‘Tejiendo historias’ vuelve a las pasarelas
Artesanías. Mujeres de 18 comunidades pasan de los palillos a las tejedoras.
“Nunca imaginé llegar a un hotel de cinco estrellas y mostrar mis tejidos”, expresa con satisfacción Angélica Huanca, de Pelechuco, quien pasó de elaborar prendas con palillos a fabricarlas con telares, gracias a un proyecto que culminó en un desfile de moda.
“Manejo integral camélido con aprovechamiento de fibra” se inició hace dos años y medio y benefició a 380 familias, en 18 comunidades, de 10 provincias de La Paz.
La iniciativa, que tiene el objetivo de promocionar la producción textil y de fieltro del altiplano, llegó a su cúspide, el 12 de octubre, con el lanzamiento de la colección “Tejiendo historias” 2018-2019, que por segundo año consecutivo introducirá este esfuerzo en los mercados urbanos.
Los atuendos son fruto del trabajo decidido y perseverante de 22 asociaciones de artesanas, que recibieron asistencia técnica continua y que adquirieron capacidades en innovación; tallas y medidas; manejo de color, diseño de prendas y accesorios, e identificación de tendencias de moda.
“Antes no sabíamos qué era una talla ni los modelos; ahora ya sabemos cómo diseñar y conocemos las tallas y las medidas al gusto del cliente”, dice Huanca, de la Asociación Nueva Esperanza.
“Nos hemos capacitado para hacer chompas, vestidos y mantillas en diferentes modelos”, añade Teresa Choque, de la Asociación Flor Andina, comunidad Sarcota de Charaña, donde la población subsiste con la cría de llamas, alpacas y vicuñas.
“En la frontera con Perú y Chile no da ningún producto agrícola, allí vivimos de los camélidos. Ahora ya tenemos un apoyo para hacer estudiar a nuestros hijos”, afirma la artesana, quien recibió una máquina tejedora.
La primera colección, lanzada el año pasado, permitió que todas las artesanas pasen de vender sus prendas solo en ferias rurales a ofrecerlas en mercados urbanos, y con buena aceptación.
Algunas de las asociaciones, por ejemplo, lograron contratos con tiendas de alta gama, como Walisuma, destaca Ronald Pereira, secretario de Desarrollo Económico y Transformación Industrial de la Gobernación, quien señala que el proyecto requirió una inversión de Bs 3 millones.
“Aún hay que ampliar más nuestra base, para que el éxito que logramos en este y el año pasado nos siga demandando mayor producción”, adelanta.
“Antes nosotras tejíamos para vestirnos y no para vender; ahora que ya hemos aprendido necesitamos capacitarnos aún más. No es suficiente, queremos una planta de hilandería y más maquinaria”, sostiene Choque.
“Yo trabajo la fibra de alpaca, pero a muchas nos falta hacer tejidos con diseños a la moda, hace falta más máquinas”, considera Asunta Barrera, de la Asociación Sol Naciente, de Charazani.
PLAN. Pereira adelanta que el apoyo a los productores paceños continuará. “Vamos a abocarnos a otras comunidades con otro tipo de producción y con una cobertura territorial mayor”, resalta.
“Queremos lograr que en el altiplano sur y norte todas las asociaciones que se dedican a la producción textil entren en este programa y reciban capacitación. Queremos lograr una producción diferente con base en innovación y tecnología”, agrega.
Roció Paco, directora de la Secretaría Departamental de Desarrollo Económico y Transformación Industrial, recuerda que esa institución apoya a las unidades productivas con diferentes proyectos y resalta que es de vital importancia la participación activa de las unidades productivas, para que de esa manera se pueda apoyar a las mujeres emprendedoras y visibilizar su trabajo en los mercados.
ARTESANAS PACEÑAS CON VALOR AGREGADO
‘Ahora ya sabemos de diseños’
Angélica Huanca, de Pelechuco
“Antes tejíamos por tejer, ahora ya sabemos de modelos, de diseños, con la capacitación que nos han dado. Tenemos una diseñadora que nos ayuda”.
‘Ya tejemos con máquinas’
Teresa Choque, de Sarcota
“En la frontera vivimos de nuestro ganado, llamas y alpacas. Gracias a la ayuda hemos accedido a máquinas tejedoras y nos capacitaron para hacer chompas”.
‘Necesitamos más máquinas’
Asunta Barrera, de Charazani
“Con la ayuda ya sabemos trabajar la fibra de alpaca, pero necesitamos más máquinas, porque seguimos haciendo el tejido de guantes y gorros a mano”.