Dónde es mayor el trabajo de cuidado?
Para la mayor parte de las mujeres, la brecha de género va más allá de diferencias salariales
La población potosina es la que más trabajos de cuidado requiere en Bolivia, según un estudio que denuncia que esta responsabilidad —que en el país recae principalmente en las mujeres— reduce las oportunidades de de- sarrollo y la participación política.
El cuidado de niños, adultos mayores y personas enfermas o con discapacidad es muy importante “para el bienestar de la sociedad y el propio sistema económico” internacional, según Oxfam, que el 20 de enero, en la víspera del inicio del Foro Económico Mundial de Davos, lanzó el informe global Tiempo para el cuidado, el cual denuncia que “la desigualdad económica está fuera de control”.
“Esta enorme brecha es consecuencia de un sistema económico fallido y sexista que valora más la riqueza de una élite privilegiada, en su mayoría hombres, que los miles de millones de horas del esencial trabajo de cuidados no remunerado o mal remunerado que llevan a cabo fundamentalmente mujeres y niñas en todo el mundo”, indica el grupo de organizaciones no gubernamentales.
El informe incluye datos sobre Bolivia que se presentaron el año pasado, como que 4,5 millones de personas requieren atención por su condición de dependencia y que las bolivianas dedican cerca de siete horas diarias a trabajos de cuidado (casi el doble que los hombres), lo que afecta su derecho al trabajo y la educación, así como su participación en la política.
Pero también contiene datos nuevos, como que la mayor cantidad de población que necesita cuidado está en Potosí (el 40,1% del total), departamento al que le siguen Chuquisaca (38,5%), Beni (38,3%), Pando (37,6%), Cochabamba (36,1%), Santa Cruz (36%), Tarija (35,5%), La Paz (34,6%) y Oruro (30,9%), según una encuesta nacional realizada en 2018.
Otro hecho que muestra la necesidad de redistribuir el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado es que en Bolivia existe la probabilidad de que el 74% de las mujeres ingresen al mercado laboral, una proporción que se reduce a 68% si ésta se ocupa de un menor de edad, a 63% si atiende a dos niños y a 50% si cuida a tres.
En el eje troncal, asimismo, el 74% de los hombres de Cochabamba afirma que se dedica a tareas domésticas, el 64% en La Paz y el 56% en Santa Cruz; mientras que el porcentaje de mujeres que reconoce cumplir con esa labor es de 96% en el primer caso, de 91% en el segundo y de 96% en el tercero.
“Para que exista una mayor equidad en la distribución del trabajo no remunerado de cuidado y doméstico, el cuidado debería ser primero reconocido y valorado porque es el pilar de la sostenibilidad de la vida. Por ello, deberían intervenir con acciones todos los actores llamados a contribuir en el bienestar de la sociedad”, dijo a La Razón Verónica Paz, coordinadora del estudio en el país.
MEDIDAS. La especialista detalla que el Estado, desde sus niveles nacional y local, debe garantizar la provisión e infraestructura de servicios de cuidado de calidad para niños y personas de la tercera edad y con discapacidad; generar información sobre las necesidades de cuidado que varían en cada contexto y en cada tiempo; y aprobar leyes a favor de la corresponsabilidad social y pública.
También son necesarias políticas laborales desde el Estado y el sector privado que mejoren las condiciones para quienes cuidan, contribuyendo así a una atención de mayor calidad. Entre estas decisiones están la igualación de la baja por paternidad a la de maternidad (45 días), y los permisos o licencias para personas que tienen la responsabilidad del cuidado de personas enfermas y con discapacidad.
También son importantes las políticas de regulación que existen y no se cumplen, como la obligatoriedad de que existan servicios de cuidado infantil en establecimiento públicos y privados con más de 50 trabajadores.
Son indispensables, por último, las políticas que ayuden a desmontar imaginarios sexistas sobre el trabajo remunerado y no remunerado. Con este fin, medios de comunicación y el sector privado pueden diseñar estrategias de comunicación y sensibilización sobre la corresponsabilidad de hombre y mujeres en el cuidado, como un principio de justicia económica y social. Desde el Estado, las estrategias educativas también están llamadas a formar a las nuevas generaciones con el reconocimiento del cuidado como una responsabilidad de todos.
“Se trata al final de que la responsabilidad que ha recaído históricamente en las mujeres sea compartida entre el Estado, la comunidad, el sector privado y las familias —y al interior de éstas hombres y mujeres—. No se trata de que la familia y las mujeres dejen de cuidar, sino que todos los llamados a proveer el bienestar pongan su parte”, sostuvo Paz.
Desigualdad fuera de control
Informe
En 2019, los 2.153 milmillonarios que hay en el mundo poseían más riqueza que 4.600 millones de personas.
Tiempo
Las mujeres y niñas de todos los países dedican 12.500 millones de horas diarias al cuidado de otras personas, sin remuneración.
Riqueza
El 1% más rico de la población mundial posee más del doble de la toda riqueza que poseen 6.900 millones de personas.
Atención retiene en el hogar a 8 de cada 10 mujeres
Solo el 5,5% de los hombres del país está sin trabajo por causas de cuidado en el hogar
La mayor presencia de niños y niñas en los hogares más vulnerables provoca una sobrecarga de trabajo de cuidados para las mujeres de esos hogares, lo que a su vez limita sus posibilidades de tener una mayor participación en el mercado laboral. En Bolivia, el 84,7% de la población femenina de 15 a 64 años que se encuentra sin una fuente de trabajo está así por razones familiares.
En el caso de la población masculina, la proporción de hombres en ese mismo rango de edad que están fuera del mercado laboral por causas familiares es de apenas 5,5%, según el estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) La autonomía de las mujeres en escenarios económicos cambiantes, preparado para la XIV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se realizó en Santiago de Chile del 27 a 31 de enero.
La investigación, efectuada en nueve países de la región, concluye que “la principal barrera para la plena inserción de las mujeres en el mercado laboral es el trabajo doméstico y de cuidados”.
SITUACIÓN. El documento detalla que en Bolivia, Chile, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Uruguay y Venezuela el promedio de desempleadas por motivos familiares es de 70,2%, mientras que la proporción de desocupados por esas mismas razones es de 5,52%.
“Cuidar de los demás, cocinar, limpiar y recoger agua y leña son tareas diarias esenciales para el bienestar de la sociedad, las comunidades y la economía. La pesada y desigual responsabilidad del trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres perpetúa tanto las desigualdades económicas como la desigualdad de género”, advierte Oxfam en su informe Tiempo para el cuidado. El trabajo de cuidados y la crisis global de desigualdad.
“Esto tiene que cambiar. Los gobiernos de todo el mundo deben tomar medidas urgentes para construir una economía más humana y feminista que valore lo que realmente importa para la sociedad, en vez de alimentar una carrera sin fin por el beneficio económico y la acumulación de riqueza”, agrega.