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Expediente Camacho: de ‘cerrar’ con militares a acordar ‘tumbar’ a Morales en 2019

Camacho

Luis Fernando Camacho, durante la crisis de 2019 y en la actualidad. Fotos: APG-AFP

El proceso por el que Jeanine Áñez fue detenida el 13 de marzo de 2021 estaba signado como “caso Luis Fernando Camacho y otros”, a instancias de la exdiputada Lidia Patty, del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Es el principal señalado de la refriega que en 2019 derrocó al entonces presidente Evo Morales después de las elecciones anuladas del 20 de octubre de 2019.

El miércoles fue aprehendido en un operativo policial inusual, que terminó trasladándolo a La Paz en un helicóptero Súper Puma, a requerimiento del fiscal del caso, Omar Mejillones.

Es acusado por el delito de terrorismo en grado de autor por los hechos precedentes a la renuncia del presidente Morales, el 10 de noviembre, y la proclamación de Áñez, dos días después.

Entonces presidente del Comité pro Santa Cruz, Camacho lideró las protestas desde el 22 de octubre, dos días después de los comicios generales, hasta la renuncia de Morales, el 10 de noviembre.

Una serie de declaraciones y acciones caracterizó al ahora gobernador de Santa Cruz, que luego de proclamación de Áñez se convirtió en su aliado principal.

El ‘punto final’ contra Morales

En un primer cabildo multitudinario en el Cristo Redentor, el 2 de noviembre, Camacho fue contundente. Consideró que la conminatoria a Morales para renunciar será el “punto final”.

Habían transcurrido 11 días del paro indefinido contra lo que consideró “fraude” en las elecciones generales del 20 de octubre.

“Tomemos decisiones mucho más duras para decirle al tirano que tiene 48 horas para renunciar, porque el lunes (4 de noviembre), a las 19.00, en cumplimiento al compromiso del cabildo y el plazo que estamos dando, (…) vamos a tomar determinaciones de que él se vaya”, arengó.

Lea más: Camacho acordó con un dirigente ‘tumbar a Morales’ en 2019; ‘tenía’ 6.000 mineros

Invocación a las FFAA

En ese mismo acto, Camacho invocó a las Fuerzas Armadas y le agradeció el “no aceptar órdenes de disparar contra su pueblo”.

“En este momento tan dramático y crucial de nuestro país, deben estar al lado de su pueblo; no se dejen amedrentar por ambiciones desmedidas. El que gobierna, pasa; el pueblo perdura y Dios castiga”, invocó.

Sucesión con la ‘decana’ del Tribunal Supremo

Al día siguiente, en otro cabildo, Camacho planteó la sucesión de la decana del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). “Queremos que asuma, como tiene que ser, la decana de Tarija de la Corte suprema (María Cristina Díaz Sosa), la única que no es masista”, desafió.

“No pensamos irnos con las manos vacías. Con la carta de renuncia de él (Morales) y de toda la sucesión y de toda la sucesión constitucional no queremos a (Álvaro) García Linera ni a los presidentes del Senado y de Diputados”, reclamó Camacho.

La Constitución actual, promulgada en 2009, establece esta línea de sucesión en caso de la dimisión del Presidente: Vicepresidente, presidente de la Cámara de Senadores y presidente de Diputados.

‘Pliego’ de la Policía

Cuando estuvo en La Paz, entre el 6 y 10 de noviembre, Camacho fue resguardado por efectivos de la Policía Boliviana en su recorrido por la ciudad y un cabildo con los cocaleros.

En el cabildo del 4 de noviembre, el líder cívico propuso a los manifestantes aprobar un pliego de al menos tres puntos a favor de los policías, además de reivindicar a los militares.

“El Gobierno quiso intentar comprar a la Policía con un bono de lealtad de Bs 3.000. Lo intentó con los militares y se lo rechazaron; ellos están con su pueblo”, arengó.

Reclamó “igualdad de condiciones salariales sociales y vivienda al personal, y a la par de las Fuerzas Armadas, jubilación al cien por ciento del haber ganado”.

En el punto 2, sugirió “restituir las unidades tradicionales por su Ley Orgánica de la Policía, la cual es una institución fundamental del Estado”. Se refería al servicio de identificación personal.

Punto 3: “poner en vigencia el plan de carrera de generales de la Policía desde enero de 2020”.

“Solo piden que el pueblo se comprometa en exigir que el próximo gobierno le dé las condiciones a esas dos grandes y nobles instituciones como es nuestra Policía y nuestros militares”, dijo Camacho.

“Decirles a esos policías que su pueblo está con ustedes; a esos militares, agradecerles por esa posición firme de estar con su pueblo, porque ahora es el pueblo el que manda”, insistió.

“Hoy hemos aprobado darle las condiciones a la Policía y eso da la tranquilidad al pueblo, de que sus instituciones están con él”, recordó Camacho al finalizar su discurso en el cabildo.

El 7 de noviembre, cinco unidades policiales del país se amotinaron. Muchos de sus efectivos se quitaron símbolos de la wiphala, emblema nacional, de sus uniformes.

Carta de renuncia de Morales

Desde el primer cabildo, Camacho porfió con la renuncia de Morales, al punto de anunciar una carta con ese fin, para que el mandatario solo la firme.

“Solicitar la renuncia de un presidente no es un acto ilegal, mucho menos inconstitucional, pero aún golpe de Estado”, aclaró en el cabildo del 4 de noviembre.

Ese día leyó una carta que “mandó” a Morales y también la carta de renuncia. “Adjunto el borrador de su carta de renuncia, así, usted, ni siquiera tendrá que redactarla”, comentó.

Prometió a sus seguidores que al volver de La Paz lo haría con la renuncia de Morales. “Dios vuelve a Palacio en los próximos días, eso se los garantizo”, aseguró.

Horas antes de la renuncia de Morales, el 10 de noviembre, Camacho y su par de Potosí, Marco Pumari, además del abogado Eduardo León, irrumpieron en el Palacio Quemado, donde plantaron la Biblia, la carta y una tricolor.

Toma de instituciones

Desde el 4 de noviembre, las movilizaciones en la ciudad de La Paz se caracterizaron por la toma de instituciones. Varias oficinas del Estado fueron asediadas por los manifestantes.

Es que en el cabildo, Camacho propuso esa medida con el fin de evitar que el Gobierno pueda recaudar recursos para “reprimir al pueblo”.

“Todas nuestras instituciones se toman desde esta noche, se resguardan y garanticemos que no entre un peso a este Estado dictador, tirano, violento y asesino”, afirmó Camacho en el cabildo.

‘Cerrar’ con los militares

En su libro Volveremos y seremos millones, Morales denuncia que días antes de su renuncia el Alto Mando de las Fuerzas Armadas exigió balas para contener las protestas.

“10 días antes del golpe, el mando militar pidió reunirnos a solas para informar que los proyectiles que tenían durarían apenas horas en caso de que tuvieran que defenderme, y pedían comprar más balas. Dije que no íbamos a comprar balas para disparar a ningún boliviano”, contó en agosto de 2021.

Además, el exmandatario contó cómo la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) lo desautorizó para usar el avión presidencial la mañana previa a su renuncia.

A finales de diciembre de 2019, Camacho develó que uno de sus aliados fue las Fuerzas Armadas, cuyo comandante de entonces, William Kaliman, sugirió la renuncia de Morales el 10 de noviembre.

Lo hizo durante un acto de descubrimiento de un mural en su honor, en diciembre de 2019. Contó detalles de su llegada a La Paz, su pacto con las Fuerzas Armadas, la Policía Boliviana y un dirigente minero en su afán de buscar la caída Morales.

Entonces circuló un video sobre la develación. “Fue mi padre que cerró con los militares para que no salgan”, se le escucha decir orgulloso el ahora Gobernador cruceño.

“Con la Policía, de la misma manera, fue mi padre. Cuando pudimos consolidar que ambos no iban a salir, fue que dimos las 48 horas (de plazo)”, insiste.

Fue el 2 de noviembre que, en el primer cabildo, Camacho dio ese plazo para que Morales renuncie.

Lea más: Mesa y Camacho, los protagonistas de 2019 y del destino de Áñez

‘Tumbar’ a dinamitazos a Morales

En una segunda parte del video, difundida por La Razón el 5 de octubre de 2021, el otrora líder del Comité pro Santa Cruz cuenta cómo acordó con un dirigente minero “tumbar” a dinamitazos a Morales.

Según su relato, el minero era un dirigente que el 5 de noviembre impidió su ingreso a La Paz. Contó que con él volvió a santa Cruz.

“Cuando cerramos con todo y el día sábado, antes de que renuncie Evo Morales, dice el tipo ‘júntame a toda la gente, a todos los cívicos en la puerta del hotel, voy a dar la cara’”, dice.

“Hasta ese momento solo había hablado conmigo. Ya tenía 6.000 mineros llenos de dinamita para entrar y sacar a Evo Morales”, se le escucha a Camacho en el segundo video.

Camacho cuenta que “la charla fue larga”. “Me dice: ‘Yo te voy a tumbar a Evo Morales, pero prométeme ser presidente’. Yo le dije: ‘Ahorita primero recuperemos la democracia. No, yo te garantizo que lo vamos a tumbar. Pero… Ya, ok, te prometo’”.

Siempre de acuerdo con el video, Camacho recuerda que el minero le pidió “condiciones para trabajar”. “Se le dio las condiciones, se le dio lo que necesitaba y el tipo se fue a trabajar y comenzó a traerme a la gente: llegaron los Ponchos Rojos, los interculturales”, dice.

Pero había un problema: Morales habló antes con el dirigente, al que le pidió resguardar la plaza Murillo debido a que los militares le habían “dado la espalda”.

Camacho le dice que habló “con el general”, que los militares no iban a salir a las calles.

Según el entonces líder cívico, la idea era tumbar a Morales hasta el domingo 10 de noviembre, antes de que actúen el minero. “Se quedó tranquilo, me dice: ‘Te doy hasta el domingo; si el domingo no se va, el lunes le saco yo con dinamita”, cuenta.

“Ese minero, realmente, fue la cereza para que se vaya Morales”, se jacta Camacho en el video.

‘Junta de notables’

La mañana del 10 de noviembre, Camacho, desde su cuartel general del hotel Casa Grande en La Paz, sugirió la renuncia de todos los miembros de los cuatro órganos del Estado, más el Tribunal Constitucional.

Esto permitirá “dar lugar a la conformación de una junta de gobierno transitorio conformada por notables de toda la población”, dijo.

En su criterio, la dos finalidades de dicha junta deberán ser la “conformación de otra junta de notables para integrar el Órgano Electoral Plurinacional y sea este el ente que convoque a nuevas elecciones en un plazo no mayor a 60 días”.

Morales renunció a las 16.52 en Chimoré, conjuntamente el vicepresidente García Linera.

Irrupción en el Palacio Quemado

Junto al presidente del Comité Cívico Potosinista (Comcipo), Marco Pumari, y el abogado Eduardo León, Camacho tomó el Palacio Quemado horas antes de la renuncia de Morales.

Con en al aval de militares del Batallón Colorados de Bolivia, que resguarda el edificio republicano, el líder cívico ingresó a las 16.00 al hall y allí plantó la Biblia, una tricolor y la afamada “carta de renuncia” de Morales.

Minutos después, abrazo de un jefe policial y León, Camacho entonó el Himno Nacional junto a decenas de manifestantes afuera del Palacio de Gobierno.

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Reunión en la UCB y proclamación de Áñez

Entre el 10 y 12 noviembre, algunos embajadores, dirigentes de oposición y jerarcas de la Iglesia Católica propiciaron una serie de reuniones con el objetivo de buscar la sucesión presidencial.

De esas reuniones participó Jerjes Justiniano en representación de Camacho.

La decisión política fue respaldar la sucesión la senadora Áñez, entonces segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores.

Áñez se proclamó sucesivamente titular de Senadores y mandataria en sendos actos exprés en la Asamblea Legislativa, sin quorum ni presencia del Movimiento Al Socialismo (MAS).

Camacho y Pumari arroparon la proclamación y se mostraron victoriosos en el balcón del Palacio Quemado la noche del 12 noviembre.

Justiniano fue nombrado después ministro de la Presidencia. Con él, otros correligionarios de Camacho ocuparon varios puestos en el nuevo régimen.