Política brasileña, más allá de ‘House of Cards’
Ironía. Kevin Spacey dice que ve noticias del día.
Un escándalo de corrupción en la cúspide del Estado, la combinación de escuchas, traiciones, intrigas de poder: muchos internautas brasileños se burlan del terremoto político que sacude al país.
“Un importante hombre de negocios, que tiene buena relación con el presidente, fue detenido en plena crisis política: ¿eso ocurrió en House of Cards, en Brasil, o ambos?”, pregunta maliciosamente la web Nexo, que elaboró un cuestionario que compara la situación de Brasil con guiones de la serie de Netflix, que describe las oscuras maniobras de la política estadounidense.
Un internauta subió a YouTube una parodia de los créditos de House of Cards, con la misma banda sonora y el fondo de cielo azul y nubes, pero cambiando las imágenes de los centros de poder en Washington por sus similares en la futurista capital Brasilia.
Los nombres de los personajes principales desfilan por la pantalla: Dilma Rousseff, en el papel de la presidenta amenazada de destitución; Lula, su mentor y predecesor, sospechoso de corrupción y amenazado con la cárcel. También aparecen Michel Temer (del aliado PMDB), vicepresidente “decorativo” que espera su hora; Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados, cuyas cuentas en Suiza no impiden que avancen los procedimientos del juicio político contra la mandataria, acusada de maquillar las cuentas públicas en 2014 para facilitar su reelección.
La cuenta de Twitter de House of Cards respondió a estos tributos mediante la difusión de un video del actor Kevin Spacey, que interpreta en la serie al presidente de EEUU, el maquiavélico Frank Underwood, quien con una sonrisa sarcástica dice estar ansioso “por ver las noticias brasileñas del día”.
Bajo el disfraz del humor, la confrontación política a menudo se vuelve amarga tanto en la pantalla como en la calle. Adinerados partidarios de la derecha tratan a sus oponentes izquierdistas de Petralhas —en portugués, un juego de palabras con las iniciales del PT y los ladrones de la tira cómica de Disney,
Los Chicos Malos—. Estos a su vez los ridiculizan llamándolos despectivamente Coxinhas (como se denomina a personas de tradición, buenas costumbres y posición).