafo Francisco Centeno Rodríguez, en diferentes espacios culturales y ferias de circulación masiva de público, que se repetirán en las ciudades de Cochabamba, Santa Cruz y Sucre; así como, en los ámbitos rurales del departamento de Potosí.
En el acto de lanzamiento de la campaña se presentó también el “Plan de Acción para la Paraba Frente Roja” (Ara rubrogenys) 2022-2032. Este plan de acción es fundamental para impulsar a en todo el país la conservación de esta especie, puesto que se constituye en una herramienta clave para prevenir la extinción.
El arte es capaz de conmover
La campaña incluye una muestra fotográfica, de un alto nivel artístico y de una conmovedora sensibilidad, que expresan en su libro Cautivos, los fotógrafos naturalistas Daniel Alarcón (España) y David Grunbaum (Bolivia), quienes, con el auspicio de Armonía, han publicado un trabajo que registra imágenes de aves que han sido rescatadas del tráfico ilícito y, si bien su belleza es parte de su naturaleza, el hecho de saber que muchas de ellas no logran sobrevivir en estado de cautiverio es lo que debe llevarnos a contribuir a que las personas no quieran tenerlas como mascotas.
“Nuestra intención es propiciar un cambio de paradigma en la mentalidad de una población acostumbrada a comprarlos por canales ilícitos para enjaularlos en sus casas de por vida”, expresan los artistas, cuyo trabajo mereció el prólogo del actor y activista medioambiental estadounidense Leonardo DiCaprio, quien inscribe en la apertura del libro para darle una dimensión internacional, porque este problema es de alcance mundial:
“Cada año, miles de loros silvestres son capturados y comercializados ilegalmente en toda América Latina para el comercio de mascotas, provocando un descenso vertiginoso de sus poblaciones silvestres. En un nuevo proyecto Daniel Alarcón y David Grunbaum capturan imágenes impactantes de loros y guacamayos que han sido rescatados del tráfico de mascotas y de la caza furtiva. Esperamos que sus imágenes inspiren acciones de conservación de especies que ya están amenazadas a nivel mundial. Leonardo DiCaprio, Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas para el Cambio Climático”.
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La danza también forma parte de esta campaña a través de una pieza de 10 minutos de duración, aproximadamente, creada por el coreógrafo costarricense Francisco Centeno Rodríguez y ejecutada por la bailarina boliviana Romina Ríos (que interpreta a la paraba Frente Roja), con música de Kronos Quartet. Con esta pieza, que recorrerá varios espacios culturales, con al menos 12 presentaciones en la ciudad de La Paz en el transcurso de mayo a agosto, se busca también llegar y sensibilizar a las personas.
“Crear este solo ha sido una experiencia para expresar la armonía entre el cuerpo y la libertad. Este pichón de ave que representa la bailarina, busca motivar a las personas para que, con pensamiento inteligente, no busquen tener a la paraba ni a cualquier otra ave en cautiverio. La mayor expresión del ser humano y de la propia naturaleza es la libertad”, expresó el coreógrafo, para quien la danza es un texto directo para hablar de la libertad.
Educación para la conservación
Tjalle Boorsma es especialista en conservación de bosques, naturaleza y ecología terrestre, con estudios en la Universidad de Wageningen de los Países Bajos. Trabaja en Asociación Armonía desde hace ocho años, dirigiendo los programas de Conservación. “En los años 70 y 80 había un interés muy fuerte por estas aves en países como Estados Unidos, así como en Europa (ahora es más gente de países asiáticos la que quiere tener loros como mascotas). En esa época había un tráfico muy fuerte y no había control internacional en el tema de comercio de animales silvestres. El mercado internacional ha parado en gran parte debido a que existen mayores controles”, explicó Boorsma y añadió que esta situación ha llevado a esta actividad ilícita a la clandestinidad, por lo que saber con exactitud qué cantidad de animales silvestres son movidos por este comercio es un tema complejo.
En Bolivia, el problema es mucho más local. “En todo el mundo a las personas les gusta tener loros, no solo en Bolivia. Hay mucha falta de conciencia y de conocimiento sobre los roles que tienen los animales en el ecosistema. Todas las especies tienen su rol. Cuando una especie ya no esté en el ecosistema, recién vamos a entender qué rol específico tenía, pero para ese momento será demasiado tarde, porque no habrá cómo solucionar este vacío en el ecosistema. Y no estamos hablando solo de loros, como animales más llamativos, hay otras especies como los pajaritos más pequeños que son muy apreciados por sus cantos y corren el mismo destino”.
En Brasil, el tráfico es preocupante. Los datos de este comercio ilegal lo confirman; un reciente informe de la red Globo afirma que alrededor de 35 millones de animales son traficados en Brasil cada año, siendo las aves las más codiciadas.
“Mientras que, en Bolivia, en el caso específico de la paraba Frente Roja o la paraba Barba Azul no es tanto el mercado internacional sino que el tema de tráfico se da para obtener alguna ganancia por la venta de un loro. Ahí es que los matan, y a los que no los matan los cazan y los venden en el mercado local a familiares, algunos llegan a la ciudad”, describió Boorsma, quien además explicó que uno de los principales problemas, en el caso específico de la paraba Frente Roja, es el conflicto con los agricultores. Además está la demanda de la gente que las quiere como mascotas, por ser animales muy bellos, sociables e inteligentes.
Y aunque el tráfico, transporte y exportación de animales silvestres está prohibido en Bolivia, el hábitat de la paraba Frente Roja está siendo deteriorado por la tala indiscriminada de árboles nativos y el sobrepastoreo de cabras. El problema de fondo es la ausencia de información y la falta de conocimiento del equilibrio necesario que debe existir entre la actividad humana y la naturaleza.
“La falta de conocimiento de las personas que tienen una paraba en cautiverio, por ejemplo, es que no están conscientes de la biología de estas especies. No estamos hablando ya de su rol en el ecosistema o de si es endémica de un lugar. Un ejemplo es el caso de la paraba Barba Azul (la otra especie endémica de Bolivia que habita los bosques ribereños y palmares del departamento del Beni), que diariamente vuela entre 10 y 25 kilómetros por día; si está en una jaula y no puede volar esas distancias se le está causando mucho daño. Se le ha colocado un GPS, por ejemplo, en su momento de migración, y se tiene datos de que vuela entre 80 y 100 kilómetros. Es una falta de conocimiento de la biodiversidad con la que convivimos”, agregó el especialista de Armonía.
Turismo y conservación
La Asociación Civil Armonía es una organización sin fines de lucro que trabaja más de 20 años en la conservación de aves de Bolivia y sus hábitats, mediante el fortalecimiento de las comunidades locales. Tiene 14 programas de conservación y desarrollo sostenible en todo el país.
Entre estos está la “Reserva Comunitaria Paraba Frente Roja”, una iniciativa de turismo comunitario para salvar a esta especie que impulsa Armonía, en coordinación con las comunidades de las zonas que habitan la región sur de Cochabamba. Se trata de un territorio con paisajes desérticos que se caracteriza por el hábitat seco y soleado de los valles andinos. Ubicada a pocos kilómetros de Perereta, por la carretera entre Saipina y Aiquile, cubre 50 hectáreas, con senderos y vistas panorámicas de los acantilados.
En la zona se encuentran pinturas rupestres y vestigios de la cultura Omereque, como la fortaleza Tunas Mok’o. Armonía ha encontrado en esta iniciativa de eco y aviturismo un modo en que las comunidades puedan generar ingresos, cuidar su hábitat y preservar no solo a la paraba Frente Roja, sino también a otras especies como la cotorra de los acantilados y el tordo boliviano, que solo se encuentran en Bolivia y que habitan en esa zona.
“Llegan turistas que pagan 150 dólares para fotografiar a las parabas en estado libre, de esta forma las comunidades tienen un ingreso económico muy distinto por conservar a la paraba Frente Roja. Trabajamos con tres comunidades de Perereta, San Carlos y Amaya, que junto a Armonía estamos haciendo actividades. Nosotros estamos ahí para apoyar y está funcionando muy bien. Los ingresos económicos se dividen en cuatro: entre las tres comunidades y un cuarto es destinado para el mantenimiento de la Reserva. Nosotros participamos del comité de esta reserva para asegurar que se hace un buen mantenimiento de los senderos y ayudar en la promoción”, dijo Tjalle Boorsma.
El informe anual de Armonía referido al tema del aviturismo afirma que esta actividad se habría reactivado el año pasado, después de haber sufrido una baja significativa a consecuencia de la pandemia por COVID-19. “La buena noticia es que en 2022 recibió el mayor número de visitantes de su historia (94 turistas), lo que representó para las tres comunidades locales un ingreso de alrededor de 15.315 dólares, de los cuales una cuarta parte se reinvierte en el mantenimiento del albergue y la promoción, dice el informe anual de la gestión 2022.
Texto: Tania Delgadillo Rivera
Fotos: Daniel Alarcón y David Grunbaum