La neutralidad está por expirar internet cambiará
Expertos. Uno de los riesgos es el alza del costo de acceso a contenidos.
El internet tal como se conoce hoy puede tener los días contados luego de que EEUU —por donde pasa más del 60% del tráfico global de datos— revocara el “principio de neutralidad” del servicio, algo que en Bolivia subiría el precio de acceso a contenidos.
El 14 de diciembre del año pasado, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) estadounidense derogó el principio de neutralidad de la red, que a través de una norma obliga desde 2015 a los proveedores de estos servicios (ISP) a tratar los contenidos de forma igualitaria, sin discriminar el tipo de datos, lo que salvaguarda el internet como un servicio público de libre e igual acceso.
“En Latinoamérica podrían haber contenidos, como los académicos, que tengan menos preferencia a la hora de circular por las redes, porque no les dan dinero a las telefónicas” a cargo de conectar los usuarios a la red informática, consideró Luis Rejas, miembro del colectivo ciudadano Más y Mejor Internet para Bolivia.
La polémica decisión de la FCC se debate al momento en el Congreso de ese país para su ratificación final o anulación.
“En caso de que dicha neutralidad se elimine” definitivamente, “es muy probable que en un par de meses el internet cambie drásticamente en todo el mundo (…). Si eso pasa, el internet en Bolivia será más caro de lo que actualmente es”, advirtió Iván Gutiérrez, experto en tecnologías de la información y de la comunicación.
Este medio solicitó a la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) información sobre los impactos que tendrá en el país la revocatoria del principio, pero no recibió respuesta hasta el cierre de la presente edición.
En el momento en el que la regulación comience a aplicarse, las ISP estadounidenses podrán —en teoría— decidir qué sitios web bloquear o ralentizar, lo que podría conducir a la creación de un internet de “dos velocidades”.
Plataformas. Se prevé que como consecuencia de la derogación del principio de neutralidad, en el país “se tenga que pagar por el tipo de servicio, no por la velocidad de conexión”, afirmó Gutiérrez.
“Los contenidos que no sean de importancia para el ISP irán por una conexión lenta”, agregó. “El servicio de internet se paquetizará sobre la base de planes. Se tendrá un plan para los servicios de streaming (de transmisión continua de contenido multimedia, como Netflix) para el que se pagará más y habrá otros planes” con diferentes precios para “correos electrónicos, redes sociales y así sucesivamente”, precisó.
El experto agregó que esto sucederá porque “todo” el tráfico de datos del país pasa por Estados Unidos (EEUU).
“Entonces, la conexión entre nuestros propios ISP se verá afectada y trabajará bajo el mismo esquema” estadounidense. “Es decir, la velocidad a la que se accederá a un tráfico será más lenta que otra. Y al final del día esto pasará al cliente”, sostuvo Gutiérrez.
Rejas, también miembro del directorio del Capítulo Boliviano de la global Sociedad de Internet, coincidió en que existe el “riesgo” de que este tipo de medidas afecte los bolsillos del usuario final, aunque eso —matizó— dependerá de la estrategia de desarrollo que las empresas quieran aplicar en el mercado nacional.
Por ejemplo, si compañías estadounidenses como Netflix decidirán pagar más por un mayor ancho de banda, transferirían ese costo a sus clientes bolivianos, con lo que el precio de las suscripciones para el usuario subiría.
Otra forma en la que la derogación del principio de internet se vería reflejada en América Latina, dijo el ciberactivista, es la tendencia que tienen los países de la región a “copiar” y aplicar en sus propios mercados la legislación tecnológica que rige en Estados Unidos, donde tienen origen las mayores industrias del sector.
Consultada sobre los posibles impactos que causarán estos cambios en Bolivia, Telecel (Tigo) —segundo mayor operador del mercado de telefonía e internet móviles— sostuvo: “Consideramos que lo que debe primar siempre son los intereses y necesidades de los usuarios y, bajo esta premisa, una definición estricta de neutralidad de red puede significar también restricciones en las modalidades de servicio que pueden ser ofertadas al usuario”.
Desarrollo. “Hemos visto en varios países que la ausencia de normativa específica sobre neutralidad de red no ha significado una distorsión en el mercado del internet como auguraban varias organizaciones”, agregó la empresa de telecomunicaciones en respuesta a un cuestionario enviado por este medio.
Según la agencia de noticias AFP, los defensores de la neutralidad sostienen que la decisión de la FCC afectará a los más pobres o pequeños empresarios, con suscripciones más caras por una mayor velocidad o el bloqueo de algunos servicios de la competencia, como el video a la carta (streaming), la telefonía por internet o los motores de búsqueda.
Pero para la Comisión Federal de Comunicaciones, siempre con base en la misma fuente, las reglas actuales meten en un mismo paquete a los operadores de telecomunicaciones y a los servicios públicos, e impiden la inversión en nuevos servicios que necesitan banda ancha, como la videoconferencia, la telemedicina y los vehículos conectados.
Perspectivas. De acuerdo con el profesor de derecho Tim Wu, a quien se debe el término “neutralidad de la red”, el principio general se remonta a la década de 1970. Los reguladores querían impedir que AT&T, que entonces poseía el monopolio de las telecomunicaciones, obstaculizara el surgimiento de nuevas compañías telefónicas. A principios de la década de 2000, los intentos de regular el naciente mundo de internet fracasaron, y varias decisiones judiciales se negaron a equiparar a los ISP con las “empresas de telecomunicaciones”.
No fue hasta 2015, bajo el gobierno de Barack Obama, que la autoridad de comunicaciones pudo equiparar a estos proveedores de acceso a internet de banda ancha con compañías de telecomunicaciones, pero usando una ley que databa de 1934.
Hasta el martes, un total de 40 senadores demócratas estadounidenses anunciaron que apoyarán en la Cámara Alta una propuesta para impedir la decisión de la FCC, informó la agencia internacional de noticias EFE.
‘No vemos una incidencia directa en el mercado’
Wálter Vásquez
Dos de las tres principales empresas de telecomunicaciones que operan en el mercado boliviano consideran que la derogación del principio de neutralidad del internet en Estados Unidos (EEUU) no afectará —al menos de manera directa— la forma en que se brinda el servicio en el país.
El 14 de diciembre del año pasado, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) estadounidense derogó el principio de neutralidad de la red, que a través de una norma obliga desde 2015 a los proveedores de estos servicios (ISP) a tratar los contenidos de forma igualitaria, sin discriminar el tipo de datos, lo que salvaguarda el internet como un servicio público de libre e igual acceso.
“No vemos que la determinación de la FCC de Estados Unidos tenga de forma directa una incidencia en nuestro mercado, ya que Bolivia cuenta con normativa propia al respecto”, indicó Telecel (Tigo) en respuesta a un cuestionario enviado por La Razón.
“Bolivia tiene sus propias normas respecto de neutralidad de red y éstas no son influenciadas o afectadas por lo que haya aprobado la FCC”, sostuvo a su vez Nuevatel (Viva) a modo de atender las consultas de este medio.
Varios. “Consideramos que lo que debe primar siempre son los intereses y necesidades de los usuarios y, bajo esta premisa, una definición estricta de neutralidad de red puede significar también restricciones en las modalidades de servicio que pueden ser ofertadas al usuario. Hemos visto en varios países que la ausencia de normativa específica sobre neutralidad de red no ha significado una distorsión en el mercado del internet como auguraban varias organizaciones”, agregó Telecel.
Este medio envió también a la estatal Empresa Nacional de Telecomunicaciones una lista de preguntas para conocer los posibles efectos de este cambio en el país, pero no recibió respuestas hasta el cierre de esta edición.
La Constitución considera a las telecomunicaciones como servicios básicos, mientras que la Ley 164 General de Telecomunicaciones establece que uno de los principios por los que se rige el sector es la “neutralidad tecnológica”.
“El Estado fomentará la libre adopción de tecnologías, en el marco de la soberanía nacional y teniendo en cuenta recomendaciones, conceptos y normativas de organismos internacionales competentes e idóneos”, añadió.