Los temas de América Latina en la ONU
Tomás H. Guevara
Las consecuencias de la crisis económica global afectan a América Latina, sus economías y condiciones de gobernabilidad.
OPINIÓN
La ONU celebra su 77ª Asamblea General en un contexto marcado por la guerra en Ucrania, la crisis económica y los riesgos de una recesión global. América Latina llega a la cita con sus propias preocupaciones.
Los 33 países latinoamericanos comenzaron sus disertaciones ante la 77ª Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el martes pasado. Los presidentes de Brasil, Honduras, Guatemala, El Salvador y Chile, ante el foro de naciones, llegan —como la mayoría del resto de países— en momentos de turbulencia económica y desigualdad.
La elevada inflación ha tocado picos históricos en más de 40 años en potencias económicas como Estados Unidos —con el registro en junio de hasta el 9,1% de inflación— ha sido un golpe en el bolsillo de los latinoamericanos que arrastran todavía una lenta recuperación pospandemia.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su informe más reciente, ha dicho que la región afronta “un escenario de bajo crecimiento y aceleración inflacionaria que presenta la economía global” que, aunado a un menor crecimiento del comercio “y el endurecimiento de las condiciones financieras globales, afectarán negativamente a los países de la región”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió recientemente que esta Asamblea General “se reúne en un momento de gran peligro” porque “las brechas geoestratégicas son las más amplias desde al menos la Guerra Fría”, lo que dificulta dar una respuesta a los “dramáticos desafíos que enfrentamos”.
El titular del máximo organismo del consenso global ha dicho que este es un contexto que está marcado por los efectos del cambio climático, que ha desatado olas migratorias, ha profundizado la pobreza en amplias regiones del mundo y, más peligroso aún, ampliado la desigualdad.
“Nuestro mundo está arruinado por la guerra, azotado por el caos climático, marcado por el odio y avergonzado por la pobreza, el hambre y la desigualdad (…) la crisis del costo de la vida está golpeando más duramente a las personas y comunidades más pobres, con efectos dramáticos”, opinó recientemente Guterres en rueda de prensa.
Guterres ha manifestado su preocupación acerca de que los países en desarrollo carecen de espacio fiscal “y no tienen acceso a los recursos financieros necesarios para recuperarse de la pandemia de COVID-19 y proteger a su gente del impacto devastador del cambio climático”.
En este contexto, llegan las naciones latinoamericanas al encuentro de presidentes, delegaciones gubernamentales y de la sociedad civil, que este año se reúnen en Nueva York bajo el título: “Un momento decisivo: soluciones transformadoras para desafíos entrelazados”.
DESIGUALDAD.
Un estudio realizado por los investigadores Germán Alarco Tosoni y César Castillo de la Universidad del Pacífico, en Perú, refleja cómo se han profundizado las brechas de desigualdad en el subcotinente americano al medir varios indicadores desde la década de 1980 hasta la llegada de la pandemia.
Se entiende la desigualdad como el efecto de la distribución de la riqueza del país, en polos opuestos: una pequeña minoría acumula más y más riqueza y recursos, mientras amplias franjas se van quedando rezagadas.También cuando el costo de vida se eleva y los salarios son insuficientes para el suplir las necesidades básicas que se van acumulando en el tiempo con un efecto “devastador”, según los expertos.
“La elevada desigualdad tiene impactos económicos, sociales y políticos negativos, hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirma que en lo económico genera un crecimiento más bajo y menos sostenible en el largo plazo”, explica el informe publicado en la red de global de bibliotecas SciELO.
Los investigadores sostienen que una “elevada desigualdad” tiende a promover la formación de “burbujas en los precios de los activos, en la medida que el crecimiento en la demanda se impulsa más por el crédito al consumo que por los sueldos y salarios”.
Los académicos de la Universidad del Pacífico creen que “la elevada desigualad en la riqueza y los ingresos” es una tendencia global con implicaciones que pueden repercutir hasta una década hacia adelante, y que en Latinoamérica se agudizan “compartiendo esta característica con el cambio climático, la degradación del ambiente y el envejecimiento poblacional”.
MIRADA.
La exdirectora del Programa Latinoamericano del Woodrow Wilson Center en Washington DC, Cynthia Arnson, comentó que la región latinoamericana llega a la Asamblea General en situación similar al resto de mercados emergentes del planeta con economías bajo una fuerte presión inflacionaria, no vista en los últimos 25 años.
“Los precios de la canasta básica están en alza, afectando a los pobres especialmente y a la seguridad alimentaria de decenas de millones de personas. La inflación junto con el incremento de las tasas de interés ya afecta la deuda pública”, explica la experta.
Para Cynthia Arnson, que funge en la actualidad como investigadora del Woodrow Wilson Center en la capital estadounidense, es lamentable que temas tan cruciales en la región centroamericana como los retrocesos en la institucionalidad democrática y violaciones a derechos humanos no tengan ningún asomo en la discusión global.
“El autoritarismo y la violación de derechos humanos en Centroamérica desgraciadamente no van a ser un tema en la Asamblea General, menos aún en una cita de los presidentes y autoridades nacionales”, puntualiza Arson.
Por su parte, Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas (AS/COA), centro de análisis económico sobre América Latina en la capital estadounidense, explica que en el contexto de 77ª Asamblea General de la ONU Latinomérica no figura a simple vista con un rol protagónico por varios factores, aunque se esperen intervenciones de los presidentes de los países con economías más significativas.
“Brasil intentará demostrar que la destrucción del Amazonas no es tan mala como se informa, Colombia denunciará la guerra contra las drogas, México puede presentar un plan de paz para Ucrania que será ignorado. Y Gabriel Boric probablemente discutirá temas ambientales”.
Sin embargo, para Farnsworth no se prevé que los mandatarios de la región aborden el tema de “China de manera significativa” y que es muy seguro que se escuchen llamados a las naciones desarrolladas para “que ‘hagan más’ para ayudar con el cambio climático y la recuperación económica, pero no anticipo mucho progreso en los grandes temas”, puntualiza el vicepresidente de AS/COA.
Ese panorama hace que expertos en relaciones internacionales, como Napoleón Campos, aseguren que la “recuperación del multilateralismo” en el mundo será clave en la Asamblea General de las Naciones Unidas y que la misma está en riesgo de perderse.
Tomás H. Guevara Escritor, periodista multimedia y productor.