Lavallén debe irse
Imagen: La Razón
Ricardo Bajo
Imagen: La Razón
Introducción: llegan 20.000 hinchas gualdinegros al Siles. Se llena (casi) la curva sur. Lavallén, expulsado, no dirige desde la línea de cal. Coloca a Enoumba de lateral derecho.
Lo de esa posición es (ya) un fenómeno paranormal. Roca, sin ritmo, vuelve al lateral zurdo. López es el ocho (en el último partido fue el cinco). Por los costados -junto a un apático Ortega- aparecen Chura (es un decir) y el que será el mejor del Tigre el juvenil Kuqui; arriba el inoperante Angulo.
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Lavallén no pone a los mejores en un partido donde se juega el pase a la final. En la banca veo a Ursino, Ramallo y Triverio. El paraguayo Godoy de FC Universitario de Vinto coloca un atrevido 4-3-3. Va a jugar más y mejor que el Tigre.
Nudo: a los veinte minutos la mayor posesión de los cochabambinos se traduce en el gol de Tobar, que ganará toda la tarde por arriba a un errático Aimar.
El Tigre ofrece la enésima cara apática, sobradora, desganada de la temporada. Metido atrás, marcando mal en defensa, inexpresivo/inoperante arriba. Ortega (en evidente mala relación con el entrenador) se borra. Chura es una sombra de lo que (alguna vez) fue.
López entrega mal, Enoumba se equivoca y Cuéllar, el “wing” derecho, explota su espalda. Angulo no recibe una pelota potable y Triverio calienta toda la tarde. En una “contra” y tras una jugada confusa, empata (injustamente) Ortega. El Tigre juega peor que su rival y empata gracias a su pragmatismo. Es el gol y absolutamente nada más.
Desenlace: en la segunda parte no cambia nada. La “U” perdona y perdona. Viscarra (y el palo) salvan y salvan el pellejo de Lavallén. Hasta que el cántaro se rompe sobre el final. Hasta que en los penales falla hasta el mismísimo Billy.
Los cambios -antes- no han alterado el partido: ni Ursino, ni Ramallo, ni Lino, ni Somoya ni Cuéllar (por Ortega) cambian la cara de un equipo desconocido. Este no es el Tigre.
Lavallén lo ha convertido en un equipo ratonero, vulgar, miedoso, errático, no se ve una idea de fútbol. Se puede perder un partido y una clasificación pero no se puede perder la idiosincrasia.
Los últimos minutos con la “U” de Vinto atacando para evitar los penales son de vergüenza ajena para un club centenario como The Strongest. Lavallén tiene jugadores para ofrecer un mejor fútbol. El argentino falta el respeto a la institución y a su historia de garra.
Post-scriptum: la responsabilidad/culpa no es entera de Lavallén. Crespo (que perdió las elecciones con Montes) lo trajo (y estuvo a punto de contratar a Díaz, otro técnico ratonero). Lavallén debe irse (y asumir Cabanillas que es el hombre que armó este plantel). Y Crespo debe convocar elecciones. Ya está bueno, presidente.
(28/04/2024)