Sueldos en Venezuela, de extrema pobreza
La República Bolivariana afronta una severa crisis económica.
El salario mínimo en Venezuela, fijado por el chavismo gobernante, condena a los trabajadores del país a la pobreza extrema pues se ubica en $us 1,20 diarios, por debajo del umbral de la miseria que estableció la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En los Objetivos de Desarrollo Sostenible la ONU explica que la pobreza extrema es medida por un ingreso diario inferior a $us 1,25 y, como tarea primaria, llamó a los Estados miembro a erradicar esta problemática más tardar en 2030.
Hoy Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo del planeta, ofrece a su sector productivo un ingreso que le mantiene en la miseria justo en medio de una severa crisis económica que se traduce en hiperinflación, escasez generalizada y la depauperación de todos los servicios.
El control de cambio que rige desde 2003 en el país sudamericano, que otorga el monopolio de las divisas al Estado, ha arrojado al menos dos formas de comparar el poder adquisitivo de los ciudadanos según la tasa oficial o de acuerdo al mercado paralelo que define en la actualidad casi la totalidad de la actividad económica.
Así, un dólar estadounidense costaba el 20 de julio 144.000 bolívares según el Banco Central, por lo que el salario mínimo integral (5,19 millones de bolívares) equivale a $us 36, casi la mitad de la relación oficial entre la moneda estadounidense y la local de mayo cuando el Ejecutivo decretó este monto mensual, que ha sido subido cuatro veces este año.
Desde cualquier punto de vista, más de la mitad de los trabajadores del país caribeño —que devengan el salario mínimo— son incapaces de cubrir sus necesidades más básicas sin mencionar las consecuencias que esto conlleva para las familias con un único ingreso mensual.
A modo de ejemplo, un obrero que trabaje 30 días no podrá pagar a final de mes ni siquiera un kilo de carne de res que está por encima de los 5.19 millones de bolívares y cuyo precio aumenta 2,8% cada día en medio de la espiral hiperinflacionaria, de acuerdo con datos del Legislativo.
Según la Encuesta sobre Condiciones de Vida, que realizan anualmente las principales universidades del país, el 64% de los consultados reportó haber perdido un promedio de 11 kilos en 2017 por no poder acceder a los alimentos.